Leer online el libro de luna nueva - Edward y Bella
Leer online el libro de luna nueva - Edward y Bella
Leer online el libro de luna nueva - Edward y Bella
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
sin más ayuda que la <strong>de</strong> mis propios pies.<br />
Esa noche no fue tan mala como la primera, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber oído aqu<strong>el</strong>la voz<br />
perfecta en Port Ang<strong>el</strong>es. El agujero en <strong>el</strong> pecho regresó como solía ocurrir cuando<br />
estaba lejos <strong>de</strong> Jacob, pero sin ese dolor punzante en los bor<strong>de</strong>s. Ya estaba planeando<br />
cosas, a la búsqueda <strong>de</strong> nuevos engaños, <strong>de</strong> modo que eso me distraía. También<br />
influía <strong>el</strong> hecho <strong>de</strong> saber que al día siguiente, cuando volviera a estar con Jacob, me<br />
sentiría mejor. Esto hacía que <strong>el</strong> agujero vacío y <strong>el</strong> dolor familiar se me hicieran más<br />
fáciles <strong>de</strong> soportar, ya que <strong>el</strong> alivio estaba a la vista. La pesadilla, a su vez, había<br />
perdido algo <strong>de</strong> su po<strong>de</strong>r. Seguía horrorizada por la nada, como siempre, pero<br />
también me sentía extrañamente impaciente mientras esperaba <strong>el</strong> momento que me<br />
enviaría gritando a la vigilia. Sabía que la pesadilla tenía que terminar.<br />
El miércoles siguiente, antes <strong>de</strong> que llegara a casa <strong>de</strong>s<strong>de</strong> urgencias, <strong>el</strong> doctor<br />
Gerandy llamó a mi padre para advertirle <strong>de</strong> que probablemente tuviera un poco <strong>de</strong><br />
conmoción y que se acordara <strong>de</strong> <strong>de</strong>spertarme cada dos horas durante la noche para<br />
asegurarse <strong>de</strong> que no era nada grave. Charlie entrecerró los ojos <strong>de</strong> forma suspicaz<br />
ante mi en<strong>de</strong>ble explicación sobre otro tropiezo.<br />
—Quizás <strong>de</strong>berías mantenerte alejada d<strong>el</strong> garaje también, B<strong>el</strong>la —sugirió esa<br />
noche durante la cena.<br />
Tuve un ataque <strong>de</strong> pánico, preocupada porque a Charlie le diera por emitir<br />
algún tipo <strong>de</strong> edicto contra mis visitas a La Push, y por tanto contra mi moto. No iba<br />
a <strong>de</strong>jarlo, ya que aqu<strong>el</strong> día había tenido la más asombrosa <strong>de</strong> las alucinaciones. Mi<br />
ensoñación <strong>de</strong> la voz <strong>de</strong> terciop<strong>el</strong>o había estado gritándome casi cinco minutos antes<br />
<strong>de</strong> que presionara <strong>el</strong> freno <strong>de</strong>masiado bruscamente y me estampara contra un árbol.<br />
Sufriría cualquier dolor que me causara esa noche sin queja ninguna.<br />
—Esto no me ha pasado en <strong>el</strong> garaje —protesté con rapi<strong>de</strong>z—. Íbamos <strong>de</strong><br />
excursión y me tropecé con una piedra.<br />
—¿Des<strong>de</strong> cuándo te gusta ir <strong>de</strong> excursión? —me preguntó Charlie, escéptico.<br />
—Des<strong>de</strong> que trabajo en la tienda Newton creo que se me ha pegado algo —le<br />
señalé—. Si te pasas todo <strong>el</strong> día vendiendo las virtu<strong>de</strong>s <strong>de</strong> salir al aire libre, te pica un<br />
poco la curiosidad.<br />
Charlie me miró, nada convencido.<br />
—Tendré más cuidado —le prometí al tiempo que a escondidas cruzaba los<br />
<strong>de</strong>dos <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> la mesa.<br />
—No me importa que vayas <strong>de</strong> excursión por aquí, en los alre<strong>de</strong>dores <strong>de</strong> La<br />
Push, pero no te alejes <strong>de</strong> la ciudad, ¿vale?<br />
—¿Por qué?<br />
—Bueno, últimamente estamos recibiendo un montón <strong>de</strong> quejas sobre animales<br />
salvajes. El <strong>de</strong>partamento forestal va a hacer unas comprobaciones, pero <strong>de</strong><br />
momento...<br />
—Ah claro, <strong>el</strong> gran oso —dije, cayendo <strong>de</strong> pronto en la cuenta—. Sí, alguno <strong>de</strong><br />
los mochileros que vienen a Newton lo ha visto. ¿Tú crees que realmente hay algún<br />
- 115 -