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Luego, estuve durante nueve meses<br />
En <strong>el</strong> vientre <strong>de</strong> la bruja Caridwen;<br />
Originalmente fui <strong>el</strong> pequeño Gwion,<br />
Y ahora soy Taliesin.<br />
Y cuando <strong>el</strong> rey y sus nobles hubieron oído la canción, mucho se maravillaron, porque nunca<br />
habían escuchado nada así <strong>de</strong> un muchacho tan joven.” 40<br />
La parte mayor <strong>de</strong> la canción d<strong>el</strong> bardo está <strong>de</strong>dicada al Imperece<strong>de</strong>ro, que vive en él,<br />
y sólo una breve estrofa a los <strong>de</strong>talles <strong>de</strong> su biografía personal. Los que escuchan están<br />
orientados al Imperece<strong>de</strong>ro y reciben inci<strong>de</strong>ntalmente unas cuantas informaciones. Aunque<br />
Gwion había temido a la terrible bruja, había sido tragado y había renacido. [222] Después <strong>de</strong><br />
haber muerto su ego personal, se levantó establecido en <strong>el</strong> Yo.<br />
El héroe es <strong>el</strong> campeón <strong>de</strong> <strong>las</strong> cosas que son, no <strong>de</strong> <strong>las</strong> que han sido, porque <strong>el</strong> héroe<br />
es. “Antes <strong>de</strong> que Abraham fuera, YO SOY.” Él no equivoca la aparente invariabilidad d<strong>el</strong><br />
tiempo con la permanencia d<strong>el</strong> Ser, ni teme los momentos veni<strong>de</strong>ros (ni la “otra cosa”), como<br />
<strong>de</strong>structores <strong>de</strong> la permanencia con su propio cambio. “Nada retiene su propia forma; pero<br />
la Naturaleza, la gran renovadora, sigue haciendo formas <strong>de</strong> <strong>las</strong> formas. Por eso nada perece<br />
en <strong>el</strong> universo, sino que varía y renueva su forma.” 41 Así es posible permitir la llegada d<strong>el</strong><br />
momento veni<strong>de</strong>ro. Cuando <strong>el</strong> Príncipe <strong>de</strong> la Eternidad besó a la Princesa d<strong>el</strong> Mundo, su<br />
resistencia se aplacó. “Abrió los ojos, <strong>de</strong>spertó y lo miró amistosamente. Juntos bajaron <strong>las</strong><br />
escaleras; <strong>el</strong> rey <strong>de</strong>spertó, lo mismo que la reina y toda la corte, y se miraron los unos a los<br />
otros con ojos asombrados. Y los caballos <strong>de</strong> la corte se levantaron y se sacudieron; y los<br />
perros <strong>de</strong> caza brincaron y movieron <strong>las</strong> co<strong>las</strong>, los palomos d<strong>el</strong> techo sacaron <strong>las</strong> cabezas<br />
menudas <strong>de</strong> <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> <strong>las</strong> a<strong>las</strong>, miraron a su alre<strong>de</strong>dor y volaron por <strong>el</strong> campo; <strong>las</strong> moscas<br />
que estaban en la pared empezaron a caminar; <strong>el</strong> fuego <strong>de</strong> la cocina se encendió, llameó y<br />
cocinó la comida; <strong>el</strong> asado empezó a humear; <strong>el</strong> cocinero le dio al pinche un manotazo en la<br />
oreja que lo hizo aullar; y la criada terminó <strong>de</strong> <strong>de</strong>splumar <strong>el</strong> pollo.” 42<br />
40 “Taliesin”, op. cit., pp. 264-274.<br />
41 Ovidio, Metamorfosis, XV, 252-255.<br />
42 Grimm, n° 50; conclusión.<br />
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