Brindis con Witold - Ministerio de Educación
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CREACIÓN LITERARIA<br />
“...Febril la mirada errante en la sombra te<br />
busca y te nombra”<br />
Alfredo Le Pera.Volver<br />
Amor, te busco en las orillas <strong>de</strong>l dolor<br />
Canción boliviana<br />
“…tu recuerdo es el daño más fuerte que me hago<br />
yo misma…”<br />
Omara Portuondo, Si te <strong>con</strong>tara<br />
(<strong>de</strong> Félix Reina)<br />
A Jorge Valdés<br />
Ya <strong>de</strong> regreso, <strong>con</strong>duciendo la vieja<br />
Peugeot hacia la casa, al encuentro <strong>de</strong> la<br />
displicencia <strong>de</strong> Octavio y <strong>de</strong>l aburrimiento,<br />
La Generala no podía <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> dar vueltas<br />
a lo sucedido. Un cliente más, «nada pintón<br />
pero agradable» para las visitas cotidianas <strong>de</strong> pisitos<br />
y casas en locación. La misma letanía <strong>de</strong> ventajas<br />
<strong>con</strong> la que ella <strong>con</strong>vencía al futuro locatario,<br />
las mismas dudas <strong>de</strong>l cliente –en un gracioso<br />
acento, uno más <strong>de</strong> los <strong>de</strong>l extenso mundo<br />
diplomático <strong>con</strong> el que ella trabaja.<br />
Pero ese día el cliente, cuyo nombre no graba<br />
aún en la memoria, le dijo cosas agradables,<br />
extrañas, que sí recuerda.<br />
–Usted parece una reina gitana. Una bailaora<br />
que <strong>con</strong>ocí en mi primera visita a Granada<br />
–hace muchísimos años– cuando las cuevas <strong>de</strong>l<br />
Sacro Monte eran el flamenco auténtico. Una<br />
reina <strong>de</strong> bellísimas facciones, <strong>con</strong> el cabello<br />
recogido hacia atrás como vos –¿o dijo<br />
«usted»?– <strong>de</strong> esbelto cuerpo y duen<strong>de</strong> al bailar.<br />
8 PARALELO50<br />
[ La Generala ]<br />
La Generala<br />
FRANCISCO JOSÉ CRUZ GONZÁLEZ<br />
–Mirá que acordarme <strong>de</strong> todos los <strong>de</strong>talles,<br />
Granada, Sacro Monte, ¡qué sé yo! –se dijo La<br />
Generala– y <strong>de</strong> la mirada <strong>de</strong>l tipo, cuando me<br />
ayudó –¡caballero como no son ya más los porteños!–<br />
a bajar <strong>de</strong>l ascensor y me clavó un par<br />
<strong>de</strong> ojos oscurísimos, afilados, que me penetraron<br />
hasta el alma.Y que me hacen sentir escalofrío<br />
todavía. ¡Oh Dios mío!<br />
La Generala llegó a casa, enfrentó la displicencia<br />
<strong>de</strong>l marido, clavado en el or<strong>de</strong>nador, «trabajando»,<br />
¡haciendo bolu<strong>de</strong>ces! Luego el saludo <strong>de</strong>sganado<br />
<strong>de</strong> las pibas, cada vez más mujeres y más<br />
lindas. Más allá los festejos <strong>de</strong> Saturno, el perro.<br />
Finalmente, el dormitorio. Otra noche, sin<br />
comer para «cuidar las lonjitas».<br />
La noche fue <strong>de</strong> insomnio como tantas, pero<br />
<strong>con</strong> tema nuevo: la tar<strong>de</strong> <strong>con</strong> el boludo ese, ¡su<br />
mirada! Este busca aventura –pensó. ¿Pero <strong>con</strong>migo,<br />
una mujer que tuvo su pintita, ¡y que se<br />
cuida!, pero que no compite –¡ya no competís,<br />
Mireya!, se dijo la Generala– <strong>con</strong> las pen<strong>de</strong>x,<br />
cada vez más provocativas y bellas, gracias a la<br />
juventud, pero también a Pitanguy y a la legión<br />
<strong>de</strong> cirujanos y chantas, que te levantan pechos y<br />
cola <strong>con</strong> poca cirugía y poca guita.Y gracias a<br />
las pilchas <strong>de</strong> hoy, hasta las <strong>de</strong> las boutiques<br />
gronchas, que realzan cuerpos y formas.<br />
Las mañanas siguientes la vida <strong>de</strong> la Generala<br />
siguió como siempre. Temprano a la facultad, a<br />
<strong>con</strong>tinuar la carrera <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho. «Abandonada el<br />
día que te casaste, Mireya» –se dijo. Luego al<br />
gabinete <strong>de</strong> abogados a discutir <strong>con</strong> Norberto,<br />
un atorrante. Almorzar cualquier ensalada, un<br />
yogurt.Y en la tar<strong>de</strong> a mostrar <strong>de</strong>partamentos y<br />
casas a tipos solos, minas solas, matrimonios<br />
–éstos los peores, porque nunca están <strong>de</strong> acuer-