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INFORME 2007 DE CEAR<br />
pero el 12 de julio de 2002 la UE aprobó una directiva sobre tratamiento de la información<br />
contenida en las comunicaciones electrónicas que permitía, sin limitaciones<br />
ni control judicial, la interceptación de comunicaciones electrónicas con fines<br />
antiterroristas. Y el 23 de julio de 2003 firmó un convenio de extradición con<br />
Estados Unidos que este país exigía desde los días posteriores al 11-S.<br />
Otra muestra de las contradicciones que atraviesan las políticas europeas<br />
de combate al terrorismo fue la Posición adoptada por el Consejo comunitario de<br />
Laeken en 2004, que reivindicó la necesidad de abordar esta lucha respetando los<br />
derechos humanos de todas las personas. Sin embargo, aquel mismo año tanto la<br />
Comisión Europea como el Consejo de Europa suscribieron sendos acuerdos con<br />
Estados Unidos sobre transferencias de datos personales de los pasajeros que vuelan<br />
allí desde territorio europeo, una transferencia que no debía contar con el consentimiento<br />
de los pasajeros afectados, aunque en una sentencia de 30 de mayo de<br />
2006 el Tribunal de Justicia de la UE anuló estos acuerdos al entender que vulneraban<br />
el derecho a la intimidad y a la privacidad de las personas.<br />
La Unión Europea, en especial algunos países miembro, también ha sucumbido<br />
a la tentación de “legislar en caliente” después de un atentado o una alarma del<br />
mismo. Esta tentación tiene consecuencias técnico-jurídicas muy graves en la<br />
inmensa mayoría de los casos, ya que no se aprueban nuevas herramientas legales<br />
por su eficacia o idoneidad, sino sólo para contentar a una opinión publica en<br />
demasiadas ocasiones previamente asustada o agitada tras una “alarma antiterrorista”<br />
de origen difuso o desconocido 10 .<br />
Así, antes de los atentados de Londres del 7 julio de 2005, y a pesar de que<br />
tenía ya en vigor una completa legislación antiterrorista aprobada a lo largo de los<br />
años para combatir al Ejercito Republicano Irlandés (IRA), el Reino Unido aprobó<br />
profundas reformas legislativas que sin duda afectan al núcleo central de los derechos<br />
inherentes a la persona, a los derechos civiles básicos de cualquier individuo<br />
en un Estado de derecho. En primer lugar, se aceptó la detención policial indefinida<br />
de extranjeros sin necesidad de orden judicial o de formular acusación alguna,<br />
aunque esta drástica medida debió reemplazarse después por “estrictos mecanismos<br />
de control” policial sobre los extranjeros sospechosos de terrorismo.<br />
En segundo lugar, se amplió de 14 a 28 días el periodo de detención policial de<br />
ciudadanos británicos sin necesidad de formular cargo alguno contra el detenido<br />
y sin que éste compareciera ante un juez. Y, en tercer lugar, se introdujeron varias<br />
medidas que suponen importantes limitaciones de la libertad de expresión con la<br />
excusa de combatir eficazmente el terrorismo.<br />
Hasta el momento Polonia es el único país comunitario que ha reconocido<br />
abiertamente su colaboración con Estados Unidos en las ilegales prácticas de<br />
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