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ALTA COCINA GALLEGA<br />
Materias primas, la despensa de Galicia<br />
De la cocina <strong>gallega</strong> han hablado mucho y bien cronistas y<br />
críticos gastronómicos. Álvaro Cunqueiro es un referente<br />
de la cocina <strong>gallega</strong> tradicional, autor de Coquinario gallego<br />
o La cocina cristiana de Occidente, entre otros muchos<br />
libros y artículos. Antes que él, Manuel M.ª Puga y Parga,<br />
conocido como Picadillo, puso las pautas en la cocina <strong>gallega</strong><br />
con La cocina práctica (1905); Emilia de Pardo Bazán<br />
hizo acopio de recetas en La cocina española antigua<br />
(1913), y Julio Camba, cronista de los años treinta del siglo<br />
pasado contribuyó, entre muchos otros, a dar a conocer<br />
los bienes y las maneras de hacer de una cocina muy<br />
suya, muy de Galicia, una cocina sin estridencias, abundante,<br />
variada y artesanal, que siempre se ha apoyado en<br />
el puntal de una materia prima excelente.<br />
Del mar y del rIo. Cocina marinera<br />
El pescado y el marisco ocupan un lugar destacado en la<br />
gastronomía <strong>gallega</strong>, pues se trata de un territorio con<br />
1.498 kilómetros de costa, a veces escarpado y con altos<br />
acantilados, en el que el mar penetra en el interior formando<br />
las rías, patrimonio natural de la comunidad que<br />
le confiere unos paisajes espectaculares. Las Rías Baixas<br />
y las Rías Altas son la puerta de entrada de los productos<br />
que los gallegos extraen del mar desde tiempos inmemoriales.<br />
Los abundantes restos de conchas encontrados<br />
demuestran que ya en la prehistoria se consumía mucho<br />
marisco en estos lares.<br />
De los puertos sale la flota de pescadores en busca de las<br />
capturas en alta mar, la pesca de altura. Merluzas, rapes<br />
y lenguados llegan en esas embarcaciones a las lonjas.<br />
También faenan los pescadores cerca de la costa con barcas<br />
más pequeñas, la pesca de bajura. Vigo es un importante<br />
puerto pesquero, con dos lonjas, una de bajura y otra<br />
de altura, a las que llegan muchas de las capturas que se<br />
servirán más tarde en las mesas <strong>gallega</strong>s. Su importancia<br />
es remarcable: es el primer puerto comercializador de<br />
pescado para consumo humano del mundo. En el Museo<br />
do Mar, ubicado en esta ciudad, se hace un repaso de la<br />
historia de la pesca.<br />
Para hacerse con los productos que les ofrecen el río y el<br />
mar, los habitantes de las tierras <strong>gallega</strong>s han hecho uso<br />
del ingenio desde siempre. Con embarcaciones de madera<br />
y cuero se aventuraban mar adentro para capturar los<br />
peces. Idearon las pesqueiras, unas construcciones de piedra<br />
que todavía se pueden ver en el Miño, que sirven para<br />
atrapar pescados como la lamprea. Se trata de sillares de<br />
piedra perpendiculares al río, que se levantaron hace mile-<br />
nios a ambas orillas y que se convertían en un callejón sin<br />
salida para el animal, que acababa capturado en una cesta.<br />
Y tenían técnicas de secado con las que se aseguraban disponer<br />
de pescado, como congrio o lamprea, durante todo<br />
el año. En Ribeira (A Coruña) se celebra la Festa da Dorna<br />
el 24 de julio, en la que se rinde homenaje a la pequeña<br />
embarcación que los pescadores de esta localidad de las<br />
Rías Baixas, en la que existe una importante flota de pesca<br />
de bajura, utilizan para salir a faenar al mar: la dorna.<br />
Tradicionalmente el pescado se hacía cocido, bien en caldeirada<br />
o guisado. Y también a la parrilla, sobre las brasas<br />
en la lareira, la piedra del hogar en la que se hacía fuego.<br />
Para hacer la caldeirada se cocían el pescado y las patatas<br />
y se echaba caliente por encima una allada, una mezcla<br />
de ajo, aceite y pimentón, y se presentaba en una cazuela.<br />
Cualquier pescado hecho de esta manera se llamaba «a<br />
la <strong>gallega</strong>». Eran platos sencillos y baratos. Los guisos se<br />
reservaban para las fiestas, porque eran más laboriosos<br />
