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Elon-Musk-Ashlee-Vance

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Musk es valerse de los últimos avances en la fabricación y los lanzamientos para

hacer bajar drásticamente el coste de enviar cosas al espacio. Un detalle significativo:

ha estado haciendo pruebas con cohetes que pueden enviar su carga útil al espacio,

regresar a la Tierra y aterrizar con precisión en una plataforma flotante en alta mar o

incluso en la plataforma de lanzamiento original. En lugar de dejar que los cohetes se

destruyan después de estrellarse en el mar, SpaceX usará retroimpulsores para que

desciendan suavemente y así poder reutilizarlos. En los próximos años, la empresa

espera bajar sus precios a la décima parte de los de sus rivales, como mínimo. La

reutilización de cohetes constituirá el grueso de esta reducción y será la ventaja

competitiva de SpaceX. Imaginemos una línea aérea que vuela con el mismo avión

una y otra vez, compitiendo contra otras que retiran los aviones tras un solo vuelo [2] .

Mediante esta reducción de los costes, SpaceX aspira a hacerse con la mayoría de los

lanzamientos comerciales, y hay pruebas de que la empresa está en camino de

lograrlo. Hasta el momento ha lanzado satélites para clientes canadienses, europeos y

asiáticos, y ha llevado a cabo dos docenas de despegues aproximadamente. Tiene

programados lanzamientos para unos cuantos años, y sus planes abarcan la

realización de más de cincuenta vuelos, lo que en conjunto representa un valor de

más de cinco mil millones de dólares. La empresa sigue siendo propiedad de capital

privado, con Musk como accionista mayoritario, junto a otros inversores externos que

incluyen sociedades de capital riesgo como Founders Fund y Draper Fisher

Jurvetson, lo que la dota de un espíritu competitivo del que carecen sus rivales.

Después de estar a punto de hundirse en 2008, ha sido rentable desde entonces, y su

valor estimado es de doce mil millones de dólares.

Zip2, PayPal, Tesla, SolarCity… Todas estas empresas son manifestaciones de

Musk. SpaceX es Musk. Sus puntos débiles emanan directamente de él, así como su

éxito. Esto se deriva en parte de la maniática atención al detalle de Musk y de su

implicación en cada uno de los aspectos de SpaceX. Es práctico hasta un extremo que

haría que Hugh Hefner, el millonario dueño de Playboy, se sintiera un inepto. Y parte

de ello se explica porque SpaceX es la apoteosis del culto a Musk. Los empleados

temen a Musk. Adoran a Musk. Entregan sus vidas a Musk. Y, habitualmente, hacen

todo eso a la vez.

Su exigente estilo de gestión solo puede dar resultados porque la empresa no es

—literalmente— de este mundo. Mientras que el resto de la industria aeroespacial

tiene bastante con seguir enviando al espacio lo que parecen reliquias de la década de

1960, SpaceX se ha propuesto hacer justo lo contrario. Sus cohetes y sus naves

reutilizables parecen auténticas máquinas del siglo XXI. La modernización del equipo

no es solo una cuestión de imagen; refleja el constante empeño de la empresa para

mejorar su tecnología y transformar los factores económicos de esta industria. Musk

no quiere simplemente reducir el coste de enviar satélites y llevar suministros a la

estación espacial. Quiere reducir el coste de los lanzamientos hasta el punto de que

resulte económico y práctico enviar miles y miles de vuelos de suministros a Marte y

www.lectulandia.com - Página 147

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