Primavera con una esquina rota - Mario Benedetti
Primavera con una esquina rota - Mario Benedetti
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HERIDOS Y CONTUSOS (El dormido)<br />
A primera hora de la tarde, el silencio está afuera y<br />
está adentro Graciela sabe qué va a en<strong>con</strong>trar si se decide<br />
a mirar a través de las persianas No sólo el camino<br />
de flores estará desierto, sino todo el alrededor: los canteros,<br />
las calles internas de la urbanización, las ventanas,<br />
las breves terrazas del edificio B<br />
Los únicos habitantes móviles son a esta hora unos<br />
extraños abejorros que se arriman zumbando a las persianas,<br />
pero no <strong>con</strong>siguen entrar A lo lejos, muy a lo lejos,<br />
suenan de vez en cuando, como en ondas casi imperceptibles,<br />
los gritos y las risas de un colegio mixto que<br />
queda a <strong>una</strong>s doce o quince cuadras<br />
Entonces, ¿para qué va a levantarse a mirar a través<br />
de las persianas si de antemano sabe lo que va a en<strong>con</strong>trar?<br />
Ese exterior es rutina, y en cambio en el interior,<br />
por ejemplo en la cama, hay <strong>una</strong> novedad<br />
Graciela apaga el cigarrillo apretándolo <strong>con</strong>tra un cenicero<br />
de la mesita de noche Se incorpora a medias,<br />
apoyándose en un codo Examina su propia desnudez y<br />
siente un escalofrío, pero no hace ademán de recoger la<br />
sábana que está amontonada a los pies de la cama<br />
Sigue mirando hacia las persianas, pero sin que nada<br />
reclame su interés Probablemente es sólo <strong>una</strong> manera<br />
de darle la espalda al resto del lecho, pero no como un<br />
rechazo, sino como la postergación de un disfrute Y entonces,<br />
antes de darse vuelta, antes de mirar, va moviendo<br />
lentamente <strong>una</strong> mano hasta posarla sobre la piel del<br />
dormido<br />
La piel del dormido se estremece, un poco a la manera<br />
de los caballos cuando intentan espantar las moscas<br />
La mano no se da por aludida y permanece allí, tenaz,<br />
hasta que aquella carne vuelve a serenarse<br />
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