REVISTA EJÉRCITO Nº 848 NOVIEMBRE 2011 - Portal de Cultura ...

momento y al más alto nivel, compartiendo —en
la medida de lo posible— información, situación
final deseada, objetivos estratégicos, planeamiento
operativo y gestión de recursos. Esta coordinación
debería abarcar desde el nivel estratégico
hasta el táctico y realizarse en todas las fases de
la operación, desde su inicial concepción y posterior
planteamiento hasta su ejecución sobre el
terreno y final evaluación.
Esta nueva fórmula para acometer la gestión de
crisis, estabilización post-conflicto y construcción
nacional basada en la armonización de los objetivos,
estrategias y acciones de los distintos actores,
a todos los niveles, planos y fases de la misma,
y adoptada por los países de nuestro entorno y
por organizaciones como las Naciones Unidas,
la Unión Europea o la Alianza Atlántica recibe
genéricamente el nombre de enfoque integral
(comprehensive approach).
En la actualidad, la Unión Europea también
se halla articulando su propio concepto de enfoque
integral con el objetivo de mejorar tanto
su coordinación interna en materia de respuesta
a crisis como las relaciones que debe mantener
con otros actores relevantes en la concepción,
planeamiento, ejecución y evaluación de operaciones
de este tipo.
Aunque formalmente Bruselas abordó la definición
de su propio concepto de enfoque integral
Seguridad y Defensa
a mediados de 2008 para complementar y ampliar
la coordinación cívico-militar (civil-military
coordination: CMCO) entre agencias europeas en
materia de gestión de crisis, y guiar el desarrollo
de nuevas capacidades militares, sus orígenes
se hallan en el progresivo avance de la Política
Europea de Seguridad y Defensa (PESD) y sus
pilares teóricos en la Estrategia Europea de Seguridad
de 2003.
Y es que mientras la articulación de la arquitectura
europea de seguridad y defensa junto
con la creciente participación de la Unión en
operaciones de gestión de crisis y mantenimiento
de la paz comporta el paulatino establecimiento
de nuevos mecanismos militares y civiles para
garantizar su correcto funcionamiento 1 , el documento
Solana ya señalaba la necesidad de integrar
los distintos instrumentos a disposición de
la Unión para enfrentarse a cualquier amenaza
que pudiera cernirse sobre Europa 2 y proclamaba
la determinación de favorecer un “multilateralismo
eficaz” actuando junto con otros actores
—en especial las Naciones Unidas y la Alianza
Atlántica— con objeto de erigir «…una sociedad
internacional más fuerte, con instituciones
internacionales que funcionen adecuadamente
y un orden internacional basado en el Derecho».
Dicho de otra forma, la Estrategia Europea de
Seguridad de 2003 ya reconocía una realidad
REVISTA EJÉRCITO • N. 848 NOVIEMBRE • 2011 75