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gallega

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ALTA COCINA GALLEGA<br />

el vino gallego<br />

Aunque Galicia contaba con dos denominaciones de origen<br />

desde mediados del siglo xx (Ribeiro y Valdeorras),<br />

la creación de la Denominación de Origen Rías Baixas a<br />

finales de la década de 1980 y su exitosa apuesta por la<br />

recuperación de la variedad autóctona Albariño marcaron<br />

el inicio de una nueva edad de oro de la viticultura <strong>gallega</strong>.<br />

Al ejemplo de la recuperación de esta variedad, le<br />

siguieron otras como la de Godello, Treixadura, Torrontés,<br />

Loureira, etc., y la aprobación de nuevas denominaciones<br />

de origen como la de Monterrei y la de Ribeira Sacra. En la<br />

actualidad, la vitivinicultura se ha convertido en el pilar de<br />

la economía agraria <strong>gallega</strong>, tal como se puede comprobar<br />

con la simple observación de los datos de crecimienazufre.<br />

En el caso de la filoxera, y puesto que el daño letal<br />

para las viníferas se producía en sus raíces, la única solución<br />

fue injertarlas sobre esquejes de una especie americana<br />

(los denominados «patrones americanos») cuyas<br />

raíces eran resistentes a la enfermedad. Para explicarlo<br />

de una manera fácil de entender, digamos que la solución<br />

consistía en ponerles «zapatos nuevos» a las viejas variedades<br />

para que pudiesen soportar la presencia del invasor,<br />

que, a través de las raíces, mataba la planta. Aunque<br />

esta solución resultó muy eficaz, no fue fácil de aplicar, ya<br />

que obligó a levantar todos los antiguos viñedos de Europa<br />

y a replantar las variedades, injertadas sobre los citados<br />

«patrones americanos». Únicamente se salvaron de esta<br />

práctica algunos viejos viñedos instalados en suelos arenosos,<br />

en los que no se puede propagar la filoxera, tales<br />

como los existentes en Galicia, en la península del Morrazo<br />

(zona de Aldán, Donón, etc.), o los de algunas zonas de<br />

la costa mediterránea francesa, plantados sobre suelos<br />

arenosos (vin des sables). Se mantuvieron también libres<br />

de filoxera, y así continúan, algunas islas como las Canarias,<br />

Chipre y Creta, además de Chile, en el continente<br />

americano. También sobrevivieron sin necesidad de ser<br />

injertadas algunas cepas centenarias dispersas de las<br />

antiguas viníferas que, sin saber muy bien por qué razón,<br />

resultaban resistentes a la filoxera y eran poco sensibles<br />

al mildiu, oídio y black-rot. Hay que tener en cuenta que,<br />

aunque en Galicia la llegada de la filoxera causó tantos<br />

daños como en otras zonas de Europa, no fue menos grave<br />

el efecto de estas tres últimas enfermedades, ya que<br />

las temperaturas suaves y la alta humedad relativa típicas<br />

de la zona hacen de este un lugar especialmente óptimo<br />

para el desarrollo y multiplicación de los hongos que las<br />

causan. A pesar de ello, Galicia destaca por la conservación<br />

de un elevado número de ejemplares centenarios (se<br />

calcula que con más de trescientos años), con respecto a<br />

otras zonas vitícolas del mundo. Gran parte de estas antiguas<br />

variedades no existen en ningún otro lugar.<br />

Aunque la llegada de estas enfermedades constituyó una<br />

gran tragedia para los viticultores, también fue el inicio de<br />

la modernización en el cultivo de la vid, que en la actualidad<br />

se puede considerar como uno de los más sofisticados y<br />

complejos que se practican en agricultura. Así, tras aquellos<br />

años difíciles, muchos de los grandes viñedos europeos<br />

que hoy conocemos alcanzaron de nuevo gran esplendor en<br />

la primera mitad del siglo xx. En algunas zonas de España<br />

iniciaron su andadura en esta época bodegas que hoy constituyen<br />

todo un referente internacional.<br />

te de España, causada esta vez por la industrialización,<br />

ligada a la emigración desde las zonas rurales a ciudades<br />

españolas (Madrid, Barcelona, Bilbao, Vigo, Coruña)<br />

