30.04.2013 Views

Primavera con una esquina rota - Mario Benedetti

Primavera con una esquina rota - Mario Benedetti

Primavera con una esquina rota - Mario Benedetti

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

purpúrea y cuando tengo un dolor intenso no pronuncio<br />

ning<strong>una</strong> interjección, ni de las importadas ni de las domésticas,<br />

sencillamente porque emito un extraño sonido<br />

que podría ser más bien definido como onomatopéyico,<br />

aunque el diccionario aporta tres ejemplos de onomatopeyas<br />

(miau, gluglú, cataplún) que por supuesto y por<br />

suerte no tienen nada que ver <strong>con</strong> los gruñidos o bufidos<br />

o estridores guturales que suelo producir en tales<br />

lancinantes ocasiones<br />

¿Qué pensaría yo de mí mismo si por ejemplo cuando<br />

el mes pasado, exactamente el miércoles nueve, el profesor<br />

Ordóñez me apretó el dedo <strong>con</strong> la sólita y sólida<br />

puerta de su Volkswagen yo hubiera gritado gluglú o<br />

cataplún? En cambio mi modesto estridor gutural, acompañado<br />

de mirada tajante (no en la acepción de “categórico”<br />

sino de “que taja o corta”), seguramente no le habrá<br />

dejado al pobre Ordóñez la menor duda acerca de<br />

mi odio instantáneo, odio por otra parte injusto además<br />

de instantáneo ya que él me había reventado el índice<br />

sólo por imperdonable distracción y no por xenofobia<br />

militante Re<strong>con</strong>ozco sin embargo que para mí no representó<br />

entonces ningún <strong>con</strong>suelo ni atenuante la indudable<br />

certeza de que ese tarado sería capaz de masacrarle<br />

el dedo, <strong>con</strong> toda ecuanimidad y pareja torpeza, a cualquiera<br />

de sus queridos compatriotas Aunque parezca<br />

mentira aquella desgracia me causó gracia, porque durante<br />

unos cuantos minutos debimos haber sido dos<br />

“rostros pálidos” (afort<strong>una</strong>damente no apareció ningún<br />

sioux en el horizonte): yo, porque estuve a punto de desmayarme<br />

en mitad de mis estridores guturales, y<br />

Ordóñez porque también Con la única diferencia de que<br />

el dedo era mío Ahora bien, ese odio instantáneo, y re<strong>con</strong>ozco<br />

que injusto, que experimenté hacia mi colega<br />

aun cuando estuve a punto de desplomarme, ¿lo habría<br />

sentido, en el mismo grado, si el dueño del Volkswagen<br />

hubiese sido un oriental del Paso Molino, de Tambores o<br />

de Palmitas? Tengo mis dudas al respecto, pero como la<br />

única forma de salir de ellas sería que un compatriota del<br />

141

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!