17.05.2013 Views

Pares cum Paribus Nº 4: Índice - Facultad de Ciencias Sociales ...

Pares cum Paribus Nº 4: Índice - Facultad de Ciencias Sociales ...

Pares cum Paribus Nº 4: Índice - Facultad de Ciencias Sociales ...

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

ya no existe. Sí, claro, con esas tijeras basta y sobra. ¡Trac! ¿Ve? Y se acabó el problema.<br />

Un candadito <strong>de</strong> muñecas. Ahora respire hondo porque va a levantar con sus manos<br />

ligeramente sucias <strong>de</strong> polvo la tapa <strong>de</strong>l cajoncito. He ahí las fotos. Sí. Véalas. No se<br />

esfuerce por evitar esa <strong>de</strong>tención <strong>de</strong>l aire en sus pulmones, pues esas cosas... ¿Qué?<br />

¿Cómo? No. No hay <strong>de</strong>tención <strong>de</strong>l aire. Usted sigue respirando igual. ¡Qué le parece! Y<br />

usted que creía que se iba a morir. ¿Sorprendida porque las lágrimas no acu<strong>de</strong>n? Su<br />

corazón...¿no?, tampoco palpita fuertemente. Nada <strong>de</strong> eso. Está sorprendida y aliviada.<br />

Ahora coge una instantánea y la acerca a la luz vacilante. El reencuentro, Amanda. Al<br />

cabo <strong>de</strong> tantos años vuelve a enfrentarse con él. Claro, en la memoria, las siluetas se hacen<br />

vagas, los rostros pier<strong>de</strong>n sus facciones. Pero en la foto está todo intacto. La mira. Respira<br />

acompasadamente. Se siente como si <strong>de</strong>spertara, ¿no es cierto? Sus ojos, Amanda, son los<br />

mismos <strong>de</strong> antes, el oculista se lo dijo. Está contemplando las mismas imágenes que viera<br />

en aquel entonces, no han cambiado, el revelado fue excelente. Lo hizo ese laboratorio <strong>de</strong><br />

nombre alemán, ¿se acuerda? Ése es, pues, el rostro <strong>de</strong>finitivo y auténtico <strong>de</strong> Ricardo, sus<br />

gestos, sus a<strong>de</strong>manes y contorsiones. ¿Se acuerda <strong>de</strong> lo que pensó aquella vez? El cuerpo<br />

es un símbolo <strong>de</strong>l alma. Ya, se acuerda. La mirada, el modo <strong>de</strong> inclinar la cabeza, la<br />

postura <strong>de</strong> las manos, todo representa el alma. Obsérvelas. Una por una. Son exactamente<br />

las fotos <strong>de</strong> aquella vez. Ricardo <strong>de</strong>finitivo y verda<strong>de</strong>ro. Es su rostro <strong>de</strong>snudo y concreto,<br />

real. Pero...es <strong>de</strong> no creer, Amanda, ahora no le gusta. ¿Pero cómo? Que ese mentón le<br />

parece débil y egoísta, que la primera foto es la <strong>de</strong> un ser irritado, crispado, que apenas<br />

contiene el ataque <strong>de</strong> furia cuando usted lo sorprendió en el patio lleno <strong>de</strong> hojas. Que esas<br />

manos largas son <strong>de</strong> ladrón. La nariz es petulante. Y no me diga que esa sonrisa forzada,<br />

perdonavidas, no va con esa mirada <strong>de</strong> maître d' hôtel. Mire esa otra don<strong>de</strong> está encorvado,<br />

los <strong>de</strong>dos en garra, parece un ave <strong>de</strong> rapiña. Pero usted está tranquila, serena, sin rubor,<br />

mientras <strong>de</strong>scubre el alma más recóndita y secreta <strong>de</strong> ese joven. Allí están los vericuetos<br />

más íntimos <strong>de</strong> ese ser ahora in<strong>de</strong>fenso, sin posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> escabullirse en la risa o en el<br />

brusco cambio a una conversación excitante o en el súbito beso que para todo eso era un<br />

mago. ¿En qué piensa, Amanda? ¿En que nunca se había <strong>de</strong>tenido a consi<strong>de</strong>rar que<br />

Ricardo en todas sus visitas, jamás le trajo un regalo? Un caramelo, por ejemplo, o un<br />

disco. Usted le hacía kuchen, galletas, hasta una torta. Sí, claro, le traía discos, pero le<br />

advertía que tuviera cuidado con rayarlos, y se los llevaba el mismo día. ¡Y cómo se había<br />

reído cuando pronunció mal una palabra! Mire esa otra, vea esos ojos fríos <strong>de</strong> avaro, ese<br />

cuerpo tenso, consumido por la codicia. ¿Y se iban a casar! Él jamás le habló claramente<br />

<strong>de</strong> su trabajo o si estudiaba, ¿se acuerda, Amanda? ¿Se acuerda como él le preguntaba a<br />

usted sobre sus estudios, si la casa era realmente suya, que cuánto ganaría? Se acuerda.<br />

¿Qué tal esa foto? Fíjese en ese cinismo mientras usted le frota su nariz en la mejilla flaca<br />

y huesuda. Pero mire, Amanda, como coge tres bombones <strong>de</strong> una vez fingiendo bromear,

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!