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manantiales granada_dos.qxp 08/05/2006 15:21 PÆgina 190
GUIA MANANTIALES GRANADA
❖ Área recreativa situada en el entorno del manantial del Frontil.
Las aguas de estos manantiales alimentan
a la red fluvial de la zona. El cauce principal
es el propio río Genil, que trascurre en
dirección este-oeste, atravesando la ciudad,
prácticamente en el punto de abandono
de la Depresión de Granada. Aquí, el encajamiento
del río sobre los sedimentos de
relleno de la depresión ha originado una terraza
fluvial, colgada unos 15 metros sobre
su nivel de base, por la que discurren los
arroyos a que dan origen los manantiales
de la sierra. Su situación elevada con respecto
al nivel del río Genil, origina caídas y
saltos de agua que han favorecido la formación
de una espectacular fachada travertínica.
Este paraje, conocido como los Infiernos
de Loja está actualmente protegido
bajo la figura de Monumento Natural de carácter
Geológico por la Junta de Andalucía.
Una de las cascadas más espectaculares
es la Cola del Caballo originada por la caída
del río Manzanil al Genil en el sector de los
Infiernos Altos.
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En el entorno a Loja se identifican un nutrido
grupo de surgencias, de las cuales la
más representativa y caudalosa es la del
Manzanil (150-200 l/s). Otros manantiales
son los de la Cadena y el Terciado o Piscina
Yola, situados al sureste de Loja, los nacimientos
de Plines y Genazar, al oeste, o la
Fuente de los 25 Caños o Alfaguara y el Borbollote,
ambos en el propio casco urbano.
Los usos de las aguas de estas surgencias
son muy variados dada la cantidad y calidad
de las mismas. Para el abastecimiento de la
ciudad se emplean las aguas del Terciado,
La Cadena o El Frontil, actualmente canalizadas
e incorporadas a la red de abastecimiento.
La Fuente de los 25 Caños y el Borbollote
han tenido también un uso público,
fuente urbana y lavadero, respectivamente.
La captación de agua para el uso industrial
de varias fábricas de harinas, mármoles
o piscifactorías situadas a escasos
metros de los manantiales, se realiza en
❖ Manantial de El Manzanil.
los nacimientos del Frontil y del Manzanil.
Los manantiales del Frontil y El Terciado
mantienen instalaciones de carácter recreativo
y uso lúdico, complejos acuáticos y piscinas.
Todos ellos, por último, satisfacen
demandas para uso agrícola.
Referencias históricos
Las primeras referencias históricas sobre la
ciudad de Loja nos remiten a los autores árabes.
Ibn al Jatib, polígrafo e hijo ilustre de la
ciudad, alababa las excelencias de esta ciudad
principal, “muy poblada, rica y hermosa,
y que tenía un gran término con muchas alquerías
y castillo y muy abundante en arroyos
y arboledas. Tenía un rostro risueño, un
aspecto fascinador, río de copiosa corriente
y muchos arroyuelos, frondosas arboledas
Manantiales de Loja
Los manantiales del
entorno de Loja tienen su
origen en el macizo
kárstico de Sierra Gorda
cuyas ramas agitaban la brisa, jardines y
fuente y verdaderas delicias. Allí se encontraba
cuanto se pudiera apetecer de molinos
volteadores y mujeres hermosas que curaban
los males del corazón, y de abundante
caza y de racimos de uvas que adornaban como
sartales los cuellos de las vides, y de liebres,
que parecían despiertas estando dormidas;
hasta minas de sal y molinos de
aceite y copiosas hortalizas; y en fin, toda
provisión de comodidades y regalos”.
La presencia del río Genil y de numerosos
nacimientos y arroyos se encuentra, sin duda,
en relación con los asentamientos de
las sucesivas culturas que se han establecido
en estas tierras y que han legado un
importante registro arqueológico. Los vestigios
más antiguos se inician hace 150.000
años, en el Paleolítico Inferior, en Cerro Pelado
y Fuente Camacho, y continúan en el
Neolítico, interpretados en la Cueva del Coquino.
Los posteriores emplazamientos de
la Edad de los Metales se han manifestado
en la magnífica necrópolis de la Sierra Martilla,
en los yacimientos de la Vega del Manzanil
y la Covacha de la Presa, entre otros.
Las huellas de época fenicia, ibérica y romana
también están documentadas en estas
tierras, pero será la Medina Lauxa de los musulmanes,
la que, gracias a su privilegiada situación,
como entrada al reino nazarí y bastión
de la Vega de Granada, se convertirá en un enclave
estratégico de singular importancia. Los
árabes han legado las infraestructuras hidráulicas
relacionadas con la explotación y uso de
las fuentes para irrigar las huertas.
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