Leer online el libro de luna nueva - Edward y Bella
Leer online el libro de luna nueva - Edward y Bella
Leer online el libro de luna nueva - Edward y Bella
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
que continuara allí la reunión. Harry había traído a Charlie, por lo que nos volvimos<br />
juntos a casa, en mi coche. Él me preguntó cómo me había ido <strong>el</strong> día y le conté casi<br />
toda la verdad, que había acompañado a Jacob a comprar unas piezas y que <strong>de</strong>spués<br />
le había visto trabajar en su garaje.<br />
—¿Crees que volverás a visitarle pronto? —me preguntó; intentó que no me<br />
diera cuenta <strong>de</strong> su interés.<br />
—Mañana <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> clase —admití—. Me llevaré los <strong>de</strong>beres, no te<br />
preocupes.<br />
—Asegúrate <strong>de</strong> que sea así —me or<strong>de</strong>nó, aunque tratando <strong>de</strong> disimular su<br />
satisfacción.<br />
Cuando nos acercamos a la casa, me puse nerviosa. No quería subir al primer<br />
piso. La cali<strong>de</strong>z <strong>de</strong> la presencia <strong>de</strong> Jacob se estaba <strong>de</strong>svaneciendo y, en su ausencia, la<br />
ansiedad se incrementaba. Estaba segura <strong>de</strong> que no me iría <strong>de</strong> rositas con dos<br />
tranquilas noches <strong>de</strong> sueño seguidas.<br />
Para retrasar un poco más la hora <strong>de</strong> acostarme, abrí <strong>el</strong> correo <strong>el</strong>ectrónico; había<br />
un nuevo mensaje <strong>de</strong> Renée.<br />
Me contaba cosas sobre su día a día, <strong>el</strong> nuevo club <strong>de</strong> lectura que llenaba <strong>el</strong><br />
hueco <strong>de</strong> las clases <strong>de</strong> meditación que acababa <strong>de</strong> abandonar, cómo le iba con la<br />
sustitución que estaba haciendo en segundo grado y cuánto echaba <strong>de</strong> menos a sus<br />
chicos <strong>de</strong> infantil. También me escribía sobre lo mucho que disfrutaba Phil <strong>de</strong> su<br />
nuevo trabajo <strong>de</strong> entrenador y que estaban planeando una segunda <strong>luna</strong> <strong>de</strong> mi<strong>el</strong> en<br />
Disney World.<br />
Me di cuenta <strong>de</strong> que estaba leyéndolo como si fuera <strong>el</strong> reportaje <strong>de</strong> un<br />
periódico, más que como <strong>el</strong> mensaje que alguien te dirige personalmente. Me inundó<br />
<strong>el</strong> remordimiento, <strong>de</strong>jándome un regusto <strong>de</strong>sagradable <strong>de</strong>spués. Menuda hija estaba<br />
hecha.<br />
Le contesté con rapi<strong>de</strong>z, haciendo comentarios <strong>de</strong> cada una <strong>de</strong> las partes <strong>de</strong> su<br />
carta y añadiendo información <strong>de</strong> mi propia cosecha; le <strong>de</strong>scribí la fiesta <strong>de</strong> los<br />
espaguetis en casa <strong>de</strong> Billy y cómo me sentí mientras observaba a Jacob hacer algo<br />
útil con unas pequeñas piezas <strong>de</strong> metal, sobrecogida y algo envidiosa. No hice<br />
mención al cambio que supondría para <strong>el</strong>la esta carta respecto a las que había<br />
recibido en los últimos meses. Apenas podía recordar lo que le había escrito, ni<br />
siquiera la semana pasada, pero estaba segura <strong>de</strong> que no había sido muy<br />
comunicativa. Cuanto más pensaba en <strong>el</strong>lo, me sentía más culpable. Seguramente la<br />
había preocupado mucho.<br />
Me quedé mucho rato esa noche <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> escribir, haciendo más tareas <strong>de</strong> la<br />
casa <strong>de</strong> las estrictamente necesarias, al suponer que ni la falta <strong>de</strong> sueño ni <strong>el</strong> tiempo<br />
pasado con Jacob —siendo casi f<strong>el</strong>iz <strong>de</strong> una manera superficial— podrían apartarme<br />
<strong>de</strong> los sueños durante más <strong>de</strong> dos noches seguidas.<br />
Me <strong>de</strong>sperté chillando, con <strong>el</strong> grito sofocado contra la almohada.<br />
Mientras la tenue luz <strong>de</strong> la mañana se filtraba a través <strong>de</strong> la niebla que había en<br />
<strong>el</strong> exterior <strong>de</strong> mi ventana, yací en la cama e intenté sacudirme los restos d<strong>el</strong> sueño.<br />
Había una pequeña diferencia en la pesadilla <strong>de</strong> aqu<strong>el</strong>la noche y me concentré en<br />
- 90 -