REVISTA EJÉRCITO Nº 848 NOVIEMBRE 2011 - Portal de Cultura ...

Afganistán presentaba grandes dificultades para
la acción militar (lejanía, carencia de acceso
marítimo y vecinos poco favorables) que, unidas
a la voluntad norteamericana de fuerzas terrestres
mínimas y ausencia de bajas, la condujo a
un apoyo militar al bando anti-talibán (Alianza
del Norte) en la guerra civil afgana en curso. En
consecuencia, la acción militar norteamericana
no puede, en absoluto, ser considerada como
lucha contra el terrorismo.
La razón radica en que el Ejército es la fuerza
especialmente concebida, organizada, preparada
y dotada para enfrentarse a otro Ejército en combate,
mientras que el terrorismo es sólo un modo,
una estrategia, y no una ideología, ni un sujeto
político, por lo que no puede ser vencido, reducido
ni neutralizado mediante el combate, lo que
hace estéril, por no decir absurda, la lucha militar
contra el terrorismo 3 . Pero las unidades militares
si son objetivos valiosos para el terrorismo, por
lo que han de protegerse de él. La lucha contra
el terrorismo es claramente policial y judicial, y
en ella los Ejércitos pueden colaborar con alguna
de sus capacidades (información, observación,
localización, transporte, etc), pero no con el uso
de la fuerza y, menos aún, asumiendo la competencia
de la lucha.
En 2003 la acción bélica se llevó contra Iraq,
donde la coalición liderada por Estados Unidos
alcanzó un éxito bélico indiscutible, que finalizó
con el derrocamiento del régimen pero no dio
solución al problema inicialmente planteado.
Lo que provocaron ambas acciones bélicas fue
una violenta reacción (insurgencia) y un aumento
del terrorismo que convirtió a las unidades
victoriosas en víctimas más que en instrumento
eficaz de lucha.
El resultado es que hoy, diez años después
de la intervención bélica en Afganistán y ocho
en Iraq, la insurgencia crece y se apoya en
países vecinos y teóricamente aliados de Estados
Unidos, y el terrorismo aumenta su amplitud y
agresividad.
Una vez implantados sendos gobiernos, formalmente
democráticos y de resultado incierto 4 ,
las misiones militares fueron objeto de sucesivos
ajustes y estrategias hasta transformarse
en dos tipos bien diferenciados. Por una parte,
las unidades de la acción bélica se dedicaron
a reducir insurgentes y rebeldes, normalmen-
Nivel Operacional y Táctico
Estados Unidos dirigió su
respuesta contra Afganistán
como país responsable
subsidiario por acoger y
proteger a los terroristas
te en apoyo de las incipientes fuerzas militares
y policiales nativos; por otra, se establecieron
equipos cívico-militares (PRT) para facilitar la
reconstrucción, la asunción de responsabilidades
por las autoridades locales y la formación
de militares y policías nativos, en los que, por la
relevancia del componente civil para las tareas
encomendadas, fueron objeto de un incremento
progresivo de sus efectivos —lo que, hasta cierto
punto, contradice el sentido de operación, al menos,
en su sentido de operación militar—, y a la
vez una disminución de su componente militar,
que vio reducidos sus cometidos a la protección
del equipo. Las unidades operativas se empeñan
pues en acciones de carácter claramente militar
pero no anti-terrorista, aunque, como los equipos,
también han de protegerse de los atentados.
En definitiva, los cometidos básicos de las
unidades militares en sus misiones actuales se
concretan en: reducción de la insurgencia, disuasión,
protección y actuación humanitaria.
MISIONES MILITARES ESPAÑOLAS
Desde 1979 nuestras Fuerzas Armadas han
realizado 50 misiones en el exterior (7 todavía
abiertas), y de las 23 que corrieron a cargo del
Ejército (alguna con participación de Infantería
de Marina), sólo 6 pueden ser consideradas
operaciones militares propiamente dichas por
su entidad (batallón o superior). Tres fueron en
Europa (Bosnia, Albania y Kosovo) y tres en Asia
(Iraq, Afganistán y Líbano) 5 , que vamos a tomar
en consideración muy esquemáticamente.
La misión en Bosnia-Herzegovina comenzó
en 1992, con una agrupación (Operación Alfa-
Bravo) integrada en UNPROFOR, cuya misión fue
de ayuda humanitaria y protección de convoyes
con ayuda humanitaria, siendo tan significativa la
carga de lo humanitario que sus vehículos fueron
pintados de blanco llamativo con grandes letras
negras y grandes banderas azules de Naciones
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