REVISTA EJÉRCITO Nº 848 NOVIEMBRE 2011 - Portal de Cultura ...

vez en el ministerio al año siguiente y cuando la
guerra en Marruecos produce una fractura entre
los africanistas partidarios de los ascensos por
méritos de guerra y los oficiales de la Península,
publica un decreto, siguiendo con el mismo
propósito, regulando las pruebas de aptitud física
y capacidad militar y ordena que se haga una
revisión a fondo de las hojas de servicio.
Justifica la medida en que el constante progreso
de las ciencias e industrias militares exigen
mayor suma de energías físicas e intelectuales
y es necesario valorar estas condiciones. Para
sostener y acrecentar la instrucción, así como
comprobar las aptitudes de cada uno, los capitanes
generales dispondrán la práctica de ejercicios,
supuestos y temas tácticos, instruyendo
expedientes si observaran deficiencias, para el
pase a la reserva o retirados. El desarrollo de esta
prueban en la guarnición de Barcelona fue uno
de los desencadenantes de las nefastas Juntas de
Defensa.
La Ley de Bases de 1918 del ministro Juan
de la Cierva en materia de ascensos imponía el
sistema exigido por las Juntas de ascender por
antigüedad, no solo en paz, sino también en
tiempo de guerra. Los ascensos hasta coronel y
asimilados se harán por rigurosa antigüedad sin
defectos, previa la declaración de aptitud, que
en los empleos de capitán y coronel corresponde
a una Junta clasificadora y en los demás a los
capitanes generales. Los ascensos a general y
sus asimilados serán por elección entre los del
grado inferior respectivo que reúnan las condiciones
establecidas. Todas las resoluciones serán
publicadas en el diario oficial.
El general Primo de Ribera, con motivo de la
sangrienta guerra en Marruecos facilitó la concesión
de ascensos por méritos de guerra, pero
en 1926 los suprimió para establecer los ascensos
por elección; sistema aplicable a una parte
de las vacantes ocurridas cada año. Las cuartas
vacantes en los ascensos de coronel a general y
dentro del generalato; las quintas en los ascensos
a teniente coronel y coronel, las sextas a comandante
y las décimas a capitán. Procedimiento que
dejó en suspenso el general Balaguer en 1930 y
que derogó Azaña, volviendo a lo dispuesto en
la Ley de Bases de 1918.
Durante la guerra de 1936-39, en el Ejército
nacional se produjeron ascensos masivos y pro-
mociones extraordinarias de ascensos por antigüedad,
la vuelta al servicio activo de retirados,
ascensos provisionales y se situó el ascenso por
méritos de guerra a la cabeza de las recompensas.
En el Ejército republicano en los ascensos
influyó más las ideas y tendencias políticas que
otros motivos técnicos.
Terminada la guerra, en 1940 se volvió a la
antigüedad en los ascensos de los jefes y oficiales,
siguiendo la elección en los distintos grados
de general. Al mismo tiempo se establecieron las
condiciones para declarar aptos para el ascenso,
lo mismo que las vacantes y tiempo necesario
para cumplir las condiciones de mando; exigencias
que fueron sucesivamente suavizándose,
llegando el sistema a convertirse en un ascenso
realmente por rigurosa antigüedad, sin más.
Así hasta que no hace mucho tiempo (esto ya
no es historia) se ha decidido por un sistema mixto
de antigüedad, selección y elección, porque se
ha considerado más adecuado para los actuales
tiempos y los nuevos ejércitos.n
General Camilo Polavieja
REVISTA EJÉRCITO • N. 848 NOVIEMBRE • 2011 111
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