03.10.2012 Views

campbell-joseph-el-heroe-de-las-mil-caras-241p

campbell-joseph-el-heroe-de-las-mil-caras-241p

campbell-joseph-el-heroe-de-las-mil-caras-241p

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

creadores <strong>de</strong> Occi<strong>de</strong>nte. 25 No pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>scribirse cabalmente como una respuesta a una<br />

llamada específica. Es más bien una negativa d<strong>el</strong>iberada y aterradora a dar otra respuesta<br />

que no sea la más honda, la más alta y la más rica a la <strong>de</strong>manda todavía <strong>de</strong>sconocida <strong>de</strong> un<br />

vacío interior en espera; una especie <strong>de</strong> golpe total, o rechazo a los términos que ofrece la<br />

vida, como resultado <strong>de</strong> lo cual una fuerza transformadora lleva <strong>el</strong> problema a un plano <strong>de</strong><br />

nuevas magnitu<strong>de</strong>s, don<strong>de</strong> repentina y finalmente se resu<strong>el</strong>ve.<br />

Éste es <strong>el</strong> aspecto d<strong>el</strong> problema d<strong>el</strong> héroe ilustrado en la maravillosa aventura <strong>de</strong> <strong>las</strong><br />

Mil y una noches d<strong>el</strong> príncipe Kamaru-s-Semán y la princesa Budur. El príncipe, [67] joven y<br />

hermoso, <strong>el</strong> único hijo d<strong>el</strong> rey Shahramán <strong>de</strong> Persia, rechazaba persistentemente <strong>las</strong> repetidas<br />

sugestiones, peticiones, <strong>de</strong>mandas y finalmente mandatos <strong>de</strong> su padre, <strong>de</strong> que actuara en<br />

forma normal y tomara una esposa. La primera vez que se le planteó la cuestión <strong>el</strong> joven<br />

respondió: “Has <strong>de</strong> saber ¡ye padre mío! que a mí <strong>el</strong> matrimonio no me ofrece ningún<br />

atractivo. Pues sobre sus engaños y perfidias muchos libros he leído y muchos dichos he<br />

oído. Como <strong>el</strong> poeta dijo:<br />

Y dijo también otro poeta:<br />

Si <strong>de</strong>seáis saber cómo <strong>las</strong> hembras son,<br />

preguntádm<strong>el</strong>o a mí, que en <strong>el</strong>lo soy doctor.<br />

Y yo os digo que, en cuanto al hombre le blanquea<br />

<strong>el</strong> p<strong>el</strong>o y en su bolso se acaban <strong>las</strong> monedas,<br />

huyen <strong>de</strong> él <strong>las</strong> mujeres cual <strong>de</strong> la peste negra.<br />

Déjate <strong>de</strong> mujeres y conságrate a Alá;<br />

<strong>el</strong> mozo que a <strong>las</strong> hembras sin freno se abandona,<br />

prepárase una vida llena <strong>de</strong> malestar.<br />

Que son tales <strong>las</strong> hembras, que al más pintado engañan<br />

por más listo que sea; pues <strong>el</strong><strong>las</strong> lo son más.<br />

Y luego en prosa llana, díjole <strong>el</strong> joven a su padre: ‘Des<strong>de</strong> ahora te digo, padre mío,<br />

que jamás consentiré en casarme y a <strong>el</strong>lo nunca me avendré, aunque la copa <strong>de</strong> la muerte me<br />

dieran a beber’.”<br />

Cuando <strong>el</strong> sultán Shahramán oyó estas palabras <strong>de</strong> su hijo la luz se convirtió en<br />

tinieb<strong>las</strong> ante sus ojos y se llenó <strong>de</strong> <strong>de</strong>sconsu<strong>el</strong>o; pero por <strong>el</strong> gran amor que le tenía no quiso<br />

repetir sus <strong>de</strong>seos ni se indignó, sino que le mostró toda c<strong>las</strong>e <strong>de</strong> bonda<strong>de</strong>s.<br />

Después <strong>de</strong> un año, <strong>el</strong> padre repitió su pregunta, pero <strong>el</strong> joven persistió en su<br />

negativa con otros versos <strong>de</strong> los poetas. Entonces <strong>el</strong> rey consultó a su visir. “¡Ye monarca<br />

glorioso! —respondióle <strong>el</strong> visir—. Lo que yo creo ahora <strong>de</strong>ber aconsejarte es que aguar<strong>de</strong>s a<br />

que pase otro año, en <strong>el</strong> cual no has <strong>de</strong> insistir sobre <strong>el</strong> tema matrimonial; y cuando ese año<br />

25 Véase Otto Rank, Art and Artist, traducción <strong>de</strong> Charles Francis Atkinson (Nueva York, Alfred A.<br />

Knopf, Inc., 1943), pp. 40-41. "Si comparamos <strong>el</strong> tipo neurótico con <strong>el</strong> creador es evi<strong>de</strong>nte que <strong>el</strong><br />

primero sufre <strong>de</strong> un control excesivo en su vida impulsiva... Ambos se distinguen fundamentalmente<br />

d<strong>el</strong> tipo medio, que se acepta a sí mismo tal como es, por la ten<strong>de</strong>ncia a ejercitar su voluntad en<br />

reformarse a sí mismo. Hay, sin embargo, la siguiente diferencia: que <strong>el</strong> neurótico, al rehacer<br />

voluntariamente su ego, no pasa por encima d<strong>el</strong> trabajo <strong>de</strong>structivo pr<strong>el</strong>iminar y por lo tanto, es<br />

incapaz <strong>de</strong> apartar <strong>el</strong> proceso creativo completo <strong>de</strong> su propia persona y <strong>de</strong> transferirlo a una<br />

abstracción i<strong>de</strong>ológica. El artista creador también empieza... con la recreación <strong>de</strong> sí mismo que resulta<br />

en un ego i<strong>de</strong>ológicamente construido [pero en su caso] este ego está en la posición en que pue<strong>de</strong><br />

trasladar la fuerza <strong>de</strong> voluntad creadora <strong>de</strong> su propia persona a representaciones i<strong>de</strong>ológicas <strong>de</strong> esa<br />

persona y, por lo tanto, darle objetividad. Debe admitirse que este proceso está limitado al individuo<br />

mismo, y no sólo a sus aspectos constructivos sino a los <strong>de</strong>structivos. Esto explica por qué es difícil<br />

que cualquier trabajo creador salga ad<strong>el</strong>ante sin crisis mórbidas <strong>de</strong> naturaleza 'neurótica'."<br />

44

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!