o a diferentes países europeos (Francia, Alemania, Suiza,<br />

Inglaterra). Esta circunstancia supuso el abandono de la<br />

agricultura por una parte importante de la población rural,<br />

sobre todo en aquellos lugares y para aquellos cultivos<br />

que exigían un gran esfuerzo con escasa rentabilidad,<br />

como era el caso de la viticultura de determinadas zonas.<br />

A ello se sumó la sustitución de las antiguas variedades<br />

de vid, con un alto nivel de adaptación a cada una de las<br />

zonas de cultivo, pero muy sensibles a las enfermedades<br />

citadas anteriormente, por lo que requerían la continua<br />

aplicación de tratamientos fitosanitarios, por otras menos<br />

sensibles a esas enfermedades y más productivas,<br />

pero poco adaptadas a la zona (Palomino Fino, Alicante,<br />

etc.). Junto con estas viníferas foráneas, se introdujeron<br />

también en los viñedos gallegos los HPD. Entre estos destaca<br />

el Jacquez (conocido a nivel internacional) y otros a<br />

los que los agricultores de la zona asignaron los nombres<br />

locales de Folla Redonda, Catalán Blanco, Catalán Rojo<br />

y Catalán Negro, debido posiblemente a que llegaron a<br />

Galicia a través de algún vivero catalán. Aunque los HPD<br />

producían vinos de baja calidad, tenían la gran ventaja de<br />

que producían muchos más kilos de uva, algunos de ellos<br />

daban mucho color al vino por su carácter tintorero (Jacquez<br />

y Folla Redonda) y, sobre todo, no necesitaban la<br />

aplicación continuada de tratamientos. Este tipo de cepas<br />

permitían, además, la viticultura de «fin de semana», que<br />

era la que llevaban a cabo aquellas personas que, aunque<br />

habían abandonado la zona rural como lugar de residencia<br />

habitual, vivían en ciudades no demasiado alejadas y<br />

seguían manteniendo el vínculo a través del cultivo de un<br />

pequeño huerto o de un viñedo que atendían los fines de<br />

semana. Todo ello provocó que, entre los años setenta y<br />

ochenta del pasado siglo, la calidad de los vinos gallegos<br />

bajara a niveles nunca antes conocidos.<br />

to de superficie vitícola o del número de bodegas. Sirvan<br />

como ejemplo los correspondientes a la Denominación de<br />

Origen Rías Baixas, que en 1987 contaba con tan solo 14<br />

bodegas y 237 hectáreas de superficie vitícola, y en 2013<br />

ya tenía 178 bodegas y 4.064 hectáreas de superficie de<br />

viñedo (www.doriasbaixas.com).<br />

Este éxito en el desarrollo y posicionamiento internacional<br />

de la vitivinicultura <strong>gallega</strong> en los últimos veinte años<br />

ha sido posible gracias al esfuerzo de los viticultores y<br />

bodegueros emprendedores, que han contado con un<br />

gran apoyo por parte de la Administración autonómica y<br />

que desde sus inicios han buscado la colaboración con la<br />

ciencia y la aplicación de nuevas tecnologías para ofrecer<br />

productos diferentes y de mejor calidad.<br />

Algunas de las cinco denominaciones de origen <strong>gallega</strong>s<br />

destacan considerablemente, entre las 69 denominaciones<br />

de origen existentes actualmente en España, por el<br />

elevado número de trabajos científicos publicados sobre<br />

sus variedades o sus vinos en los últimos quince o veinte<br />

años. Así, por ejemplo, en el año 1986 (poco tiempo antes<br />

de la creación de la Denominación de Origen Rías Baixas),<br />

se iniciaron en el Instituto de Investigaciones Agrobiológicas<br />

de Galicia y, posteriormente, en la Misión Biológica de<br />

Galicia, ambos centros pertenecientes al Consejo Superior<br />

de Investigaciones Científicas (CSIC), estudios pioneros en<br />

España sobre la recuperación y reintroducción en el mercado<br />

de las antiguas variedades de vid. Después de más<br />

de veinticinco años de laborioso y arduo trabajo de prospección<br />

directa por todas las zonas vitícolas de Galicia, de<br />

la revisión de numerosos documentos antiguos y literatura<br />

científica actual y del estudio ampelográfico, genético<br />

y agronómico detallado y profundo de las variedades, se<br />

ha podido comprobar que Galicia constituye una especie<br />

