Leer online el libro de luna nueva - Edward y Bella
Leer online el libro de luna nueva - Edward y Bella
Leer online el libro de luna nueva - Edward y Bella
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
impulso. Entonces comprendí lo que se proponía.<br />
—¡No, Jake!<br />
Pero ya era <strong>de</strong>masiado tar<strong>de</strong>, por lo que me hice a un lado, Se lanzó hacia mi<br />
ventana abierta tras proferir un gruñido.<br />
Estuve a punto <strong>de</strong> volver a chillar, ya que temí que se matara en la caída, o al<br />
menos se lisiara al golpearse contra <strong>el</strong> revestimiento exterior. Me quedé pasmada<br />
cuando entró en mi habitación <strong>de</strong> un ágil salto para luego aterrizar sobre la parte<br />
anterior <strong>de</strong> la planta d<strong>el</strong> pie con un ruido sordo.<br />
Los dos nos miramos <strong>de</strong> inmediato mientras conteníamos la respiración a la<br />
espera <strong>de</strong> saber si Charlie se había <strong>de</strong>spertado Transcurrieron unos breves instantes<br />
<strong>de</strong> silencio hasta que es cuchamos los apagados ronquidos <strong>de</strong> mi padre.<br />
Una enorme sonrisa se fue extendiendo por su rostro lentamente. Parecía muy<br />
complacido consigo mismo. No era la sonrisa que yo conocía y adoraba, era una<br />
sonrisa <strong>nueva</strong> —una burla amarga <strong>de</strong> su antigua franqueza— en <strong>el</strong> rostro que había<br />
pertenecido a Jacob.<br />
Aqu<strong>el</strong>lo fue <strong>de</strong>masiado para mí. Había llorado hasta quedarme dormida por<br />
culpa <strong>de</strong> aqu<strong>el</strong> muchacho. Su severo rechazo había abierto un nuevo agujero en lo<br />
que quedaba <strong>de</strong> mi pecho. Había <strong>de</strong>jado a su paso una <strong>nueva</strong> pesadilla, como una<br />
infección en una llaga supurante, <strong>el</strong> insulto <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la herida. Y ahora estaba en<br />
mi habitación con su sonrisa <strong>de</strong> auto-complacencia como si nada hubiera pasado. Y<br />
peor aún, aunque su llegada había sido aparatosa y torpe, me había recordado las<br />
noches en que <strong>Edward</strong> solía entrar a hurtadillas por la ventana. El recuerdo hurgó<br />
ferozmente en las heridas abiertas.<br />
Todo esto, unido al hecho <strong>de</strong> que estaba hecha polvo, no me ponía <strong>de</strong> muy buen<br />
humor.<br />
—¡Vete! —mascullé con toda la malevolencia <strong>de</strong> la que fui capaz.<br />
Parpa<strong>de</strong>ó. Se quedó en blanco a causa <strong>de</strong> la sorpresa.<br />
—No —protestó—, vengo a presentarte mis disculpas.<br />
—¡No las acepto!<br />
Le empujé para intentar echarle por la ventana. Después <strong>de</strong> todo, si era un<br />
sueño, no podía hacerle daño <strong>de</strong> verdad. No le moví ni un centímetro. Enseguida<br />
<strong>de</strong>jé caer mis manos y me alejé <strong>de</strong> él.<br />
No llevaba siquiera una camiseta, a pesar <strong>de</strong> que <strong>el</strong> aire que entraba por la<br />
ventana era lo bastante fresco como para hacerme tiritar. Ponerle las manos en <strong>el</strong><br />
pecho me hizo sentir incómoda. La pi<strong>el</strong> le ardía, como la cabeza la última vez que le<br />
toqué. Era como si siguiera griposo y con fiebre.<br />
Pero no tenía aspecto <strong>de</strong> estar enfermo. Parecía enorme. Se inclinó sobre mí,<br />
cohibido por la furiosa reacción. Era tan gran<strong>de</strong> que tapaba toda la ventana.<br />
De pronto, fue más <strong>de</strong> lo que pu<strong>de</strong> soportar. Me sentí como si <strong>el</strong> efecto <strong>de</strong> todas<br />
las noches en v<strong>el</strong>a se me echara encima <strong>de</strong> sopetón. Estaba tan terriblemente cansada<br />
que pensé que me iba a <strong>de</strong>smayar allí mismo. Me tambaleé con paso vacilante y<br />
luché por mantener los ojos abiertos.<br />
—¿B<strong>el</strong>la? —susurró Jacob con ansiedad.<br />
- 166 -