You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
completa entrega a su Maestro. “Ni por medio <strong>de</strong> los Vedas, ni por penitencia, ni por<br />
limosna, ni siquiera por sacrificio, me habrán <strong>de</strong> ver en la forma en que acabas <strong>de</strong><br />
contemplarme —<strong>de</strong>claró Krishna, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber reasumido su forma fa<strong>mil</strong>iar— [217]<br />
sino sólo por medio <strong>de</strong> la <strong>de</strong>voción por Mí, he <strong>de</strong> ser conocido en esta forma, realizado<br />
verda<strong>de</strong>ramente y penetrado. Aqu<strong>el</strong> que hace Mi trabajo y me mira como la Meta Suprema,<br />
aqu<strong>el</strong> que es <strong>de</strong>voto Mío y no odia a ninguna criatura, ése vendrá a Mí.” 35 La formulación<br />
correspondiente hecha por Jesús, aclara <strong>el</strong> punto en forma más sucinta: “El que pierda su<br />
vida por mí, la hallará.” 36<br />
El significado es muy claro; es <strong>el</strong> significado <strong>de</strong> toda práctica r<strong>el</strong>igiosa. El individuo,<br />
por medio <strong>de</strong> prolongadas disciplinas psicológicas, renuncia completamente a todo su apego<br />
a sus limitaciones personales, idiosincrasias, esperanzas y temores, ya no resiste a la<br />
aniquilación <strong>de</strong> sí mismo que es <strong>el</strong> prerrequisito al renacimiento en la realización <strong>de</strong> la<br />
verdad y así madura, al final, para la gran reconciliación (unificación). Después <strong>de</strong> disolver<br />
totalmente todas sus ambiciones personales, ya no trata <strong>de</strong> vivir, sino que se entrega<br />
voluntariamente a lo que haya <strong>de</strong> pasarle; o sea que se convierte en anónimo. La Ley vive en<br />
él con su consentimiento sin reservas.<br />
Muchas son <strong>las</strong> figuras, particularmente en los contextos sociales y mitológicos d<strong>el</strong><br />
Oriente, que representan este último estado <strong>de</strong> la presencia anónima. Los sabios que viven<br />
como ermitaños y los mendigos errantes que juegan un pap<strong>el</strong> importante en la vida y en <strong>las</strong><br />
leyendas d<strong>el</strong> Oriente; en <strong>el</strong> mito, <strong>las</strong> figuras como la d<strong>el</strong> Judío Errante (<strong>de</strong>spreciados,<br />
<strong>de</strong>sconocidos, pero con la perla <strong>de</strong> gran precio en <strong>el</strong> bolsillo); <strong>el</strong> mendigo perseguido por los<br />
perros; <strong>el</strong> <strong>mil</strong>agroso poeta mendicante cuya música apacigua <strong>el</strong> corazón; o <strong>el</strong> dios<br />
enmascarado: Wotan, Viracocha, Edshu; éstos son los ejemplos. “Unas veces un tonto, otras<br />
veces un sabio, unas veces poseído <strong>de</strong> real esplendor, otras veces errando, unas veces tan<br />
quieto como un pitón, otras veces con una expresión benigna, unas veces lleno <strong>de</strong> honores,<br />
otras insultado, otras <strong>de</strong>sconocido; así vive <strong>el</strong> hombre realizado, siempre f<strong>el</strong>iz con la suprema<br />
dicha. Así como un actor es siempre un hombre, lleve o no la indumentaria <strong>de</strong> su pap<strong>el</strong>, así<br />
es <strong>el</strong> perfecto conocedor <strong>de</strong> lo Imperece<strong>de</strong>ro, siempre lo Imperece<strong>de</strong>ro y nada más.” 37<br />
6. LIBERTAD PARA VIVIR<br />
[218] Y bien, ¿cuál es <strong>el</strong> resultado d<strong>el</strong> pasaje <strong>mil</strong>agroso y d<strong>el</strong> regreso?<br />
El campo <strong>de</strong> batalla es simbólico d<strong>el</strong> campo <strong>de</strong> la vida, don<strong>de</strong> cada criatura vive <strong>de</strong> la<br />
muerte <strong>de</strong> otra. El caer en la cuenta <strong>de</strong> la inevitable culpa <strong>de</strong> vivir pue<strong>de</strong> enfermar <strong>el</strong> corazón<br />
<strong>de</strong> tal modo que, como Hamlet o como Arjuna, <strong>el</strong> individuo pue<strong>de</strong> rehusarse a seguir. Por<br />
otra parte, como casi todos nosotros, <strong>el</strong> individuo pue<strong>de</strong> inventar una falsa y finalmente<br />
injustificada imagen <strong>de</strong> sí mismo como un fenómeno excepcional en <strong>el</strong> mundo, no culpable<br />
como los otros, sino justificado <strong>de</strong> sus inevitables pecados porque representa <strong>el</strong> bien. Esa<br />
rectitud d<strong>el</strong> yo lleva al mal entendimiento, no sólo <strong>de</strong> uno mismo, sino <strong>de</strong> la naturaleza d<strong>el</strong><br />
hombre y d<strong>el</strong> cosmos. La meta d<strong>el</strong> mito es <strong>de</strong>spejar la necesidad <strong>de</strong> esa ignorancia <strong>de</strong> la vida<br />
efectuando una reconciliación <strong>de</strong> la conciencia d<strong>el</strong> individuo con la voluntad universal. Y<br />
esto se efectúa a través <strong>de</strong> una valoración <strong>de</strong> la verda<strong>de</strong>ra r<strong>el</strong>ación entre los fenómenos<br />
pasajeros d<strong>el</strong> tiempo con la vida imperece<strong>de</strong>ra que vive y muere en todos.<br />
“Así como una persona se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> <strong>de</strong> sus ropas viejas y se pone otras nuevas, así <strong>el</strong><br />
35 Bhagavad Gita, 11:53-55.<br />
36 Mateo, 16:25.<br />
37 Shankaracharya, Vivekachudamani, 542 y 555.<br />
136