08.05.2013 Views

Leer online el libro de luna nueva - Edward y Bella

Leer online el libro de luna nueva - Edward y Bella

Leer online el libro de luna nueva - Edward y Bella

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

pasillo que salía <strong>de</strong> la entrada <strong>de</strong> la fachada con un movimiento <strong>de</strong> cabeza, dijo:<br />

—Apuesto a que aún duerme. Estos días sale por ahí hasta muy tar<strong>de</strong>. El chico<br />

necesita <strong>de</strong>scansar. Probablemente no <strong>de</strong>berías <strong>de</strong>spertarle.<br />

—Ahora me toca a mí —murmuré para mis a<strong>de</strong>ntros mientras me encaminaba<br />

hacia <strong>el</strong> pasillo. Billy suspiró.<br />

El pequeño cuarto <strong>de</strong> Jacob era la única habitación <strong>de</strong> un pasillo que no mediría<br />

ni un metro <strong>de</strong> largo. No me moles-té en llamar, sino que abrí <strong>de</strong> sopetón y cerré <strong>de</strong><br />

un fuerte golpe.<br />

Jacob, aún vestido con los mismos vaqueros negros sudados que había llevado<br />

en mi habitación, la noche anterior, yacía en diagonal encima <strong>de</strong> la cama doble que<br />

ocupaba casi toda su habitación, salvo unos pocos centímetros a ambos lados d<strong>el</strong><br />

lecho, en <strong>el</strong> que no cabía a pesar <strong>de</strong> haberse tendido cruzado. Los pies le colgaban<br />

fuera por un lado y la cabeza por <strong>el</strong> otro. Dormía profundamente con la boca abierta<br />

y roncaba levemente, sin inmutarse <strong>de</strong>spués d<strong>el</strong> portazo.<br />

Su rostro dormido estaba en paz y toda la ira se había <strong>de</strong>svanecido <strong>de</strong> sus<br />

facciones. Tenía ojeras <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> los ojos, no me había percatado hasta ese momento.<br />

A pesar <strong>de</strong> su tamaño <strong>de</strong>smedido, ahora parecía muy joven, y también muy cansado.<br />

Me embargó la piedad.<br />

Retrocedí, salí y cerré la puerta haciendo <strong>el</strong> menor ruido posible al salir.<br />

Billy me miró fijamente con curiosidad y prevención mientras caminaba<br />

lentamente <strong>de</strong> vu<strong>el</strong>ta al salón.<br />

—Me parece que voy a <strong>de</strong>jarle reposar un poco.<br />

Billy asintió, y entonces nos miramos largo tiempo <strong>el</strong> uno al otro. Me moría <strong>de</strong><br />

ganas por preguntarle cuál era su participación en todo este asunto y qué pensaba<br />

sobre aqu<strong>el</strong>lo en lo que se había convertido su hijo, mas sabía que había apoyado a<br />

Sam <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>el</strong> principio, por lo que supuse que los crímenes no <strong>de</strong>bían preocuparle.<br />

No lograba concebir cómo era capaz <strong>de</strong> justificar semejante actitud.<br />

Atisbé en sus ojos que también él tenía muchas preguntas que hacerme, pero<br />

tampoco las verbalizó.<br />

—Escucha —dije rompiendo <strong>el</strong> silencio—, voy a bajar a la playa un rato. Dile<br />

que le espero allí cuando se <strong>de</strong>spierte, ¿<strong>de</strong> acuerdo?<br />

—Claro, claro —aceptó.<br />

Me pregunté si lo haría <strong>de</strong> verdad, pero bueno, <strong>de</strong> no ser así, lo había intentado,<br />

¿no?<br />

Conduje hasta First Beach y me <strong>de</strong>tuve en <strong>el</strong> aparcamiento, sucio y vacío.<br />

Todavía era <strong>de</strong> noche y se anunciaba <strong>el</strong> ceniciento fulgor previo al alba <strong>de</strong> un día<br />

nublado, por lo que apenas había visibilidad cuando apagué las luces d<strong>el</strong> coche.<br />

Tuve que esperar para que mis ojos se acostumbraran a la penumbra antes <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r<br />

encontrar la senda que atravesaba <strong>el</strong> alto herbazal. Allí hacía más frío a causa d<strong>el</strong><br />

viento proce<strong>de</strong>nte d<strong>el</strong> oscuro mar, por lo que hundí las manos en los bolsillos <strong>de</strong> mi<br />

chaqueta <strong>de</strong> invierno. Al menos había <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> llover.<br />

Caminé hasta la playa en dirección al espigón situado más al norte. No veía St.<br />

James ni las <strong>de</strong>más islas, sólo la difusa línea <strong>de</strong> la orilla d<strong>el</strong> agua. Elegí con cuidado<br />

- 179 -

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!