08.05.2013 Views

Leer online el libro de luna nueva - Edward y Bella

Leer online el libro de luna nueva - Edward y Bella

Leer online el libro de luna nueva - Edward y Bella

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Sonreí con los labios apretados —todavía funcionaba— e ignoré las preguntas.<br />

Jacob no iba a <strong>de</strong>jar que me pasara nada malo.<br />

Vete a casa con Charlie, or<strong>de</strong>nó la voz. Su pura b<strong>el</strong>leza me asombró. No podía<br />

permitir que este recuerdo se perdiera, no importaba al precio que fuera.<br />

—Suéltalo lentamente —me animó Jacob.<br />

—Lo haré —contesté. Me molestó un poco la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que pareciera que les<br />

contestaba a los dos a la vez.<br />

La voz <strong>de</strong> mi mente gruñó por encima d<strong>el</strong> rugido <strong>de</strong> la moto.<br />

Intenté concentrarme esta vez, para que la voz no volviera a sorpren<strong>de</strong>rme y<br />

r<strong>el</strong>ajé la mano muy poco a poco. De pronto, la marcha entró y me arrastró hacia<br />

d<strong>el</strong>ante.<br />

Y <strong>de</strong> repente, volaba.<br />

Apareció un viento que no había soplado hasta ese momento, azotó mi pi<strong>el</strong> y la<br />

aplastó contra <strong>el</strong> hueso d<strong>el</strong> cráneo con tal fuerza que parecía que alguien tiraba <strong>de</strong><br />

<strong>el</strong>la. Me había <strong>de</strong>jado <strong>el</strong> estómago en <strong>el</strong> punto <strong>de</strong> partida; la adrenalina fluía por mi<br />

cuerpo, haciéndome cosquillas en las venas. Los árboles parecían correr a mi lado,<br />

difuminándose en una pared ver<strong>de</strong>.<br />

Y eso que iba sólo en primera. Mi pie volvió a empujar la palanca <strong>de</strong> cambios,<br />

mientras giraba <strong>el</strong> manillar para dar más gas.<br />

¡No, B<strong>el</strong>la!, la voz dulce como la mi<strong>el</strong> tronó enfadada en mi oído. ¡Mira por dón<strong>de</strong><br />

vas!<br />

Esto me distrajo lo suficiente <strong>de</strong> la v<strong>el</strong>ocidad como para darme cuenta <strong>de</strong> que la<br />

carretera cambiaba lentamente en una curva hacia la izquierda y yo aún no había<br />

empezado la maniobra <strong>de</strong> giro. Jacob no me había explicado cómo hacerlo.<br />

—Frenos, frenos —murmuré para mis a<strong>de</strong>ntros, y <strong>de</strong> forma instintiva hundí <strong>el</strong><br />

pie <strong>de</strong>recho, <strong>de</strong> la misma manera que lo hacía en <strong>el</strong> coche.<br />

La moto volvió a dar sacudidas a un lado y a otro respectivamente. Me<br />

conducía hacia aqu<strong>el</strong> muro ver<strong>de</strong> a toda pastilla. Intenté voltear <strong>el</strong> manillar en otra<br />

dirección y <strong>el</strong> cambio repentino <strong>de</strong> mi peso empujó la moto contra <strong>el</strong> su<strong>el</strong>o, todavía<br />

girando hacia los árboles.<br />

La moto me cayó encima otra vez —<strong>el</strong> motor siguió rugiendo con fuerza— y me<br />

arrastró por la arena mojada hasta impactar contra algo fijo. No podía ver nada.<br />

Tenía la cara enterrada en <strong>el</strong> musgo. Intenté levantar la cabeza, pero algo me lo<br />

impedía.<br />

Me sentía mareada y confusa. Parecía como si hubiera tres cosas rugiendo a la<br />

vez: la moto que tenía encima, la voz que sonaba <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> mi cabeza y algo más...<br />

—¡B<strong>el</strong>la! —gritaba Jacob. Escuché cómo se extinguía <strong>el</strong> rugido <strong>de</strong> la otra moto.<br />

Mi motocicleta <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> aplastarme y me revolví en <strong>el</strong> su<strong>el</strong>o, intentando<br />

recuperar la respiración. Todos los rugidos cesaron.<br />

—Guau —murmuré. Estaba eufórica. Al fin había encontrado la suma idónea<br />

para provocar las alucinaciones: adrenalina más p<strong>el</strong>igro más estupi<strong>de</strong>z. O algo<br />

parecido.<br />

—¡B<strong>el</strong>la! —Jacob se había inclinado sobre mí con ansiedad—. B<strong>el</strong>la, ¿estás viva?<br />

- 111 -

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!