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sido ejecutado todavía; <strong>las</strong> Corrientes <strong>de</strong> la Venganza <strong>de</strong> Dios se han <strong>de</strong>tenido; pero vuestra<br />
Culpa crece mientras tanto, y cada Día atesoráis más Ira; <strong>las</strong> Aguas crecen continuamente y<br />
corren con más y más fuerza; y es sólo <strong>el</strong> puro Placer <strong>de</strong> Dios <strong>el</strong> que <strong>de</strong>tiene esas Aguas, que<br />
luchan por correr, y quieren seguir ad<strong>el</strong>ante. Si Dios retirara su Mano <strong>de</strong> la puerta que <strong>las</strong><br />
sostiene, inmediatamente se abriría y <strong>las</strong> feroces Corrientes <strong>de</strong> la Ferocidad <strong>de</strong> la Ira <strong>de</strong> Dios<br />
se abalanzarían con una Furia inconmensurable, y caerían sobre vosotros con Fuerza<br />
omnipotente, y aunque vuestra Fuerza fuera Diez <strong>mil</strong> Veces mayor <strong>de</strong> lo que es, o Diez <strong>mil</strong><br />
Veces más gran<strong>de</strong> que la d<strong>el</strong> más robusto y gran<strong>de</strong> Diablo d<strong>el</strong> Infierno, no habría nada que<br />
pudiera resistirla o soportarla...”<br />
Habiéndolos amenazado con <strong>el</strong> <strong>el</strong>emento d<strong>el</strong> agua, <strong>el</strong> pastor Jonathan se volvía a la<br />
imagen d<strong>el</strong> fuego. “El Dios que os sostiene sobre <strong>el</strong> Pozo d<strong>el</strong> Infierno, así como se sostiene<br />
una Araña o algún Insecto <strong>de</strong>spreciable sobre <strong>el</strong> [120] Fuego, os aborrece y ha sido<br />
provocado tremendamente; su Ira hacia vosotros ar<strong>de</strong> como <strong>el</strong> Fuego; os mira como si sólo<br />
fuerais Merecedores <strong>de</strong> consumiros en <strong>el</strong> Fuego; tiene los Ojos <strong>de</strong>masiado puros para teneros<br />
ante su Vista; vosotros sois Diez <strong>mil</strong> Veces más abominables a sus ojos, que la más horrible<br />
Serpiente venenosa es a los vuestros. Lo habéis ofendido infinitamente más que Reb<strong>el</strong><strong>de</strong><br />
contumaz alguno a su Príncipe; y sin embargo, no hay nada sino su Mano para impediros<br />
caer en <strong>el</strong> Infierno en cualquier Momento...<br />
Oh Pecadores... colgáis <strong>de</strong> un Hilo d<strong>el</strong>gado, con <strong>las</strong> Llamas <strong>de</strong> la Ira Divina<br />
cercándolo cada vez más, y preparadas para <strong>de</strong>shacerlo y quemarlo, y no tenéis Interés en<br />
hallar un Interventor, y nada que mostrar para salvaros, nada para guardaros <strong>de</strong> <strong>las</strong> Llamas<br />
<strong>de</strong> la Ira, nada vuestro, nada que hubierais hecho, nada que pudierais hacer para inducir a<br />
Dios a que os perdone por un Momento más...”<br />
Luego, al final, la gran imagen resolutoria d<strong>el</strong> segundo nacimiento, sólo por un<br />
instante, sin embargo:<br />
“Así estáis todos los que no habéis pasado nunca por un gran Cambio <strong>de</strong> Corazón,<br />
por voluntad <strong>de</strong> la Po<strong>de</strong>rosa Fuerza d<strong>el</strong> Espíritu <strong>de</strong> Dios sobre sus almas, todos los que no<br />
han nacido <strong>de</strong> nuevo, convirtiéndose en Creaturas nuevas, y no se han levantado <strong>de</strong> la<br />
muerte en <strong>el</strong> Pecado a un nuevo Estado, hasta entonces no experimentado, <strong>de</strong> Luz y Vida (lo<br />
