Para Blanca Coaquira (Donde quiera esté su reino) - Tres Tribus Cine

su cabeza. Es un mierdita hijo de puta, abusivo y maricón como
nadie; pero igual hay que obedecer, aunque nos tengan miedo.
Sería lindo volarle la cabeza a este cojudo.
—¡De qué sonríe, soldado!
—¡De nada, mi teniente!
—¡Parte!
—¡Sin novedad, mi teniente!
Nadie dice nada. No me parece mala idea salir. En realidad, no
solamente voy a traerles al Toño, también voy a retar a mi destino;
ya estoy aburrido con tantas noches encerrado, con tanta mierda,
con tanto dolor encima y, sobre todo, con tanto extrañar a la muy
puta. No es que me quiera morir, nada más no me importa vivir.
Ni caso me hace el teniente; está duro y se larga puteando, como
si fuera mi culpa. Me río; se estarán lijando a su puta o lo sacaron
de la cama o, a lo mejor, lo pescaron cagando y se le quedó la
mierda estancada, ya lo he visto otras veces. Me río como sonso,
y me río de mí mismo, porque hay que ser sonso para ser soldado.
Me río otra vez, enciendo un cigarrillo. Bueno, qué mierda, así
es el mundo; por algo haremos falta. De nuevo tras los adobes,
a coquetearle al sueño. Oigo una voz, alguien se acerca. Cargo
mi arma despacio, miro hacia la voz; se acerca una sombra
tambaleante. Cierro un ojo, apunto. Puedo verlo entre las sombras.
Es un borracho, duro como trompo; viene llorando, arrastrando
el alma. ¿Y si no es un borracho? ¿Y si es un borracho? Me da
pena, pero qué puedo hacer. Ni modo. Además, si lo limpio, es un
franco de tres días. ¿Te imaginas? Tres días fuera de esta maldita
mierda; tres días con la familia, con la mujer, con los amigos.
Comer mejor, descansar mejor, dormir mejor, todo mejor. Si no
lo hago yo lo va a hacer otro. Bueno, antes le prevengo; si no
hace caso ni modo, puede ser el enemigo —mejor que le toque a
él que a mí. Si al menos lo hago rápido, ni cuenta se va a dar. Lo
tengo en la mira. Pobre ñato si es un borracho de verdad; pero así
es la vida: si no le sigues el juego, pierdes. Quién te dice, por ahí
le hago un favor.
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