30.04.2013 Views

Primavera con una esquina rota - Mario Benedetti

Primavera con una esquina rota - Mario Benedetti

Primavera con una esquina rota - Mario Benedetti

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

HERIDOS Y CONTUSOS (El dormido)<br />

A primera hora de la tarde, el silencio está afuera y<br />

está adentro Graciela sabe qué va a en<strong>con</strong>trar si se decide<br />

a mirar a través de las persianas No sólo el camino<br />

de flores estará desierto, sino todo el alrededor: los canteros,<br />

las calles internas de la urbanización, las ventanas,<br />

las breves terrazas del edificio B<br />

Los únicos habitantes móviles son a esta hora unos<br />

extraños abejorros que se arriman zumbando a las persianas,<br />

pero no <strong>con</strong>siguen entrar A lo lejos, muy a lo lejos,<br />

suenan de vez en cuando, como en ondas casi imperceptibles,<br />

los gritos y las risas de un colegio mixto que<br />

queda a <strong>una</strong>s doce o quince cuadras<br />

Entonces, ¿para qué va a levantarse a mirar a través<br />

de las persianas si de antemano sabe lo que va a en<strong>con</strong>trar?<br />

Ese exterior es rutina, y en cambio en el interior,<br />

por ejemplo en la cama, hay <strong>una</strong> novedad<br />

Graciela apaga el cigarrillo apretándolo <strong>con</strong>tra un cenicero<br />

de la mesita de noche Se incorpora a medias,<br />

apoyándose en un codo Examina su propia desnudez y<br />

siente un escalofrío, pero no hace ademán de recoger la<br />

sábana que está amontonada a los pies de la cama<br />

Sigue mirando hacia las persianas, pero sin que nada<br />

reclame su interés Probablemente es sólo <strong>una</strong> manera<br />

de darle la espalda al resto del lecho, pero no como un<br />

rechazo, sino como la postergación de un disfrute Y entonces,<br />

antes de darse vuelta, antes de mirar, va moviendo<br />

lentamente <strong>una</strong> mano hasta posarla sobre la piel del<br />

dormido<br />

La piel del dormido se estremece, un poco a la manera<br />

de los caballos cuando intentan espantar las moscas<br />

La mano no se da por aludida y permanece allí, tenaz,<br />

hasta que aquella carne vuelve a serenarse<br />

128

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!