Para Blanca Coaquira (Donde quiera esté su reino) - Tres Tribus Cine

Si usted quiere saber qué hago aquí encerrado en esta celda
húmeda y maloliente, esperando a ver cuándo se digna el señor
fiscal a atender mi caso, aunque por la gravedad del delito que se
me inculpa nada raro sería que me deriven al mismísimo penal de
San Pedro; quién sabe por cuánto tiempo, dizque por pintarrajear
improperios en contra del señor Presidente, sentando claro
precedente y como señal de escarmiento a todos esos irrespetuosos
(y en ese mismo saco me metieron a mí que soy inocente) que
piensen siquiera, en algún aciago momento, verter ofensas que
mellen la intachable imagen de la primera Autoridad del país,
déjeme decirle que todo esto no es más que una burda confusión.
Incluso toda la prensa se dejó llevar por ese tufo especulativo y
sensacionalista que emitieron los voceros del Gobierno. Como no
podía ser de otra forma, después trajeron cámaras y todo, y ahorita
mismo debo estar luciendo mi cara de cojudito trasnochado en los
noticiosos del mediodía. Dígame usted si no es cierto que cuando
de dar primicias se trata no hay quien meta más las narices en la
desgracia de la gente que la tele. Es que ahora nada más de verte
la traza y el cabello crecido, con algunos inofensivos pelos sobre
la cara, fácilmente te confunden con cualquier lumpen revoltoso.
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