13.05.2013 Views

Brindis con Witold - Ministerio de Educación

Brindis con Witold - Ministerio de Educación

Brindis con Witold - Ministerio de Educación

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

CREACIÓN LITERARIA<br />

El autor ha puesto a disposición <strong>de</strong> Paralelo 50 este<br />

cuento, ya publicado en Argentina, <strong>con</strong> el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> que<br />

se publique en Polonia como homenaje a <strong>Witold</strong><br />

Gombrowicz en el centenario <strong>de</strong> su nacimiento. Se<br />

reproduce a <strong>con</strong>tinuación el texto <strong>de</strong>l correo electrónico<br />

<strong>de</strong>l escritor:<br />

“... ya estamos <strong>de</strong> vuelta en Buenos Aires, recordando<br />

<strong>con</strong> alguna nostalgia los buenos días en Varsovia...<br />

Sobre una colaboración: te adjunto un cuento que me<br />

encantaría que apareciera en Polonia, se llama <strong>Brindis</strong><br />

<strong>con</strong> <strong>Witold</strong>, y aunque ya está publicado en Argentina,<br />

creo que podría servirte. Un abrazo muy gran<strong>de</strong> y gracias<br />

por tu invitación, Guillermo.”<br />

Todo transcurría <strong>de</strong>l siguiente modo: el<br />

pequeño Lucas jugaba <strong>con</strong> las avellanas<br />

sobre la alfombra mientras mi prima<br />

Andrea, tardía pero irreprochablemente <strong>con</strong>vertida<br />

en madre, explicaba las ventajas comparativas<br />

<strong>de</strong> los pañales <strong>de</strong>scartables y su esposo, el<br />

culeiforme Antonio, volvía a llenar las copas.<br />

Poco a poco Andrea iba ganando la atención <strong>de</strong><br />

todos y las tías la auxiliaban <strong>con</strong> oportunas interrupciones,<br />

añadiendo anécdotas y recuerdos<br />

pañaleriles, <strong>de</strong> manera que el asunto <strong>de</strong> los pañales<br />

empezaba a cobrar asombrosas dimensiones y<br />

la <strong>con</strong>versación se pañalizaba irremediablemente,<br />

a pesar <strong>de</strong> los esfuerzos que hacía mi padre <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

su rincón para proseguir <strong>con</strong> el relato <strong>de</strong> las peripecias<br />

en la Argentina <strong>de</strong> cierto escritor polaco<br />

que, por <strong>de</strong>sgracia, sólo él <strong>con</strong>ocía.<br />

Igualmente,creo que en el fondo todos sentíamos<br />

alivio <strong>de</strong> que hubiera por fin un bebé en la familia<br />

porque ahora podíamos <strong>de</strong>jar la <strong>con</strong>versación<br />

a cargo <strong>de</strong> Andrea, que ya era toda una madre<br />

<strong>con</strong>sumada, para que entre ellas y las tías se ocuparan<br />

<strong>de</strong> que la charla fuese inofensiva y aseguraran,<br />

sobre todo, que no se discutiera <strong>de</strong> política,<br />

6 PARALELO50<br />

[ <strong>Brindis</strong> <strong>con</strong> <strong>Witold</strong> ]<br />

<strong>Brindis</strong> <strong>con</strong> <strong>Witold</strong><br />

GUILLERMO MARTÍNEZ<br />

para que pudiéramos llegar sin sobresaltos al brindis<br />

<strong>de</strong> las doce.<br />

Mi madre, <strong>con</strong>venientemente ubicada, vigilaba<br />

<strong>con</strong> disimulo el ir y venir <strong>de</strong> los platos y notaba<br />

<strong>con</strong> <strong>de</strong>sesperación que su torta <strong>de</strong> ricotta no había<br />

podido competir <strong>con</strong> la tarta <strong>de</strong> frutillas <strong>de</strong> la tía<br />

Carmen. Inesperadamente pródiga, trataba <strong>de</strong><br />

<strong>con</strong>vencernos a mi hermano y a mí <strong>de</strong> que comiésemos<br />

un poco más <strong>de</strong> la suya y sufría como si la<br />

estuviésemos traicionando cuando tía Carmen nos<br />

ponía en el plato, solícitamente, amorosamente,<br />

triunfalmente, más y más tarta <strong>de</strong> frutillas.<br />

* * *<br />

Confinada por su diabetes, la abuela, lejos <strong>de</strong> la<br />

mesa, <strong>con</strong>templaba <strong>con</strong> <strong>de</strong>s<strong>con</strong>suelo el pan dulce<br />

distante y menguante, las tortas y garrapiñadas<br />

fuera <strong>de</strong> su alcance y roía <strong>con</strong> avara lentitud el<br />

único pedazo <strong>de</strong> turrón al que había <strong>con</strong><strong>de</strong>scendido<br />

la caridad <strong>de</strong> mis tías, mientras el viejo<br />

Mauro encendía la pipa y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su silla <strong>de</strong> ruedas<br />

iba anunciando <strong>con</strong> la vista clavada en el reloj:<br />

Ahora faltan siete minutos.Ahora faltan seis...<br />

Sólo Teresa estaba como fuera <strong>de</strong> sí: apenas podía<br />

disimular su rencor cuando miraba al pequeño<br />

Lucas.Tal fuera porque la criatura le hacía recordar<br />

que a los treinta y cuatro años, ella, infatigable<br />

en romances y amoríos, permanecía soltera, o<br />

quizá porque por primera vez nadie le prestaba<br />

atención, pese a que estaba más escotada todavía<br />

que el año anterior, aun cuando apelaba a todos<br />

sus tics <strong>de</strong> diva y cruzaba y <strong>de</strong>scruzaba las piernas<br />

y cada tanto permitía que los breteles <strong>de</strong>l vestido<br />

se <strong>de</strong>slizaran por sus hombros <strong>con</strong> promisoria<br />

negligencia.También yo había <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> mirarla,

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!