08.05.2013 Views

Leer online el libro de luna nueva - Edward y Bella

Leer online el libro de luna nueva - Edward y Bella

Leer online el libro de luna nueva - Edward y Bella

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

se movía cada vez más rápido. Al final, empecé a sentir <strong>el</strong> viento en la pi<strong>el</strong> y la<br />

presión <strong>de</strong> las nubes más cerca d<strong>el</strong> su<strong>el</strong>o. Cuando llegué al punto don<strong>de</strong> <strong>el</strong> sen<strong>de</strong>ro<br />

<strong>de</strong> tierra se abría hacia aqu<strong>el</strong> precipicio <strong>de</strong> roca, las primeras gotas <strong>de</strong> agua<br />

salpicaron mi rostro.<br />

No fue difícil convencerme a mí misma <strong>de</strong> que no tenía tiempo para buscar otro<br />

camino: quería saltar <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lo más alto. Ésa era la imagen que tenía grabada en la<br />

cabeza. Deseaba sentir que volaba en aqu<strong>el</strong>la prolongada caída.<br />

Sabía que era lo más estúpido e insensato que había hecho en mi vida. La i<strong>de</strong>a<br />

me hizo sonreír. El dolor empezó a remitir, como si mi cuerpo fuera consciente <strong>de</strong><br />

que en cuestión <strong>de</strong> segundos escucharía la voz <strong>de</strong> <strong>Edward</strong>...<br />

El agua sonaba muy lejos, incluso más que antes, cuando la oía <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>el</strong> sen<strong>de</strong>ro<br />

que corría entre los árboles. Al pensar en la temperatura que podía tener <strong>el</strong> mar hice<br />

una mueca, pero no me iba a amilanar por eso.<br />

El viento soplaba ahora con más fuerza y la lluvia me azotaba y se arremolinaba<br />

a mi alre<strong>de</strong>dor.<br />

Me acerqué al bor<strong>de</strong>, manteniendo la mirada fija en <strong>el</strong> espacio vacío que se<br />

abría d<strong>el</strong>ante <strong>de</strong> mí. Los <strong>de</strong>dos <strong>de</strong> mis pies tantearon a ciegas, acariciando la rugosa<br />

repisa <strong>de</strong> roca cuando la encontraron. Respiré hondo y aguanté <strong>el</strong> aire <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> mi<br />

pecho, esperando.<br />

B<strong>el</strong>la.<br />

Sonreí y exhalé <strong>el</strong> aire.<br />

¿Si? No contesté en voz alta, por temor a que <strong>el</strong> sonido <strong>de</strong> mi propia voz<br />

rompiera aqu<strong>el</strong>la hermosa ilusión. Sonaba tan real, tan cercano. Sólo cuando<br />

<strong>de</strong>saprobaba mi conducta, como ahora, emergía <strong>el</strong> verda<strong>de</strong>ro recuerdo <strong>de</strong> su voz, la<br />

textura aterciop<strong>el</strong>ada y la entonación musical que la convertían en <strong>el</strong> más perfecto <strong>de</strong><br />

los sonidos.<br />

No lo hagas, me suplicó.<br />

Querías que fuera humana, le recordé. Bueno, pues mírame.<br />

Por favor. Hazlo por mí.<br />

Es la única forma <strong>de</strong> que estés conmigo.<br />

Por favor. Era solamente un susurro en la intensa lluvia que me revolvía <strong>el</strong> p<strong>el</strong>o<br />

y me empapaba la ropa; estaba tan mojada como si aquél fuera ya <strong>el</strong> segundo salto<br />

d<strong>el</strong> día.<br />

Me puse <strong>de</strong> puntillas.<br />

¡No, B<strong>el</strong>la! Ahora estaba furioso, y su furia era tan d<strong>el</strong>iciosa...<br />

Sonreí, levanté los brazos como si fuera a tirarme <strong>de</strong> cabeza y alcé <strong>el</strong> rostro<br />

hacia la lluvia. Pero tenía <strong>de</strong>masiado arraigados los cursillos <strong>de</strong> natación en la piscina<br />

pública: la primera vez, salta con los pies por d<strong>el</strong>ante. Me incliné, agachándome para<br />

tomar más impulso...<br />

... y me tiré d<strong>el</strong> acantilado.<br />

Chillé mientras caía por <strong>el</strong> aire como un meteorito, pero era un grito <strong>de</strong> júbilo y<br />

no <strong>de</strong> miedo. El viento oponía resistencia, tratando en vano <strong>de</strong> combatir la inexorable<br />

gravedad, empujándome y volteándome en espirales como si fuera un cohete que se<br />

- 212 -

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!