y entraban en juego otros ingredientes, como tomates, pimientos<br />
y guisantes. Más tiempo y más dinero, más propios<br />
de las gentes pudientes que de los pescadores.<br />
Galicia ha estado siempre volcada al mar, sus habitantes<br />
viven del mar y por el mar, y de este extraen los pescados<br />
y mariscos que la hacen conocida en todo el mundo. Los<br />
marineros lo subastan en las lonjas y, todavía con olor a<br />
mar, se distribuye por las casas y los restaurantes, donde<br />
serán cocinados y consumidos, o se conservarán para su<br />
desplazamiento a distintos mercados del planeta. Tantas<br />
bondades tienen los productos del mar y de la ría que los<br />
gallegos lo celebran siempre que pueden; por eso, a lo<br />
largo del año se suceden las fiestas para enaltecer a pescados<br />
y mariscos.<br />
Mariscos<br />
En Galicia, el marisco es muy variado, muy abundante y, sobre<br />
todo, de gran calidad. El que se obtiene de las rías tiene<br />
unas características especiales debido al ecosistema en el<br />
que habita: tiene más sabor y mayor calidad porque se cría<br />
en esas aguas que son al mismo tiempo dulces y saladas,<br />
consecuencia del agua del mar que penetra en la tierra y<br />
se mezcla con el agua de los ríos que vienen del interior.<br />
Los mariscos son muy ricos en nutrientes. Tienen proteínas,<br />
vitaminas y minerales en abundancia y muy pocos<br />
lípidos, por lo que el aporte calórico es escaso. Son, por<br />
todo ello, muy recomendables para la salud y para controlar<br />
el peso. Aportan muchos minerales –hierro, sodio,<br />
Acuicultura en la ría de Vigo.<br />
cinc, potasio, yodo y fósforo, entre otros– y su contenido<br />
en calcio es incluso mayor que el del pescado. Por eso los<br />
mariscos son grandes protectores de los huesos.<br />
Hay que tener en cuenta que, una vez capturado, el marisco<br />
se mantiene en buen estado muy poco tiempo. Es fundamental<br />
asegurarse de que esté en perfectas condiciones<br />
antes de consumirlo, pues el riesgo de intoxicación es<br />
mayor que en otros alimentos. Para conservarlo tiene que<br />
estar a muy baja temperatura, si no congelado. A la hora<br />
de adquirirlo en la pescadería, hay que comprobar que está<br />
fresco: en general, la carne debe estar firme al presionar<br />
sobre ella y no debe desprender olor desagradable. Si tiene<br />
caparazón, este debe estar brillante y no ha de estar hundida<br />
la unión de la cabeza y las patas. Las gambas y langostas<br />
y otros crustáceos alargados deben ser rosados y<br />
hay que comprobar que la cabeza no se separa fácilmente<br />
del cuerpo. La mejor prueba de que son frescos es cuando<br />
mueven las patas, porque están recién capturados. En<br />
cuanto a los moluscos, deben estar cerrados y, si cuesta<br />
abrirlos, tienen agua en su interior y la carne es firme, más<br />
garantías de que es un buen producto. Si los cefalópodos<br />
presentan un aspecto arrugado, mejor de secharlos, igual<br />
que si observamos que los tentáculos no están bien sujetos<br />
a la cabeza.<br />
Si el producto es congelado y hay escarcha a su alrededor,<br />
es posible que no se haya conservado correctamente. Una<br />
vez adquirido, hay que mantenerlo en casa en óptimas condiciones<br />
hasta su consumo, si es posible en el mismo día.<br />
La manera más tradicional y natural de preparar el marisco<br />
–y con la que nos aseguramos de mantener sus nutrientes–<br />
es cocerlo en agua de mar, con hojas de laurel o<br />
sin ellas, depende de las preferencias de cada uno. En su<br />
defecto se puede cocer con agua con sal. Si está vivo, el<br />
agua debe ser fría; si no lo está, el agua debe hervir. Para<br />
acompañar, una allada o ajada.<br />
Además de cocidos, los mariscos se pueden preparar de<br />
muchas otras maneras: los métodos y las combinaciones<br />
son infinitos, y serán la pericia del cocinero y una adecuada<br />
cocción las que pongan el colofón. Se pueden hacer a<br />
la plancha, al horno, gratinados, salteados, a la brasa o a la<br />
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