Primavera con una esquina rota - Mario Benedetti
Primavera con una esquina rota - Mario Benedetti
Primavera con una esquina rota - Mario Benedetti
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
a, a pesar de la canterola, <strong>con</strong> la oreja pegada a la onda<br />
corta Así que el panorama era éste: nosotros <strong>con</strong> Gardel<br />
y ella <strong>con</strong> la BBC Y de pronto dio un salto: ‘¡Ganó el<br />
NO! ¡Ganó el NO por más del sesenta por ciento!’ Y ahí<br />
nomás abandonamos al pobre Gardel y nos pegamos a la<br />
BBC, que nos <strong>con</strong>firmaba el notición”<br />
Ese mismo 30 de noviembre, en Mallorca, también yo<br />
me había enterado por la BBC; nunca antes, aquel español<br />
pulcro y desinfectado, esa suerte de promedio entre<br />
Guadalajara y Ushuaia, me había parecido tan espléndido<br />
“Nos largamos a la calle <strong>con</strong> <strong>una</strong> bandera” sigue Alfredo,<br />
“ni sé de dónde la sacamos Había que comunicarlo y<br />
festejarlo Golpeábamos en las casas de los compatriotas,<br />
pero la mayoría no había vacilado, como nosotros, entre<br />
el Mago y la BBC; sencillamente se habían ido al catre,<br />
porque el lunes es día de trabajo Muchos creían que era<br />
<strong>una</strong> broma, pero de a poco fueron <strong>con</strong>venciéndose y sumándose<br />
al coro, cada vez más entusiasta y desafinado<br />
Era tanto el escándalo que la policía no tuvo más remedio<br />
que acercarse, un poco asombrada ante semejante<br />
alboroto en un Alamar que a esas horas sólo descansa o<br />
hace el amor ¿Qué era aquello? ¿Qué nos pasaba? Ahí<br />
nuestro principal argumento fue la bandera y a partir de<br />
eso entendieron lo demás Sólo nos sugirieron que no hiciéramos<br />
tanto ruido, pero yo creo que sin ning<strong>una</strong> esperanza<br />
de que siguiéramos el <strong>con</strong>sejo En realidad, el festejo<br />
sólo terminó cuando empezó a asomar el sol”<br />
¿Y al final cómo estaban? “Orgullosos, che, orgullosos”,<br />
<strong>con</strong>cluyó el viejo Alfredo, flaco, arrugado y enhiesto,<br />
sacando pecho como en Tacuarembó<br />
160