Leer online el libro de luna nueva - Edward y Bella
Leer online el libro de luna nueva - Edward y Bella
Leer online el libro de luna nueva - Edward y Bella
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
—Vale, pero si te vas a poner picajosa con eso, también tendremos que<br />
consi<strong>de</strong>rar <strong>el</strong> tamaño. Eres tan pequeña que vamos a tener que <strong>de</strong>scontarte diez años<br />
d<strong>el</strong> total.<br />
—Uno sesenta y cuatro está totalmente <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la media —bufé—. No es<br />
culpa mía que seas un fenómeno.<br />
Bromeamos <strong>de</strong> esta guisa hasta Hoquiam, todavía discutiendo sobre la fórmula<br />
correcta para discernir la edad —perdí dos años más porque no sabía cambiar una<br />
rueda, pero gané uno por ocuparme <strong>de</strong> las cuentas <strong>de</strong> la casa— hasta que llegamos al<br />
Checker y Jacob tuvo que concentrarse en nuestro asunto otra vez. Encontró todo lo<br />
que quedaba en la lista y se mostró confiado en hacer gran<strong>de</strong>s progresos con nuestro<br />
botín.<br />
Cuando llegamos a La Push, yo estaba en los veintitrés y él en los treinta,<br />
porque, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, no paraba <strong>de</strong> acumular habilida<strong>de</strong>s.<br />
Se me había olvidado incluso <strong>el</strong> motivo por <strong>el</strong> que estábamos haciendo esto.<br />
Pero, aunque me estaba divirtiendo más <strong>de</strong> lo concebible, no había <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> ser fi<strong>el</strong><br />
a mi <strong>de</strong>seo original. Todavía quería romper <strong>el</strong> trato. No tenía sentido, pero en<br />
realidad, no me importaba. Iba a intentar <strong>de</strong>safiar <strong>el</strong> p<strong>el</strong>igro todo lo que pudiera sin<br />
salir <strong>de</strong> Forks. No estaba dispuesta a ser la única que sostuviera su parte d<strong>el</strong> contrato,<br />
un contrato vacío. Aunque sin duda, pasar <strong>el</strong> tiempo en compañía <strong>de</strong> Jacob era un<br />
beneficio extra que no había previsto.<br />
Billy aún no había regresado, así que no tuve que andar mintiendo sobre lo que<br />
habíamos estado haciendo durante <strong>el</strong> día. Tan pronto como colocamos todo en la<br />
lona <strong>de</strong> plástico que había al lado <strong>de</strong> la caja <strong>de</strong> herramientas, Jacob se puso a trabajar,<br />
sin <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> charlar y reír mientras sus <strong>de</strong>dos rastreaban expertamente entre las<br />
distintas piezas que tenía d<strong>el</strong>ante.<br />
La habilidad <strong>de</strong> Jacob con las manos era fascinante. Parecían <strong>de</strong>masiado<br />
gran<strong>de</strong>s para lo d<strong>el</strong>icado <strong>de</strong> las tareas que llevaban a cabo con soltura y precisión.<br />
Cuando trabajaba, tenía un aspecto grácil. No era así cuando lo veías <strong>de</strong> pie;<br />
entonces, su altura y sus pies enormes le convertían en un ser casi tan patoso como<br />
yo.<br />
Quil y Embry no aparecieron, quizás porque se habían tomado en serio la<br />
amenaza <strong>de</strong> Jacob.<br />
El día pasó con excesiva rapi<strong>de</strong>z. Oscureció en los aledaños d<strong>el</strong> garaje antes <strong>de</strong><br />
lo que yo esperaba; entonces, escuché cómo nos llamaba Billy.<br />
Salté para ayudar a Jacob a recoger las cosas, aunque dudaba <strong>de</strong> qué era lo que<br />
podía tocar.<br />
—Déjalo ahí —dijo—. Volveré a trabajar con eso más tar<strong>de</strong>, esta noche.<br />
—No vayas a <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> hacer los <strong>de</strong>beres o cualquier otra cosa que tengas<br />
pendiente —le comenté, sintiéndome algo culpable. No quería que se metiera en<br />
problemas, ya que este plan sólo <strong>de</strong>bía afectarme a mí.<br />
—¿B<strong>el</strong>la?<br />
Alzamos bruscamente la cabeza cuando la voz familiar <strong>de</strong> Charlie nos llegó <strong>de</strong><br />
entre los árboles, cerca <strong>de</strong> nosotros.<br />
- 88 -