08.05.2013 Views

Leer online el libro de luna nueva - Edward y Bella

Leer online el libro de luna nueva - Edward y Bella

Leer online el libro de luna nueva - Edward y Bella

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

avanzado. Debía <strong>de</strong> haber cubierto algo más <strong>de</strong> seis kilómetros sin que todavía<br />

hubiera empezado a buscar por los alre<strong>de</strong>dores, y entonces, con una brusquedad que<br />

me <strong>de</strong>sorientó, crucé bajo <strong>el</strong> arco formado por dos arces para —abriéndome paso<br />

entre los h<strong>el</strong>echos, que me llegaban hasta <strong>el</strong> pecho— entrar en <strong>el</strong> prado.<br />

Estuve segura <strong>de</strong> que se trataba d<strong>el</strong> mismo lugar al primer golpe <strong>de</strong> vista. Jamás<br />

había visto un claro tan simétrico, con una redon<strong>de</strong>z tan perfecta, como si alguien<br />

hubiera arrancado a propósito los árboles —sin <strong>de</strong>jar evi<strong>de</strong>ncia alguna <strong>de</strong> tal<br />

violencia en la on<strong>de</strong>ante hierba— para crear un círculo impecable. Por <strong>el</strong> este se oía <strong>el</strong><br />

suave borboteo d<strong>el</strong> arroyo.<br />

El lugar no resultaba tan apabullante sin la luz d<strong>el</strong> sol, pero seguía siendo<br />

sereno y muy hermoso. Era una mala estación para las flores silvestres y <strong>el</strong> su<strong>el</strong>o<br />

rebosaba una <strong>de</strong>nsa hierba muy alta que se balanceaba al soplo <strong>de</strong> la brisa como si<br />

fueran las olas <strong>de</strong> un lago.<br />

Se trataba d<strong>el</strong> mismo lugar... Pero no, allí no estaba lo que había ido a buscar.<br />

El <strong>de</strong>sencanto fue casi tan inmediato como <strong>el</strong> reconocimiento. Me <strong>de</strong>jé caer <strong>de</strong><br />

rodillas allí mismo, al bor<strong>de</strong> d<strong>el</strong> claro, y empecé a respirar entrecortadamente.<br />

¿Para qué ir más lejos? Nada me retenía allí, nada, salvo los recuerdos que<br />

podía invocar cuando quisiera —siempre que estuviera dispuesta a soportar <strong>el</strong><br />

correspondiente dolor—, y la pena que ahora me embargaba me había <strong>de</strong>jado h<strong>el</strong>ada.<br />

Aqu<strong>el</strong> sitio no tenía nada <strong>de</strong> especial sin él. No estaba d<strong>el</strong> todo segura <strong>de</strong> qué<br />

esperaba sentir allí, pero <strong>el</strong> prado carecía <strong>de</strong> atmósfera, estaba vacío, como todo lo<br />

<strong>de</strong>más. Sólo se parecía a mis pesadillas. La cabeza me empezó a dar vu<strong>el</strong>tas<br />

vertiginosamente.<br />

Al menos había acudido sola. Me invadió una oleada <strong>de</strong> alivio en cuanto me<br />

percaté <strong>de</strong> <strong>el</strong>lo. Si hubiera <strong>de</strong>scubierto <strong>el</strong> prado en compañía <strong>de</strong> Jacob, bueno, no<br />

hubiera habido forma <strong>de</strong> disimular <strong>el</strong> abismo en <strong>el</strong> que ahora me hallaba sumida.<br />

¿Cómo le hubiera podido explicar aqu<strong>el</strong>la forma <strong>de</strong> caerme en pedazos o <strong>el</strong> hecho <strong>de</strong><br />

haberme aovillado en <strong>el</strong> su<strong>el</strong>o para evitar que <strong>el</strong> hueco d<strong>el</strong> pecho me <strong>de</strong>sgajara?<br />

Prefería no haber tenido público...<br />

... y tampoco tener que explicar a nadie por qué me había entrado esa prisa por<br />

irme. Después <strong>de</strong> haber salvado tantos problemas para localizar aqu<strong>el</strong> estúpido claro,<br />

Jacob hubiera asumido que me apetecía pasar en él algo más que unos pocos<br />

segundos; pero yo ya estaba intentando hacer <strong>el</strong> acopio <strong>de</strong> fuerzas suficiente para<br />

ponerme en pie —<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> que pudiera salir <strong>de</strong> la posición que había adoptado—<br />

y huir. Había <strong>de</strong>masiado dolor en aqu<strong>el</strong> lugar vacío para po<strong>de</strong>rlo soportar. Me iría a<br />

rastras si fuera preciso.<br />

¡Cuánta suerte tenía <strong>de</strong> estar sola!<br />

Sola. Repetí la palabra con macabra satisfacción hasta que conseguí ponerme en<br />

pie a pesar d<strong>el</strong> dolor. En ese preciso momento salió <strong>de</strong> entre los árboles una figura en<br />

dirección al norte, a unos treinta pasos <strong>de</strong> distancia.<br />

Un <strong>de</strong>scomunal <strong>de</strong>spliegue <strong>de</strong> emociones me traspasó en un segundo. La<br />

primera, la sorpresa; estaba lejos <strong>de</strong> cualquier sen<strong>de</strong>ro y no esperaba compañía.<br />

A<strong>de</strong>más, me sacudió una ráfaga <strong>de</strong> <strong>de</strong>sgarradora esperanza cuando fijé la vista en la<br />

- 139 -

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!