Leer online el libro de luna nueva - Edward y Bella
Leer online el libro de luna nueva - Edward y Bella
Leer online el libro de luna nueva - Edward y Bella
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
movimiento, porque si <strong>de</strong>jaba <strong>de</strong> buscarle, todo habría acabado.<br />
El amor, la vida, su sentido... todo se habría terminado.<br />
Caminé y caminé. Perdí la noción d<strong>el</strong> tiempo mientras me abría paso<br />
lentamente por la espesa maleza. Debieron <strong>de</strong> transcurrir horas, pero para mí apenas<br />
eran segundos. Era como si <strong>el</strong> tiempo se hubiera <strong>de</strong>tenido, porque <strong>el</strong> bosque me<br />
parecía <strong>el</strong> mismo sin importar cuan lejos fuera. Empecé a temer que estuviera<br />
andando en círculos —<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> todo, sería uno muy pequeño—, pero continué<br />
caminando. Tropezaba a menudo y también me caí varias veces conforme oscurecía<br />
cada vez más.<br />
Al final, tropecé con algo, pero no supe dón<strong>de</strong> se me había trabado <strong>el</strong> pie al ser<br />
noche cerrada. Me caí y me quedé allí tendida. Rodé sobre un costado <strong>de</strong> forma que<br />
pudiera respirar y me acurruqué sobre los h<strong>el</strong>echos húmedos.<br />
Allí tumbada, tuve la sensación <strong>de</strong> que <strong>el</strong> tiempo transcurría más <strong>de</strong>prisa <strong>de</strong> lo<br />
que podía percibir. No recordaba cuántas horas habían pasado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>el</strong> anochecer.<br />
¿Siempre reinaba semejante oscuridad <strong>de</strong> noche? Lo más normal sería que algún<br />
débil rayo <strong>de</strong> <strong>luna</strong> cruzara <strong>el</strong> manto <strong>de</strong> nubes y se filtrara entre las rendijas que<br />
<strong>de</strong>jaba <strong>el</strong> dos<strong>el</strong> <strong>de</strong> árboles hasta alcanzar <strong>el</strong> su<strong>el</strong>o...<br />
Pero no esa noche. Esa noche <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o estaba oscuro como boca <strong>de</strong> lobo. Es<br />
posible que fuera una noche sin <strong>luna</strong> al haber un eclipse, por ser <strong>luna</strong> <strong>nueva</strong>.<br />
Luna <strong>nueva</strong>. Temblé, aunque no tenía frío.<br />
Reinó la oscuridad durante mucho tiempo, hasta que oí que me llamaban.<br />
Alguien gritaba mi nombre. Sonaba sordo, sofocado por la maleza mojada que<br />
me envolvía, pero no había duda <strong>de</strong> que era mi nombre. No i<strong>de</strong>ntifiqué la voz. Pensé<br />
en respon<strong>de</strong>r, pero estaba aturdida y tardé mucho rato en llegar a la conclusión <strong>de</strong><br />
que <strong>de</strong>bía contestar. Para entonces, habían cesado las llamadas.<br />
La lluvia me <strong>de</strong>spertó poco <strong>de</strong>spués. No creía que hubiera llegado a dormirme<br />
<strong>de</strong> verdad. Simplemente, me había sumido en un sopor que me impedía pensar, y me<br />
aferraba a ese aturdimiento con todas mis fuerzas; gracias a él era incapaz <strong>de</strong> ser<br />
consciente <strong>de</strong> aqu<strong>el</strong>lo que prefería ignorar.<br />
La llovizna me molestaba un poco. Estaba h<strong>el</strong>ada. Dejé <strong>de</strong> abrazarme las<br />
piernas para cubrirme <strong>el</strong> rostro con los brazos.<br />
Fue entonces cuando oí <strong>de</strong> nuevo la llamada. Esta vez sonaba más lejos y<br />
algunas veces parecía como si fueran muchas las voces que gritaban. Intenté respirar<br />
profundamente. Recordé que tenía que contestar, aunque dudaba que pudieran<br />
oírme. ¿Sería capaz <strong>de</strong> gritar lo bastante alto?<br />
De pronto, percibí otro sonido, sorpren<strong>de</strong>ntemente cercano. Era una especie <strong>de</strong><br />
olisqueo, un sonido animal, como <strong>de</strong> un animal gran<strong>de</strong>. Me pregunté si <strong>de</strong>bía sentir<br />
miedo. Claro que no, sólo aturdimiento. Nada importaba. Y <strong>el</strong> olisqueo <strong>de</strong>sapareció.<br />
No <strong>de</strong>jaba <strong>de</strong> llover y senda cómo <strong>el</strong> agua se <strong>de</strong>slizaba por mi mejilla. Intentaba<br />
reunir fuerzas para volver la cabeza cuando vi la luz.<br />
Al principio sólo fue un tenue resplandor reflejado a lo lejos en los arbustos,<br />
pero se volvió más y más brillante hasta abarcar un espacio amplio, mucho más que<br />
<strong>el</strong> haz <strong>de</strong> luz <strong>de</strong> una linterna. La luminosidad impactó sobre <strong>el</strong> arbusto más cercano y<br />
- 48 -