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manantiales granada_uno.qxp 08/05/2006 21:08 PÆgina 44
GUIA MANANTIALES GRANADA
❖ Embalse del Negratín. ❖ Infraestructuras asociadas a los baños en el
margen del embalse.
A-92 tomando el desvío hacia el núcleo de
Zújar y, desde éste, una carretera estrecha
nos conduce bordeando el Jabalcón hasta
los mismos Baños, carretera que ofrece un
trazado muy próximo al borde del embalse.
Otra forma de acceder consiste en tomar
el desvío hacia Benamaurel desde la A-92.
Transcurridos unos kilómetros, parte una
carretera estrecha que circula junto al “Canal
de Riego del Jabalcón”; carretera que
nos guía también hasta los Baños, por la
cara norte del Jabalcón.
Referencias históricas
Las aguas calientes de los Baños de Zújar
son utilizadas desde muy antiguo, a tenor
de los restos ibéricos encontrados en sus
inmediaciones, con una utilización anterior
probable.
Lo que sí sabemos es que fueron los romanos
los que dejaron una fuerte impronta
por medio del edificio de gran vistosidad
que debieron construir allí, según se deduce
de los restos encontrados de las instalaciones,
entre los que cabe destacar algunas
columnas de mármol blanco e
inscripciones. Una de las salas del edificio
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de Baños que ha existido hasta hace muy
poco se denominaba “Baño Romano”.
Aquel edificio mantenía antes de la demolición
una estufa abovedada (tepidarium) para
la exposición a vapores y sudación, el baño
de agua caliente (calida labatio) y un
gran estanque para nadar (piscina natatio)
rodeada de un claustro formado por arcos.
Una vistosa galería abovedada comunicaba
las estufas con la piscina y servía como lugar
de espera para los bañistas.
Los pobladores romanos
son los primeros en dejar
una fuerte impronta
relacionada con los usos
de este agua
Los árabes, que apenas modificaron esta
estructura, también apreciaron las virtudes
de las aguas del Baño de Zújar, dada la habitual
costumbre y arraigo que en la zona
existió en el uso de los baños, como refleja
el Sínodo del obispo de Guadix y Baza, Martín
de Ayala en 1554, en el que queda patente
como, tras la reconquista, el uso de
los baños se asocia fuertemente al cos-
❖ Bañistas que aprovechan las propiedades
minero – medicinales de las aguas.
tumbrismo arábigo (morisco), siendo criticado
e incluso satanizado por la autoridad católica.
Por aquellos entonces se les denominó
Baños de Benzalema por encontrarse
próximos a la villa y fortaleza del mismo
nombre.
El Balneario luego pasó a manos de Los
Jerónimos que habitaban en el actual edificio
de “La Granja”, próximo a los Baños.
Sin embargo, ya en 1697, Limón Montero,
en su magnífica obra “El espejo cristalino
de las aguas de España” ofrece una extensa
descripción de estos Baños, gracias
al informe recibido del médico de Baza D.
Gerónimo Sierra, quien describe así el lugar:
“A lo que se me pregunta: que es el sitio
de los baños, respondo que el sitio y
asiento del baño, es la falda de un monte,
que llaman Iaval-cohol en lo ultimo de la falda
entre el Septentrion, y el poniente, aunque
mas inclinado al poniente: nace en lo
Baños de Zújar
ultimo de dicha falda distante de lo profundo,
que es la canal por donde pasa en rio
Guadalito, como 6 o 8 palos, este suele
apartarle, o arrimarse a dicho baño segun
las avenidas sucecen haziendole vario el
paso, y por esta causa suele algunas vezes
pasar tan arrimado a él, que baña los cimientos
de el edificio”.
A finales del siglo XVIII se construye un
edificio principal de nueva planta, una hospedería
y la ermita llamada “de los Santos
Médicos”.
Pascual Madoz, en 1850 testifica la presencia
allí de un edificio de un solo piso, de
planta cuadrilonga donde se encuentran
instaladas 8 cocinas e igual número de habitaciones
y un cuarto para los pobres llamado
hospital. Describe el baño como “una
balsa también cuadrilonga, descubierta el
centro y cubierta en derredor por una galería,
ocupado todo por el agua, que baja por
diversas escaleras colocadas en distintos
cuartos y denominadas estufas por la elevada
temperatura que proporcionan”.
En 1858 D. Saturio de Andrés y Hernández,
médico director por entonces de los Baños
nos deja su “Memoria sobre las propiedades
físicas, químicas y terapéuticas de las
aguas del Balneario de Zújar”, en la que
aparecen términos y definiciones curiosas
al uso de la época como “olor a huevos podridos”,
“25 a 34 grados Reaumur”, “abundante
material animal que brota en el manantial,
con aspecto mucoso, con olor
semejante al que desprende un caldo cuando
un cocido está hirviendo” y “sabor fastidioso”,
características que definían las
aguas de este nacimiento.
La declaración de Utilidad Pública del uso
de sus aguas es anterior al año 1869, según
se hace constar en la “Colección legislativa
de baños y aguas minero-medicinales”
de D. Carlos Menéndez y D. Joaquín
María Aleixandre, allá por el año 1892.
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