de «área refugio», con una gran biodiversidad vitícola, en<br />

la que han sido capaces de mantenerse vivas numerosas<br />

variedades de vid, diferentes a las que se conservan actualmente<br />

en otros lugares del mundo. Las razones por<br />

las cuales se ha podido conservar aquí semejante riqueza<br />

son varias. Por un lado, el minifundio típico de esta zona<br />

ha hecho que durante siglos cada agricultor cultivase en<br />

su pequeño viñedo aquellas variedades que él consideraba<br />

mejores para la elaboración de su vino de autoconsumo,<br />

o simplemente las que había recibido como herencia de<br />

generaciones anteriores. En este tipo de viñedos es frecuente<br />

encontrar, todavía hoy, diferentes variedades de vid<br />

mezcladas, que en otoño se distinguen en la lejanía por<br />

los distintos tonos de colores rojos, verdes y amarillos, que<br />

van adquiriendo las hojas de cada una de ellas, antes de su<br />

caída. Otro tipo de conservación de estas variedades an-<br />

Entre los años sesenta y setenta del siglo xx se inició otra<br />

nueva crisis en el sector vitivinícola del norte y noroestiguas<br />

y a menudo desconocidas es en forma de grandes<br />

emparrados que crecen al lado de las casas y que durante<br />

siglos han proporcionado la sombra bajo la cual distintas<br />

generaciones de la familia han pasado sus veranos charlando<br />

o simplemente tomándose un momento de descanso<br />

después del trabajo. Llegado el mes de septiembre u octubre,<br />

según la época de maduración, el emparrado en cuestión<br />

se vendimiaba y se elaboraba una pequeña cantidad de<br />

vino monovarietal de esa cepa concreta, o bien se añadía a<br />

la uva producida en los otros viñedos de la propiedad.<br />

Las difíciles condiciones orográficas y el aislamiento de<br />

algunas zonas vitícolas de Galicia, como la de Ribeira Sacra,<br />

por ejemplo, es otro de los factores que ha tenido<br />

también su influencia en la conservación de diferentes variedades<br />

de vid. La pendiente, la altitud, la orientación o el<br />

tipo de suelo de algunas de estas zonas limitan el cultivo<br />

de la vid y determinan el uso de unas u otras variedades.<br />

Lo mismo ocurre en las áreas próximas a zonas costeras,<br />

donde los elevados índices de humedad, asociados a<br />

frecuentes nieblas, vientos salinos, etc., constituyen otro<br />

tipo de limitaciones que han propiciado, en el transcurso<br />

de los siglos, el cultivo y conservación de unas variedades<br />

frente a otras.<br />

Los trabajos de investigación llevados a cabo en el CSIC<br />

han permitido conservar en las instalaciones de la Misión<br />

Biológica de Galicia (CSIC) un viñedo con plantas vivas de<br />

todas las variedades localizadas, recogidas y analizadas<br />

(casi un centenar de distintos ejemplares). Sobre todas<br />

ellas se han realizado numerosos estudios botánicos,<br />

agronómicos, genéticos, de resistencia a enfermedades<br />

etc., que han sido publicados en más de un centenar de<br />

artículos científicos y que también se han puesto a disposición<br />

de viticultores y público en general, a través de publicaciones<br />

de tipo divulgativo o en Internet (http://www.<br />

vitis.mbg.csic.es/vitis/). De forma paralela, de las variedades<br />

que según los datos obtenidos eran susceptibles<br />

de producir vinos diferentes y de calidad se ha transferido<br />

planta a los viveristas para que puedan ser comercializadas<br />

entre los viticultores interesados, con todas las<br />

garantías en cuanto a identidad varietal y estado sanitario.<br />

De este modo, han sido puestos en el mercado los<br />

primeros clones certificados de Albariño y próximamente<br />

se hará con más de una docena de antiguas variedades<br />

<strong>gallega</strong>s, algunas de ellas todavía por descubrir, incluso<br />

para los viticultores.<br />

Entre las variedades blancas y tintas más importantes de<br />

Galicia, destacaría las 10 siguientes, en cada uno de los<br />

dos grupos:<br />

150<br />

151

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