REVISTA EJÉRCITO Nº 848 NOVIEMBRE 2011 - Portal de Cultura ...

Llegados a este punto, es importante destacar
que si bien para la elaboración de estos trabajos
el EUMS ha contado con una amplia participación
civil —caso de las Directorios Generales
para la PESD (DG E VII), para asuntos de defensa
(DG E VIII) y para crisis civiles (DG E IX) o
la Célula Civil de Planeamiento y Conducción
(CPCC)— ninguna agencia civil europea se ha
manifestado sobre los aspectos no-militares del
enfoque integral; una realidad un tanto paradójica
cuando a priori la principal ventaja cualitativa
de la Unión Europea sobre la Alianza Atlántica es
la posesión de una amplia gama de capacidades
civiles (diplomáticas, económicas, de ayuda al
desarrollo, policiales, judiciales, informativas,
políticas…) que son esenciales para la satisfactoria
implementación de cualquier enfoque integral
en la resolución de crisis, la estabilización
posbélica y la construcción nacional.
Por todo ello puede afirmarse que si bien el
desarrollo del comprehensive approach —una
iniciativa que parece haber eclipsado la implementación
práctica de la más restringida CM-
CO— se ha convertido en una de las máximas
prioridades de la Unión Europea en el campo
de la seguridad y la defensa y aunque anteriores
presidencias impulsaron formalmente su definición
e implementación, todavía no existe ningún
denominador común sobre cómo se deberá
configurar este enfoque integral europeo. Esta
ambiciosa iniciativa no solo debe salvar los mismos
escollos que la coordinación civil-militar
—armonizar los procesos de toma de decisiones,
regularizar las prioridades operativas de los
elementos civiles y militares o arbitrar en las
eternas competiciones entre las instituciones en
el seno de la Unión— sino también conciliar los
intereses y de los estados miembros o coordinar
la acción europea en materia de gestión de crisis,
estabilización posconflicto o construcción nacional
con otras organizaciones internacionales.
Aunque estos obstáculos, debidos principalmente
a la idiosincrasia europea, dilatarán la
implementación práctica del enfoque integral
europeo, la fascinación suscitada por esta iniciativa,
las disposiciones contenidas en el Tratado de
Lisboa (que anula la segmentación entre los tres
pilares y mejora la coherencia exterior europea
mediante la constitución de un servicio exterior)
y la reciente entrada en funcionamiento del
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Directorio para el Planeamiento de Gestión de
Crisis (Crisis Management Planning Directorate:
CMPD) que integra la vertiente civil y militar de
la PCSD y pretende convertirse en el máximo
órgano asesor de la acción exterior europea;
harán que esta iniciativa orientada a mejorar la
actuación de la Unión Europea en la resolución
de crisis y conflictos se convierta pronto en una
realidad. Sin embargo, situaciones como las de
Libia o Siria hacen dudar de la utilidad real de
esta iniciativa, máxime cuando Europa camina
hacia la irrelevancia estratégica, los intereses
nacionales de sus miembros son incompatibles
y no parece existir una voluntad real para integrar
todos los instrumentos de la Unión y permitir
que ésta tenga una sola voz en la escena
internacional.
En conclusión, aunque el futuro demostrará
si esta iniciativa puede solventar las carencias
de la Unión Europea en materia de gestión de
crisis, ésta no ha dudado en sumarse al desarrollo
de su propia concepción de comprehensive
approach, a mejorar sus propios instrumentos
de gestión de crisis, ampliar su cooperación
práctica con el resto de actores implicados en
la resolución de la misma e incrementar sus
propias capacidades civiles y militares en apoyo
a las labores de estabilización y reconstrucción
de estados frágiles, débiles o fallidos. Esta concertación
en los planteamientos, estrategias y
acciones que puedan realizar los distintos agentes
participantes en la gestión de crisis a fin de
alcanzar una solución lo más rápida, efectiva,
coherente y duradera posible, es lo que plantea
el enfoque integral…, posiblemente la más
importante y ambiciosa iniciativa realizada por
Bruselas para promover una nueva cultura de
coordinación cívico-militar y adaptar la Unión
Europea al complejo, heterogéneo y conflictivo
mundo del siglo XXI.
NOTAS
1 Aunque desde sus orígenes la Unión Europea ha
pretendido crear instrumentos propios para la gestión
de crisis, fue en la Cumbre de Goteborg (2001)
cuando expuso su determinación por emplear de
forma coordinada sus herramientas civiles y militares
para resolver los conflictos presentes y futuros.
2 Según reza el documento, «…ninguna de las nuevas
amenazas es meramente militar, ni puede atajarse