Primavera con una esquina rota - Mario Benedetti
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Paso Molino, de Tambores o de Palmitas, me desbaratara<br />
un dedo <strong>con</strong> la puerta de su Volkswagen (bah, la marca<br />
puede ser otra) no tengo ningún in<strong>con</strong>veniente en mantenerme<br />
en el precario y <strong>con</strong>fortable territorio de la duda<br />
filosófica De todas maneras, si mi odio instantáneo hacia<br />
el pelma de Ordóñez tuviera <strong>con</strong>notaciones internacionales,<br />
o por lo menos interamericanas, mi caso ya no<br />
sería de xenofobia sino todo lo <strong>con</strong>trario<br />
El trasplante forzoso es duro en cualquier edad Eso lo<br />
he sufrido en carne propia Pero tal vez sean los jóvenes<br />
quienes se sienten más castigados Y no lo digo por<br />
Graciela, o por Rolando, o por el mismo Santiago cuando<br />
algún día esté libre Pienso más bien en los muchachos<br />
que eran todavía unos gurises cuando empezó el<br />
quilombo A ellos les debe ser casi imposible <strong>con</strong>cebir<br />
este tramo de sus vidas como algo no transitorio, como<br />
<strong>una</strong> frustración a larguísimo plazo Y el peligro es que tal<br />
sensación pueda <strong>con</strong>vertirlos en víctimas de <strong>una</strong> erosión<br />
irreversible<br />
¿Cuántos de esos que antes vimos militando cojonudamente<br />
en La Teja o en Malvín o en Industrias, y hoy<br />
vemos en París, junto al Sacré-Coeur, o en el Ponte<br />
Vecchio florentino, o en el Rastro de Madrid, tendidos<br />
junto a productos artesanales que ellos mismos han moldeado<br />
o tejido, cuántos de esos muchachos y muchachas,<br />
de vaga sonrisa y mirada lejana, no habrán visto,<br />
meses o años atrás, cómo caían a su lado los camaradas<br />
más queridos, o no habrán oído gritos desgarradores<br />
desde la celda nauseabunda y <strong>con</strong>tigua? ¿Cómo juzgar<br />
justicieramente a estos neopesimistas, a estos escépticos<br />
prematuros, si no se empieza por entender que sus esperanzas<br />
han sido abruptamente mutiladas? ¿Cómo omitir<br />
que a estos jóvenes, segregados de su medio, de su familia,<br />
de sus amigos, de sus aulas, se les ha suspendido su<br />
humanísimo derecho a rebelarse como jóvenes, a luchar<br />
como jóvenes? Sólo se les dejó el derecho a morir como<br />
jóvenes<br />
A veces los muchachos tienen un valor a prueba de<br />
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