que pue<strong>de</strong> suce<strong>de</strong>r aunque hayáis reformado vuestra Vida en muchas Cosas, y hayáis tenido<br />
sentimientos R<strong>el</strong>igiosos, y conservéis una Forma <strong>de</strong> R<strong>el</strong>igión en vuestras Fa<strong>mil</strong>ias y<br />
Habitaciones y en la Casa <strong>de</strong> Dios, y seáis estrictos en <strong>el</strong>la) están en <strong>las</strong> manos <strong>de</strong> un Dios<br />
airado; no es sino su pura Complacencia lo que impi<strong>de</strong> que en este Momento seáis tragados<br />
por una Destrucción sinfín...” 45<br />
La “pura complacencia <strong>de</strong> Dios” que <strong>de</strong>fien<strong>de</strong> al pecador <strong>de</strong> la flecha, d<strong>el</strong> agua, <strong>de</strong> <strong>las</strong><br />
llamas, es lo que se llama en <strong>el</strong> vocabulario tradicional d<strong>el</strong> cristianismo “misericordia” <strong>de</strong><br />
Dios; y la “po<strong>de</strong>rosa fuerza d<strong>el</strong> espíritu <strong>de</strong> Dios” que tiene po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> cambiar los corazones,<br />
es la “gracia” <strong>de</strong> Dios. En la mayor parte <strong>de</strong> <strong>las</strong> mitologías, <strong>las</strong> imágenes <strong>de</strong> misericordia y <strong>de</strong><br />
gracia, se dan en forma tan vívida [121] como <strong>las</strong> <strong>de</strong> la justicia y la ira, <strong>de</strong> manera que se<br />
mantiene <strong>el</strong> equilibrio y <strong>el</strong> corazón recibe más apoyo que castigo en su camino. “¡No<br />
temáis!”, dice <strong>el</strong> gesto <strong>de</strong> la mano d<strong>el</strong> dios Shiva, mientras baila ante sus <strong>de</strong>votos la danza <strong>de</strong><br />
la <strong>de</strong>strucción universal. 46 “No temáis porque todo permanece [122] en Dios. Las formas que<br />
45 Jonathan Edwards, Sinners in the Hands of an Angry God (Boston, 1742).<br />
46 Lám. IX. El simbolismo <strong>de</strong> esta <strong>el</strong>ocuente imagen ha sido bien expuesto por Ananda K.<br />
Coomaraswamy, The Dance of Shiva (Nueva York, 1917), pp. 56-66, y por Heinrich Zimmer, Myths and<br />
Symbols in Indian Art and Civilization, pp. 151-175. En resumen: la mano <strong>de</strong>recha extendida sostiene <strong>el</strong><br />
tambor, cuyo batir es <strong>el</strong> batir d<strong>el</strong> tiempo, <strong>el</strong> tiempo es <strong>el</strong> primer principio <strong>de</strong> la creación. La mano<br />
izquierda extendida sostiene la llama, que es la llama <strong>de</strong> la <strong>de</strong>strucción d<strong>el</strong> mundo creado; la segunda<br />
mano <strong>de</strong>recha asume la actitud <strong>de</strong> “no temáis”, mientras que la segunda mano izquierda señala al<br />
levantado pie izquierdo y está en la “posición d<strong>el</strong> <strong>el</strong>efante” (<strong>el</strong> <strong>el</strong>efante es <strong>el</strong> que abre los caminos a<br />
través <strong>de</strong> la “s<strong>el</strong>va d<strong>el</strong> mundo”, esto es, <strong>el</strong> guía divino); <strong>el</strong> pie <strong>de</strong>recho está plantado en la espalda <strong>de</strong><br />
un enano, <strong>el</strong> <strong>de</strong>monio d<strong>el</strong> “no conocer” que significa <strong>el</strong> paso <strong>de</strong> <strong>las</strong> almas d<strong>el</strong> Dios a la materia, pero <strong>el</strong><br />
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