Primavera con una esquina rota - Mario Benedetti
Primavera con una esquina rota - Mario Benedetti
Primavera con una esquina rota - Mario Benedetti
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
—Es penoso, ¿no?<br />
—Sí<br />
—Me inclino a pensar que el mero hecho de decírselo<br />
sería lo que expresaste al final: <strong>una</strong> crueldad inútil Vos y<br />
Beatriz son para Santiago sus razones de vida<br />
—¿Y usted?<br />
—Yo soy su padre Es otra cosa Los padres vienen de<br />
regalo, nadie los elige La mujer y los hijos se adquieren<br />
por un acto de voluntad Por <strong>una</strong> decisión propia Santiago<br />
me quiere, claro, y yo lo quiero a él, pero siempre<br />
ha mediado entre nosotros <strong>una</strong> distancia Con su madre<br />
era distinto Ella sí había logrado <strong>una</strong> buena comunicación,<br />
y su muerte fue para Santiago <strong>una</strong> catástrofe difícil<br />
de asimilar Es claro que entonces tenía quince años<br />
Pero, como te decía, ahora, para él y allí donde está, vos<br />
y Beatriz son su futuro; mediato o inmediato, no importa<br />
Él piensa que algún día se reunirá <strong>con</strong> ustedes dos y<br />
todo recomenzará<br />
—Sí, eso es lo que piensa<br />
—Ahora bien, como vos decís, si él no estuviera en la<br />
cárcel todo eso sería triste pero más normal Nunca es<br />
buena la ruptura de <strong>una</strong> pareja, pero a veces <strong>una</strong> <strong>con</strong>tinuidad<br />
forzada puede ser mucho peor<br />
—¿Qué me a<strong>con</strong>seja, Rafael?<br />
El suegro empina el vaso y acaba <strong>con</strong> el whisky que se<br />
había servido Ahora es él quien resopla<br />
—Meterse en la vida de los demás es siempre <strong>una</strong> imprudencia<br />
—Pero Santiago es su hijo<br />
—Y vos también sos un poco mi hija<br />
—Yo lo siento así<br />
—Ya lo sé Por eso es más complicado<br />
Otra vez suena el teléfono, pero el suegro no levanta<br />
el tubo<br />
—No te preocupes No es Lydia ¿Te había dicho su<br />
nombre? Quien llama siempre a esta hora es un pesado<br />
Un alumno que me hace interminables <strong>con</strong>sultas sobre<br />
bibliografía<br />
101