Pares cum Paribus Nº 4: Índice - Facultad de Ciencias Sociales ...

78 Cor.- Nomen horrendum (66) et idoneum sibi. Si* ita animus iubet tibi tuus ut
uenias, instabo huic Perseuconi ut te dimittat.
79 Lib.- Quomodo nisi hos proximos binos impleuerim dies opera mea?
80 Cor.- Sine curam michi hanc; si te reditus tangit, absoluam ab ipso te, ne
dubites.
81 Lib.- Quam tibi sum obnoxius, Corinthe, si me ab hoc homine lapideo liberaris.
82 Cor.- Heus (67), tu, Perseuco!
83 Per.- Quis me clamat?
84 Cor.- Non uides?
85 Per.- Aduenio celer.
86 Cor.- Hic operarius tuus affinis meus est, uolo ex (68) causa domum redeat*.
87 Per.- Si expleuerit binas michi operas diurnas, illum dimitto.
88 Cor.- At ego illum cras mane abduco.
89 Per.- Non potis es.
90 Cor.- Cur non? Non fieri potest ut eum quoquomodo dimittas?
91 Per.- Non nichil mea interesset, securus absoluerem. Noscis quid pacti nobis
est. (69)*
92 Cor.- Scio; at ego persoluam quod tua interest.
93 Per.- Quid interest uix discerno, tamen interest mea potissimum, quia uix
operarios inuenio, et michi peruste in campis stant segetes.
94 Cor.- Certum michi est illum abducere. Sui uerebuntur ne, si mecum non fuerit,
peremerit (70).
95 Per.- Tu illum te uidisse ai; quare (71) binis post diebus rediturum nuntia.
96 Cor.- Non credent. Verum tu sume hos nummos pro eo quod tua intersit.
97 Per.- Si tantum omnino uelis, impende satis. (72) Pauci sunt; non in crastinam
diem conducam [folio 24r] unum.
98 Cor.- Sume hos insuper et uerba omitte.
99 Per.- Sumo postquam adeo tibi est animo, et illum ubi uis dimitto.
100 Cor.- Nunc ut simul comessemus (73)* parato; ut nobis pro ualitudine libemus
potum; dehinc cenam locupletem nobis facito, et lectos fac optime sterni, ut alte
dormiamus, quoniam defessi sumus.
101 Per.- Parata erunt omnia diligenter et accurate. (Loquitur secum. (74))
intereses, pues me parecía que fácilmente podía privarme del vino, ya que el
agua no era algo inusual en mi régimen alimenticio, y era eficaz por
naturaleza. ¡Es para la risa ver cómo este acuerdo se volvió contra mí! Como
durante algunos días me había abstenido del vino y había bebido ya mucha
agua por lo agobiante del trabajo y el calor, me ataca una fuerte fiebre y
estoy postrado en cama durante muchos días.
62 Corinto.- ¡Cuántas desgracias le acontecen inesperadamente al ser
humano!
63 Liburno.- Lo que había ganado, se gasta en el médico. Cuando me
encontraba restablecido y liberado ya de la fiebre, y decidí emprender viaje a
mi pueblo, he aquí que el posadero, en cuanto se enteró de la situación, se
presenta ante mí. Dice que yo no me iré, si antes no le pago por los gastos
hechos durante mi enfermedad, y mientras yo creía que esos gastos habían
sido pequeños, él, después de sacar la cuenta a su modo, llegó conmigo al
acuerdo de que yo, en compensación, haría trabajos para él en el campo
durante tantos días como había estado enfermo, pero con la ventaja de que,
debido a lo de la fiebre, él me regalaría el vino. Completé esa cantidad de
días y, cuando lo hube hecho, pensé que debía volver al primer convenio:
abstenerme del vino y considerar como ganancia los denarios esos.
Confiando ya en mi salud, me comprometí con él, en los términos del
convenio original, a terminar la cosecha de su trigo en el plazo de diez días.
Pero como al tercer día, por beber agua, me atacó otra vez la enfermedad
anterior, tuve que volver al vino. Ahora es tan grande al ardor de la fiebre,
que no puedo hacer otra cosa que beber. Resulta, así, que no solo son
insuficientes esos diez denarios, sino que apenas basta la paga de un día
entero para la bebida.
64 Corinto.- Desventajoso para ti fue el trato que cerraste con este hombre.
Pero ¿cuántos días te quedan todavía?
65 Liburno.- Los dos que vienen.
66 Corinto.- Pero ¿qué estoy esperando yo?; ya empieza a caer la tarde.
Estoy listo para partir. ¿Dónde está ese posadero, para pagarle lo que le
debo?
67 Liburno.- No partas hoy: el sol se está poniendo; antes de atravesar el
campo te alcanzaría la noche.
68 Corinto.- Voy a partir de todos modos; me temo que tendré que vérmelas
con la noche.
69 Liburno.- No sabes lo que haces. Después de este campo entrarás a un
gran bosque; allí los lobos atacan a los que pasan.
70 Corinto.- No les tengo miedo a los lobos; con esta hoz los alejaré a todos.
71 Liburno.- Dicen, además, que allí suele haber ladrones que les roban a los
viajeros.
72 Corinto.- Eso no puede ser: que allí haya, al mismo tiempo, lobos y
ladrones.
73 Liburno.- Así es, por cierto; se cree que unos con otros han hecho un
pacto de no agresión.