Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
alre<strong>de</strong>dor d<strong>el</strong> que sueña y él permanece como un árbol, inmóvil en la tierra.” 18 Ésta es una<br />
imagen d<strong>el</strong> círculo mágico dibujado alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> la personalidad por la fuerza d<strong>el</strong> padre que<br />
sustenta la fijación, que equivale al dragón. 19 Brunilda, <strong>de</strong> la misma manera, permaneció en<br />
su estado <strong>de</strong> hija durante años, con la virginidad protegida por <strong>el</strong> círculo <strong>de</strong> fuego d<strong>el</strong> padre<br />
<strong>de</strong> todos, Wotan. Durmió en la intemporalidad hasta <strong>el</strong> arribo <strong>de</strong> Sigfrido. La B<strong>el</strong>la<br />
Durmiente fue obligada a dormir por una bruja c<strong>el</strong>osa (imagen inconsciente <strong>de</strong> la madre<br />
malvada). Y no sólo la joven, sino todo su mundo permaneció dormido, hasta que al fin,<br />
<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> “muchos, muchos años”, vino [65] un príncipe a <strong>de</strong>spertarla: “El rey y la reina<br />
(imágenes conscientes <strong>de</strong> los buenos padres), que volvían a casa y entraban al vestíbulo, se<br />
quedaron dormidos, y con <strong>el</strong>los <strong>el</strong> reino entero. Todos los caballos dormían en los establos,<br />
los perros en <strong>el</strong> patio, <strong>las</strong> palomas en <strong>el</strong> techo, <strong>las</strong> moscas en <strong>las</strong> pare<strong>de</strong>s, <strong>el</strong> fuego d<strong>el</strong> hogar se<br />
quedó quieto y ador<strong>mil</strong>ado y <strong>el</strong> asado <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> hervir. Y <strong>el</strong> cocinero, que iba a tirar <strong>de</strong> los<br />
cab<strong>el</strong>los al pinche porque había olvidado algo, lo <strong>de</strong>jó ir y cayó en profundo sueño. Y <strong>el</strong><br />
viento se calmó y ni una sola hoja se movía en los árboles. Alre<strong>de</strong>dor d<strong>el</strong> castillo empezó a<br />
crecer una muralla <strong>de</strong> espinas que cada año era más alta y que finalmente encerró todo <strong>el</strong><br />
feudo. Creció más alta que <strong>el</strong> castillo, <strong>de</strong> manera que nada podía verse, ni siquiera <strong>el</strong> gallo <strong>de</strong><br />
la v<strong>el</strong>eta.” 20<br />
Una ciudad persa fue una vez “petrificada en piedras”, <strong>el</strong> rey y la reina, los soldados,<br />
los habitantes y todo, porque <strong>el</strong> pueblo no quiso escuchar la llamada <strong>de</strong> Alá. 21 La mujer <strong>de</strong><br />
Lot se convirtió en estatua <strong>de</strong> sal por haber vu<strong>el</strong>to la cabeza cuando había recibido la llamada<br />
<strong>de</strong> Yavé. 22 Y ahí está la fábula d<strong>el</strong> Judío Errante, con<strong>de</strong>nado a permanecer en la tierra hasta <strong>el</strong><br />
día d<strong>el</strong> juicio porque cuando Cristo pasó a su lado llevando la cruz, este hombre, que estaba<br />
entre la gente que bor<strong>de</strong>aba <strong>el</strong> camino, gritó: “¡Más rápido! ¡Date un poco <strong>de</strong> prisa!” El<br />
Salvador, <strong>de</strong>sconocido e insultado, se volvió y le dijo: “Voy, pero tú permanecerás aquí<br />
esperando hasta mi regreso.” 23<br />
Algunas <strong>de</strong> <strong>las</strong> víctimas permanecen hechizadas para siempre (por lo menos, eso se<br />
dice), pero otras están <strong>de</strong>stinadas a ser salvadas. Brunilda fue preservada para <strong>el</strong> héroe que le<br />
correspondía y la B<strong>el</strong>la Durmiente fue rescatada por un príncipe. También <strong>el</strong> joven que había<br />
sido transformado en árbol soñó posteriormente en una mujer <strong>de</strong>sconocida que le señalaba <strong>el</strong><br />
camino, como una misteriosa guía, a <strong>de</strong>sconocidos sen<strong>de</strong>ros. 24 No todos los que vacilan están<br />
perdidos. La psique tiene muchos secretos en reserva. Y no se <strong>de</strong>scubren a menos que sea<br />
necesario. De manera que algunas veces <strong>el</strong> predicamento que sigue a una negativa [66]<br />
obstinada a la llamada, <strong>de</strong>muestra ser la ocasión <strong>de</strong> una rev<strong>el</strong>ación provi<strong>de</strong>ncial <strong>de</strong> algún<br />
insospechado principio <strong>de</strong> liberación.<br />
La introversión voluntaria, <strong>de</strong> hecho, es uno <strong>de</strong> los recursos clásicos d<strong>el</strong> genio creador<br />
y pue<strong>de</strong> emplearse como un recurso d<strong>el</strong>iberado. Lleva <strong>las</strong> energías psíquicas a lo profundo y<br />
activa <strong>el</strong> continente perdido <strong>de</strong> <strong>las</strong> imágenes infantiles inconscientes y arquetípicas. El<br />
resultado, por supuesto, pue<strong>de</strong> ser una <strong>de</strong>sintegración más o menos completa <strong>de</strong> la<br />
conciencia (neurosis, psicosis; la fuga <strong>de</strong> la hechizada Dafne), pero por otra, si la<br />
personalidad es capaz <strong>de</strong> absorber e integrar <strong>las</strong> nuevas fuerzas se habrá experimentado un<br />
grado casi sobrehumano <strong>de</strong> autoconciencia y <strong>de</strong> control dominante. Éste es un principio<br />
básico <strong>de</strong> <strong>las</strong> disciplinas hindúes d<strong>el</strong> yoga. Ha sido también <strong>el</strong> camino <strong>de</strong> muchos espíritus<br />
18<br />
Jung. The Integration of the Personality, pp. 104, 106.<br />
19<br />
La serpiente (en mitología es un símbolo <strong>de</strong> <strong>las</strong> aguas terrestres), correspon<strong>de</strong> precisamente al padre<br />
<strong>de</strong> la perseguida ninfa, Dafne, al río Peneo.<br />
20<br />
Grimm, N° 50.<br />
21<br />
Las <strong>mil</strong> y una noches, traducción <strong>de</strong> R. Cansinos Assens (Aguilar, México, 1954), vol. I, pp. 531-538.<br />
22<br />
Génesis, 19:26.<br />
23<br />
Werner Zirus, Ahasverus, <strong>de</strong>r Ewige Ju<strong>de</strong> (Stoff-und Motivgeschichte <strong>de</strong>r <strong>de</strong>utschen Literatur 6, Berlín y<br />
Leipzig, 1930), p. 1.<br />
24 Supra, p. 58.<br />
43