Para Blanca Coaquira (Donde quiera esté su reino) - Tres Tribus Cine

Hace frío. Es una de esas noches mojadas y oscuras; ha llovido
todo el día y tenemos que aguantarnos el hambre y el sueño.
Todavía no nos han traído el rancho; tenemos que esperar, como
siempre. No es de extrañar que no vengan; ya nos han dejado
otras noches sin comer. Hay que avivarse, por eso nos inventamos
pan y coca, y también traguito para engañar al frío. A cuenta de
nuestro dinero, claro. Tampoco nos pagaron el socorro este mes;
con este ya son tres socorros que nos vuelan. A veces las señoras
nos regalan pancito, dinero, coca; les damos pena, pero también
nos tienen miedo. Y, ¿cómo no? Andamos sucios, hambrientos,
como perros sin dueño. Nos gusta estar entre la gente, aunque no
podemos estar con la gente. Bueno, al menos es mejor que estar
en el cuartel, se siente bien caminar libre por las calles haciendo
guardia; mata el aburrimiento y te libra del trabajo forzado, pero
la cosa se pone fea después de medianoche, cuando todo queda
vacío y nos agarra el frío y el sueño. Aunque tiene sus ventajas
estar así, no tenemos que levantarnos con la corneta, dormimos a
nuestro gusto, nadie jode, por eso es lindo estar en las calles.
Se oye un motor, los faros se acercan, salgo de mi escondite, un
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