08.05.2013 Views

Leer online el libro de luna nueva - Edward y Bella

Leer online el libro de luna nueva - Edward y Bella

Leer online el libro de luna nueva - Edward y Bella

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

precipita contra <strong>el</strong> su<strong>el</strong>o.<br />

¡Síííí! La palabra resonó en mi cabeza cuando atravesé como un cuchillo la<br />

superficie d<strong>el</strong> agua. Estaba h<strong>el</strong>ada, aún más fría <strong>de</strong> lo que me había temido, pero eso<br />

únicamente acrecentó aqu<strong>el</strong>la sensación <strong>de</strong> subidón.<br />

Mientras seguía bajando hacia las profundida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> aqu<strong>el</strong>las aguas gélidas y<br />

negras, me sentí orgullosa <strong>de</strong> mí misma. No había sufrido ni un instante <strong>de</strong> terror;<br />

sólo pura adrenalina. En realidad, la caída no era tan escalofriante. ¿Dón<strong>de</strong> estaba <strong>el</strong><br />

<strong>de</strong>safío?<br />

Fue en ese momento cuando me atrapó la corriente.<br />

Me había preocupado tanto por la altura d<strong>el</strong> acantilado y por <strong>el</strong> evi<strong>de</strong>nte<br />

p<strong>el</strong>igro <strong>de</strong> aqu<strong>el</strong>la escarpada pared que no había pensado para nada en las oscuras<br />

aguas que me esperaban abajo. Ni siquiera había llegado a imaginar que la verda<strong>de</strong>ra<br />

amenaza acechaba <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> mí, tras la hirviente espuma.<br />

Sentí cómo las olas se disputaban mi cuerpo, tirando <strong>de</strong> él como si estuvieran<br />

<strong>de</strong>cididas a partirlo en dos para compartir <strong>el</strong> botín. Sabía cuál era la forma <strong>de</strong> luchar<br />

contra la marea: mejor nadar en paral<strong>el</strong>o a la playa en vez <strong>de</strong> esforzarme por llegar a<br />

la orilla, pero ese conocimiento no me servía <strong>de</strong> mucho, puesto que ignoraba dón<strong>de</strong><br />

se encontraba la orilla.<br />

Ni siquiera sabía dón<strong>de</strong> estaba la superficie.<br />

Las aguas furiosas se veían negras en todas las direcciones; no había ninguna<br />

luz que me orientara hacia arriba. La gravedad era omnipotente cuando competía<br />

con <strong>el</strong> aire, pero no tenía ni una oportunidad contra las olas. Yo no sentía su tirón<br />

hacia abajo, ni notaba que mi cuerpo se hundiera en ninguna dirección. Únicamente<br />

experimentaba <strong>el</strong> embate <strong>de</strong> la corriente que me llevaba <strong>de</strong> un lado a otro como una<br />

muñeca <strong>de</strong> trapo.<br />

Luché por guardar <strong>el</strong> aliento en mi interior, por tener los labios s<strong>el</strong>lados para no<br />

<strong>de</strong>jar escapar mi última provisión <strong>de</strong> oxígeno.<br />

No me sorprendió que la ilusión <strong>de</strong> <strong>Edward</strong> estuviera allí. Teniendo en cuenta<br />

que me estaba muriendo, me lo <strong>de</strong>bía. Lo que sí me sorprendió fue lo segura que<br />

estaba <strong>de</strong> que me iba a ahogar; <strong>de</strong> que ya me estaba ahogando.<br />

¡Sigue nadando!, me apremió <strong>Edward</strong> <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> mi cabeza.<br />

El frío d<strong>el</strong> agua me estaba entumeciendo piernas y brazos. Ya no notaba las<br />

bofetadas <strong>de</strong> la corriente. Ahora sentía más bien una especie <strong>de</strong> vértigo mientras<br />

giraba in<strong>de</strong>fensa <strong>de</strong>ntro d<strong>el</strong> mar.<br />

Pero le hice caso. Me obligué a mí misma a seguir braceando y a patalear con<br />

más fuerza, aunque en cada instante me movía en una dirección diferente. No podía<br />

estar haciendo nada útil. ¿Qué sentido tenía?<br />

¡Lucha!, gritó <strong>Edward</strong>. ¡Maldita sea, B<strong>el</strong>la, sigue luchando!<br />

¿Por qué?<br />

Ya no quería seguir p<strong>el</strong>eando. Y no eran ni <strong>el</strong> mareo ni <strong>el</strong> frío ni <strong>el</strong> fallo <strong>de</strong> mis<br />

brazos <strong>de</strong>bido al agotamiento muscular los que me hacían resignarme a quedarme<br />

don<strong>de</strong> estaba. No. Me sentía casi f<strong>el</strong>iz <strong>de</strong> que todo estuviera a punto <strong>de</strong> acabar. Era<br />

una muerte mejor que las otras a las que me habría enfrentado, una muerte<br />

- 213 -

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!