08.05.2013 Views

Leer online el libro de luna nueva - Edward y Bella

Leer online el libro de luna nueva - Edward y Bella

Leer online el libro de luna nueva - Edward y Bella

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

silueta y vi la absoluta inmovilidad y la pi<strong>el</strong> pálida. La suprimí con ferocidad<br />

mientras luchaba contra <strong>el</strong> igualmente <strong>de</strong>spiadado azote <strong>de</strong> la agonía cuando mis<br />

ojos siguieron bajando: <strong>de</strong>bajo d<strong>el</strong> p<strong>el</strong>o negro no estaba <strong>el</strong> único rostro que yo quería<br />

ver. Después vino <strong>el</strong> miedo. Ésas no eran las facciones que me hacían llorar, pero<br />

estaban lo bastante cerca como para saber que <strong>el</strong> hombre con <strong>el</strong> que me encaraba no<br />

era un excursionista perdido.<br />

Y al final, por último, <strong>el</strong> reconocimiento.<br />

—¡Laurent! —grité con alegría y sorpresa.<br />

Era una reacción irracional. Probablemente <strong>de</strong>bía <strong>de</strong> haberme quedado en <strong>el</strong><br />

miedo.<br />

Laurent formaba parte d<strong>el</strong> aqu<strong>el</strong>arre <strong>de</strong> James la primera vez que nos<br />

encontramos. No se había involucrado en la caza que se <strong>de</strong>sató —una caza en la que<br />

yo era la presa—, pero eso fue sólo por miedo, ya que me protegía otro aqu<strong>el</strong>arre más<br />

numeroso que <strong>el</strong> suyo. De lo contrario, otro gallo hubiera cantado. En aqu<strong>el</strong> entonces,<br />

no hubiera tenido reparo alguno en convertirme en su comida. Debía <strong>de</strong> haber<br />

cambiado, por supuesto, ya que se había ido a Alaska para vivir con <strong>el</strong> otro aqu<strong>el</strong>arre<br />

civilizado que allí había, la otra familia que se negaba a beber sangre humana por<br />

razones éticas. Una familia como la <strong>de</strong>... No iba ni a permitirme pensar <strong>el</strong> nombre.<br />

Sí, <strong>el</strong> miedo era lo que tenía más sentido, pero todo lo que experimenté fue una<br />

abrumadora satisfacción. El prado volvía a ser un lugar dominado por la magia, una<br />

magia oscura para ser sinceros, pero magia igualmente. Allí estaba la conexión que<br />

buscaba. La prueba, aunque bastante lejana, <strong>de</strong> que él había existido en algún<br />

momento <strong>de</strong> mi vida.<br />

Resultaba imposible creer lo poco que Laurent había cambiado <strong>de</strong> aspecto.<br />

Supuse que era muy estúpido y humano esperar algún tipo <strong>de</strong> cambio en <strong>el</strong> último<br />

año, pero había algo en él... No lograba <strong>de</strong>scubrir qué era.<br />

—¿B<strong>el</strong>la? —preguntó; parecía más sorprendido que yo.<br />

—Me recuerdas.<br />

Le sonreí. Era ridículo que estuviera eufórica porque un vampiro supiera mi<br />

nombre.<br />

Esbozó una gran sonrisa.<br />

—No esperaba verte aquí.<br />

Se acercó a mí dando un paseo y con expresión divertida.<br />

—¿No <strong>de</strong>bería ser al revés? Soy yo quien vive aquí. Pensé que te habías ido a<br />

Alaska.<br />

Se <strong>de</strong>tuvo a tres metros <strong>de</strong> distancia al tiempo que la<strong>de</strong>aba la cabeza. Su rostro<br />

era <strong>el</strong> más hermoso que había visto en lo que me había parecido una eternidad.<br />

Estudié sus rasgos con avi<strong>de</strong>z y experimenté un extraño sentimiento <strong>de</strong> liberación.<br />

Allí había alguien a quien no me esperaba encontrar ni por asomo, alguien que ya<br />

sabía todo lo que yo no era capaz <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir en voz alta.<br />

—Tienes razón —admitió—. Me marché a Alaska. Aun así, no imaginaba... Al<br />

encontrar abandonado <strong>el</strong> hogar <strong>de</strong> los Cullen, creí que se habían trasladado.<br />

—Ah —me mordí <strong>el</strong> labio cuando <strong>el</strong> ap<strong>el</strong>lido hizo vibrar los bor<strong>de</strong>s en carne<br />

- 140 -

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!