Memoria Seminario 1999-2000 - FedIcaria
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de “Teleniños...”, que se ha entregado como material de trabajo, se cuestionan certeramente este tipo de<br />
posturas (83).<br />
* La imagen es un lenguaje o, si se quiere más precisión, una forma de comunicación (84) diferenciada. Las<br />
imágenes FFE (fotográficas, fílmicas y electrónicas) en la denominación de González Requena 85 son en sus<br />
palabras “imágenes especulares”, que como espejos constituyen huellas visibles, cristalizadas, de algo que<br />
está o ha estado ahí, y, por lo tanto, no se pueden reducir al orden del signo (en cuanto a su carácter discreto,<br />
restringido, arbitrario y continuo) (86), pero en tanto que imágenes especulares cristalizadas son<br />
representativas, pudiendo ser articuladas y combinadas con otras imágenes o con signos de cualquier<br />
lenguaje, particularmente el verbal, para generar discursos, permitiendo que, mediante múltiples<br />
procedimientos retóricos o estilísticos, sean sometidas al orden del signo (y del sentido: escala,<br />
perspectiva, composición, angulación, encuadre, iluminación, profundidad de campo, etc. (Más que de<br />
lenguaje, por lo tanto, González Requena habla de “posibilidades de discursivización de las imágenes” (87<br />
). Las imágenes adquieren así un “potencial de significación polisémico” diferenciándose en ellas el nivel<br />
connotativo del puramente denotativo (88). Y será precisamente en este nivel en el que la imagen despliega<br />
todo su poder significativo, seleccionando, adjetivando, subrayando, comentando, explicando, la realidad<br />
con la ayuda del lenguaje verbal.<br />
* Estas posibilidades de discursivización mediante determinados procedimientos retóricos o estilísticos se<br />
organizan en códigos más o menos estables, procedentes tanto de la interacción directa y ordinaria con el<br />
entorno, como de la propia especificidad de las imágenes: códigos espaciales, gestuales, escenográficos,<br />
lumínicos, simbólicos, gráficos, de relación (89).<br />
* El lenguaje o comunicación audiovisual representa, en suma, una forma peculiar de aproximación a la<br />
realidad. Mientras que en el lenguaje verbal predomina la razón, en el audiovisual lo hace la emoción y la<br />
intuición; mientras el verbal es abstracto y utiliza las ideas, el audiovisual se hace concreto a través de<br />
imágenes; mientras el verbal pretende convencer, el audiovisual busca la seducción; mientras el verbal, en<br />
fin, exige esfuerzo y atención, el audiovisual lo hace sin apenas exigencias. Esta es la razón de que esté en<br />
la base de un buen número de manifestaciones de la cultura popular en las sociedades actuales.<br />
83 Alonso, M., Matilla, L. y Vázquez, M.: “Teleniños públicos, teleniños privados”. Ediciones de la Torre, Madrid,<br />
1995. Capítulo 9, apartado 1: “ Tres respuestas a la televisión desde la escuela”. Pgs. 204-209.<br />
84 Más allá de la polémica sobre la naturaleza semiótica de la imagen, puede entenderse el término “lenguaje”en un<br />
sentido metafórico pues, para autores como González Requena (“El espectáculo informativo”. Ed.Akal 1989, pg. 62 )<br />
no puede hablarse con rigor semiótico de lenguaje, al carecer de signos específicos y, sobre todo, de un código estable<br />
que los rija. La razón fundamental que nos lleva a muchos a hablar de “lenguaje”, lo mismo que de “alfabetización”<br />
es, coincidiendo con Peter Greenaway (ibídem, pg. 37), la de provocación de polémica para “hacer ver que la<br />
comprensión y la utilización de las tecnologías audiovisuales deberían ser tomadas tan en serio como la lectura y la<br />
escritura del lenguaje verbal”.<br />
85 González Requena (89) , pg 55 y ss.<br />
86 Idem, pgs. 50-52.<br />
87 Idem, pg. 58.<br />
88 Alonso, M., Matilla, L. y Vázquez, M.: “Teleniños...” pg, 206<br />
89 Alonso, M. y Matilla, L.: “Imágenes en acción” Ed. Akal, Madrid 1990., pg. 23 y ss.<br />
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