17.05.2013 Views

Pares cum Paribus Nº 4: Índice - Facultad de Ciencias Sociales ...

Pares cum Paribus Nº 4: Índice - Facultad de Ciencias Sociales ...

Pares cum Paribus Nº 4: Índice - Facultad de Ciencias Sociales ...

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

ninguna importancia, sólo quería seguir recorriendo aquellas habitaciones que tan fácilmente se habían abierto para mí. Salí al pasillo y<br />

abrí otra puerta, lo que vi tras ella me <strong>de</strong>jó sin respiración. Era un dormitorio, <strong>de</strong>corado como en las películas <strong>de</strong> época que hacen para el<br />

cine, con visillos y cortinas <strong>de</strong> volantes, sujetas a los lados con gran<strong>de</strong>s lazos, un gran armario, oscuro, pesado, una cama con un cabezal<br />

<strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra muy labrada, una gran lámpara <strong>de</strong> cristal iluminaba la habitación... y un tocador.<br />

Sergi guardó silencio y se echó hacia <strong>de</strong>lante, fijando su atención en mí, como si quisiera ver más <strong>de</strong> cerca la impresión que me<br />

causarían sus siguientes palabras.<br />

—Ahora te puedo <strong>de</strong>scribir la habitación, seguramente vi todo esto —continuó, recobrando por un instante la conciencia <strong>de</strong> mi presencia<br />

ante él, pero pronto volvió a su estado ausente— pero todo se borró<br />

cuando <strong>de</strong>scubrí a la mujer sentada <strong>de</strong>lante <strong>de</strong>l espejo, arreglándose el cabello. Estaba <strong>de</strong> espaldas, pero vio mi imagen reflejada y se<br />

volvió rápida, parecía sorprendida, pero no asustada, yo lo estaba más que ella.<br />

"¿Qué haces aquí? ¿Cómo te atreves a venir en este día?", me preguntó, pero no pu<strong>de</strong> respon<strong>de</strong>r, estaba confuso, no acababa <strong>de</strong> creer<br />

lo que veía, aquella mujer me conocía, no estaba en absoluto extrañada, sólo molesta por mi interrupción. Era muy hermosa, el pelo<br />

recogido en un moño suelto enmarcaba su rostro, tenía los ojos claros, muy limpios, casi infantiles. Ante mi silencio hizo un gesto <strong>de</strong><br />

impaciencia y volvió a su examen en el espejo, pero sus movimientos fueron más nerviosos.<br />

"¿Qué quieres?, me preguntó <strong>de</strong> nuevo, secamente, sin mirarme, pendiente únicamente <strong>de</strong> su arreglo. Me <strong>de</strong>cidí a hablar y contarle como<br />

había llegado hasta allí, por lo que recuerdo creo que fue más un balbuceo, pero me encontraba tan aturdido que no me importaba. Ella<br />

se volvió <strong>de</strong> repente y me miró con fijeza. "¿Encontraste la llave?". Me molestó el tono irónico <strong>de</strong> la pregunta, su expresión <strong>de</strong><br />

incredulidad me irritó aún más y me di media vuelta dispuesto a marcharme, pero entonces volvió a hablarme, su voz era suave, casi<br />

tierna. "Espera, abajo ya estarán todos, Alfonso también". Sus ojos no se apartaron <strong>de</strong> los míos y al pronunciar ese nombre me miró con<br />

especial intensidad. "No quiero disgustos en este día, bajaré contigo", añadió. Pasó rozándome y la seguí hasta la primera planta sin <strong>de</strong>cir<br />

palabra, atónito y expectante.<br />

"Todo había cambiado, muebles antiguos <strong>de</strong> gran calidad, <strong>de</strong>coraban la habitación, la iluminación <strong>de</strong> lámparas y apliques era<br />

<strong>de</strong>rrochadora, hombres y mujeres vestidos <strong>de</strong> fiesta, alegres, paseaban <strong>de</strong> un lado a otro, charlando entre ellos, sonriendo. La mujer<br />

bajaba conmigo las escaleras arrastrando su vestido, yo la seguía esperando <strong>de</strong>spertar <strong>de</strong><br />

un momento a otro y encontrarme <strong>de</strong> nuevo en mi mundo, en mi tiempo, en mi realidad. Pero mientras, la acompañaba resignado, con<br />

una mezcla <strong>de</strong> inquietud y curiosidad.<br />

"Muchas miradas se dirigieron hacia ella, con el mismo brillo expectante, como si aguardaran <strong>de</strong> un momento a otro la noticia <strong>de</strong> algo<br />

importante, el motivo por el que habían sido invitados a la fiesta y que todos sabían. Parecían solidarizarse con la emoción <strong>de</strong> mi<br />

acompañante. Y la vi sonreír a unos, saludar a otros, pero no se alejó ni un momento <strong>de</strong> mí. Observé con extrañeza que nadie reparaba<br />

en mi presencia, me miraban sin verme, pero la mujer estaba intranquila, buscaba a alguien con la mirada. "Alfonso no está aquí, es<br />

mejor que vayas antes <strong>de</strong> que vuelva", me dijo en un susurro. Le pregunté quién era Alfonso, <strong>de</strong> qué tenía miedo y ella me miró<br />

extrañada, con una expresión algo dolida en el rostro, "Por favor Fernando... no empecemos <strong>de</strong> nuevo. No quiero volver a discutir sobre lo<br />

mismo. Quiero a Alfonso, hoy anunciaremos nuestro compromiso y <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> tres meses nos casaremos. Lo nuestro terminó". Sus<br />

palabras fueron una súplica, un murmullo apenas audible pera mí que la escuchaba sin compren<strong>de</strong>r. Ella tenía los ojos brillantes y estaba

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!