Primavera con una esquina rota - Mario Benedetti
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ien pronunció ese va, pensó que había estado sincero y<br />
fatal, sincero porque verdaderamente ése era el sentimiento<br />
safari que empezaba a abrirse paso en la selvita<br />
de su estupor, y fatal, porque no se le escapaba que<br />
aquel va relativamente imprudente era algo así como el<br />
primer versículo de su apocalipsis personal Pero ya estaba<br />
pronunciado y subrayado, y Graciela que había estado<br />
decorosamente pálida de pronto se coloreó y suspiró<br />
como quien entra en <strong>una</strong> florería de lujo, y él <strong>con</strong>sideró<br />
que ahora correspondía extenderle <strong>una</strong> mano y en <strong>con</strong>secuencia<br />
se la extendió por sobre la mesita ratona sorteando<br />
hábilmente el búcaro sin claveles y el cenicero<br />
<strong>con</strong> puchos, y ella estuvo un rato o sea cuatro segundos<br />
vacilando y luego también extendió su mano delgada<br />
que parecía de pianista pero era de mecanógrafa y ésta<br />
pasó a ser la prueba del nueve porque el <strong>con</strong>tacto fue<br />
después de todo suficientemente revelador y ambos se<br />
miraron como descubriéndose A <strong>con</strong>tinuación había venido<br />
el larguísimo análisis, otra vez la palabra lealtad saltando<br />
por sobre el búcaro sin flores y el cenicero <strong>con</strong><br />
puchos, deteniéndose a veces en los rudos nudillos de él<br />
y otras veces en el fragante escote de ella, y Graciela,<br />
por ahora más atormentada que feliz, yo comprendo que<br />
es <strong>una</strong> situación injusta pero a esta altura del partido no<br />
puedo mentirme a mí misma y demasiado sé todo lo que<br />
le debo a Santiago pero evidentemente esa <strong>con</strong>vicción<br />
no es un seguro vitalicio <strong>con</strong>tra el desapego <strong>con</strong>yugal, y<br />
Rolando por su parte, por ahora más des<strong>con</strong>certado que<br />
feliz, tomémoslo <strong>con</strong> serenidad, tomémoslo como si Santiago<br />
estuviera presente en nuestro diálogo ya que él es<br />
<strong>una</strong> parte indescartable de esta situación, tomémoslo<br />
como si Santiago pudiera de veras comprenderlo y sobre<br />
todo comprendiéndolo en primer término nosotros Y así<br />
hablaron y fumaron durante un par de horas, casi sin tocarse,<br />
barajando soluciones y resoluciones, tocando pero<br />
<strong>con</strong> pinzas el tema Beatriz, sin atreverse todavía a desmenuzar<br />
o planificar el futuro, prometiéndose un tiempo<br />
para habituarse a la idea, prometiéndose asimismo no<br />
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