13.05.2013 Views

Para Blanca Coaquira (Donde quiera esté su reino) - Tres Tribus Cine

Para Blanca Coaquira (Donde quiera esté su reino) - Tres Tribus Cine

Para Blanca Coaquira (Donde quiera esté su reino) - Tres Tribus Cine

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

aborrecible sistema, pero ese era el precio que debía pagar para<br />

poner en marcha mi plan.<br />

Justo a tiempo, cuando comenzaba a desesperar, me premiaron<br />

por un reportaje sobre la hoja de coca. Había seguido de cerca<br />

a un programador que trabajó durante días, ingiriendo nada<br />

más que agua, coca y lejía, con re<strong>su</strong>ltados asombrosos. Bien<br />

dosificada, la coca, además de alimentar, promovía un alto y<br />

constante rendimiento. No dañaba ningún órgano y <strong>su</strong>s efectos<br />

colaterales eran desestimables. Mi trabajo se comentó por meses,<br />

pero lo importante era el dinero. Me permitiría arrancar con mi<br />

proyecto.<br />

Este es momento de hablar de Pascual Chopitea; treintañero<br />

retacón, cachetes colorados, mi único hombre de confianza.<br />

Pascual mira con la mansedumbre de un burro y el <strong>su</strong>sto de<br />

un pescado. Al principio, cuando veíamos películas y ocupaba<br />

el cargo de armador, ni si<strong>quiera</strong> hacíamos comentarios. No<br />

sospechaba entonces cuánto sabía aquel hombrecito de cine y<br />

literatura. Después, nos faltaban horas para conversar. Pascual<br />

admiraba a Borges y se la pasaba inventando imbricadas historias<br />

de identidades que se reproducían al infinito. Usted relata todo<br />

lo que no se atreve a ser, ¿por qué no escribe, hombre? Si es que<br />

acaso abrigara ambiciones —me respondía solemne— tendrían<br />

que ver con el periodismo del país. Pero en verdad creaba tramas<br />

curiosas, como esa que contaba a medias, la de un enigmático<br />

caballero que triunfaba en el extranjero.<br />

Después de armador, Pascual ocupó diversos cargos, desde<br />

diagramador hasta redactor. Pero entre <strong>su</strong> pasividad y timidez<br />

extrema, no ascendió más. Eso sí, le llovían los encargos y escribía<br />

sin tregua. Las más de las veces con un escuálido pseudónimo<br />

que rendía homenaje a <strong>su</strong> escritor predilecto: B.L.J. Compadre<br />

—lo exhortaba yo— ¿por qué se deja estar? ¡Usted merece un<br />

ascenso! Lo sé —contestaba— pero la gente da lata y el medio<br />

apesta. O simplemente decía: el a<strong>su</strong>nto no me divierte, por ende<br />

22

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!