Para Blanca Coaquira (Donde quiera esté su reino) - Tres Tribus Cine

Jasmina es más importante.
Celular
Si el Metro no corriera de verdad el vértigo sería menor. El celular
resbala en mis manos, cae, vuelve a subir, presiono unas teclas
y lo escondo nuevamente para evitar el juego y bajar el ansia.
Acelerados los pies, instalo la espera frente a la tienda, sobre la
misma puerta.
Aprendo de la madera de una banqueta todas las formas de
presionarla, rasgarla con el pantalón sin hacerle el daño equivalente
al producido por el doloroso tiempo esperándole.
La llamo insistentemente, Jasmina no llega.
Escritor
En ocasiones, cuando despierta, converso con Julio. Hoy es una
y converso.
En el oscuro departamento de la Rue Pilon, suelto mi cuerpo sobre
el sofá-cama. Mon colocataire prepara el almuerzo de media tarde,
escucha Jasmina, Bosnia, Campos Elíseos y no deja de comentar
sobre los clandestinos. París está lleno de ellos. Dejan familia o
la cargan, mimetizan sus cuerpos, se escurren por las rendijas
citadinas para mostrarse por conveniencia. Temen y desconfían.
No sueltan emociones a la suerte, siempre existe el propósito que
relega al placer. «Afectos y promesas no son propósitos, sólo
deseos». El compañero de casa, seguro de sus frases, adelanta lo
futuro.
Si la vuelvo a ver no será por mi decisión.
Primer París
Nunca encuentro el mismo edificio, los mapas de turista no
los muestran. Cuando construyo la vuelta de la esquina, se
borra la imagen después de darla. París son equivocaciones,
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