REVISTA EJÉRCITO Nº 848 NOVIEMBRE 2011 - Portal de Cultura ...

Las FAMET han puesto de manifiesto desde su creación y a lo largo de los
45 años de existencia su enfoque eminentemente terrestre, proporcionando
unidades y agrupamientos de helicópteros de combate y de apoyo al combate
de entidad variable, para integrarlos en la maniobra terrestre de acuerdo con la
doctrina de empleo nacional y las orientaciones doctrinales aliadas contenidas
en la publicación táctica aliada ATP-49(E) «Use of Helicopters in Land Operations».
De hecho, esta doctrina OTAN se ha ido elaborando y refinando en los
últimos tiempos a partir de los trabajos de los oficiales de helicópteros de las
distintas Aviaciones de los Ejércitos de Tierra de la OTAN, entre los que la participación
española de las FAMET ha sido siempre muy activa. La agencia OTAN
para la estandarización (NSA) mantiene esta publicación al día, con las últimas
tendencias de empleo táctico paras las unidades de helicópteros, la terminología
común que es imprescindible para la interoperabilidad y las tácticas, técnicas
y procedimientos de uso generalizado en las unidades de helicópteros, cuando
estos tienen aplicación en operaciones terrestres.
Conviene quizás desde el principio remarcar que el objeto de este artículo
no es realizar una incursión al ámbito de las operaciones anfibias, que está
perfectamente delimitado en otra publicación OTAN, el ATP-8 «Doctrine for
Amphibious Operations» y a la que lógicamente se someten las unidades de
helicópteros cuando forman parte de la guerra anfibia, sino que se circunscribe
a las nuevas capacidades a las que la flota de helicópteros del Ejército de Tierra
va a tener que adaptarse cuando entren en servicio los nuevos helicópteros que
en estos momentos atraviesan fases de lo que técnicamente se conoce como
navalización, es decir la capacidad exclusivamente técnica de los helicópteros
para actuar desde buques. Una parte del trabajo se dedicará a describir, someramente,
cómo aprovechan estas posibilidades los helicópteros de los Ejércitos de
Tierra francés (Aviation Légère de l’Armée de Terre-ALAT) y del Army Air Corps
británico en el conflicto de Libia.
Aunque tengamos que aceptar que las amenazas de mañana no están necesariamente
determinadas por las circunstancias actuales, sí que se puede
pronosticar, en términos de probabilidad, la existencia de mayores riesgos para
la seguridad agrupados en las regiones o países costeros, que albergan a un
porcentaje creciente de la población mundial, concentrado en ocasiones en
mega-ciudades. Esta casuística también se pone de manifiesto en el área mediterránea
y en las de interés e influencia geopolítica española.
En este contexto, desde hace varios años se han ido generando respuestas
y soluciones que se van aproximando cada vez más entre aquellos países que
podrían encajar en la denominación de potencias medias y que se van materializando
en la construcción y entrada en servicio de los buques anfibios llamados
genéricamente HLD «Landing Helicopter Dock», de los cuales el Buque de
Proyección Estratégica LHD Juan Carlos I, construido por NAVANTIA y recientemente
entregado a la Armada española en septiembre de 2010 constituye el
principal exponente nacional, que cuenta además con el aval de un prometedor
mercado internacional como lo demuestra la adquisición por Australia de los
buques similares HMAS Camberra y HMAS Adelaide.
En esencia, un buque de este tipo se caracteriza por las misiones para las que
está capacitado, que podrían ser alguna de las siguientes: operaciones anfibias,
operaciones de despliegue con el Ejército de Tierra, proyección de la Flota (Portaaviones
alternativo) y operaciones de ayuda humanitaria. Cada una de ellas
define un perfil de misión para la cual el buque adaptará su configuración, o
REVISTA EJÉRCITO • N. 848 NOVIEMBRE • 2011 59
Nivel Operacional y Táctico