Tomo 10 IsaÃas - ICE del Centro La Rioja 3029
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El profeta en ningún momento manifestó que Jehovah abandonaría definitivamente a Judá y<br />
a Jerusalén. El manifestó clara y repetidamente que Jehovah intervendría para vindicar su<br />
nombre, para castigar a los asirios y para tener piedad de su pueblo rebelde. Sin embargo, la<br />
actitud rebelde <strong>del</strong> pueblo lo alejaba y distanciaba de Dios y lo privaba de disfrutar de su<br />
misericordia (vv. 18, 19). Pero llegaría el momento cuando su palabra hallaría oídos que la<br />
escucharían y que vivirían de acuerdo con sus demandas (vv. 21, 22). <strong>La</strong> prosperidad de la tierra<br />
de Israel sería resultado de este cambio de actitud (vv. 23–26).<br />
Joya bíblica<br />
¡Ay de los que descienden a Egipto por ayuda! ... Pero no miran al<br />
Santo de Israel, ni buscan a Jehovah. No obstante, él también es sabio y<br />
traerá el desastre; no retirará sus palabras (31:1, 2).<br />
El v. 25 parece aludir de nuevo a la gran derrota de los asirios a las puertas de Jerusalén,<br />
tema <strong>del</strong> cual trata el profeta en los vv. 27–33.<br />
7. Jehovah consumirá a los asirios, 30:27-33<br />
En el v. 28 Isaías llama a los asirios gpim 1471 y amim 5971 , es decir, naciones y pueblos,<br />
aludiendo a los variados componentes étnicos de sus ejércitos.<br />
<strong>La</strong> intervención de Dios esta vez es comparada a una llama de fuego consumidor, a lluvia<br />
violenta, a torrente, a piedras de granizo y al golpe <strong>del</strong> palo y de la vara con que Jehovah<br />
castigará a este pueblo que había constituido la “vara de Dios”, para llevar a cabo los juicios de<br />
Dios contra las naciones (vv. 30, 31; comp. <strong>10</strong>:25–29, 33, 34). Finalmente compara el castigo de<br />
los asirios con un holocausto para Moloc, en el sitio de su antiguo altar, en el Tófet, a las afueras<br />
de Jerusalén (v. 33). <strong>La</strong> palabra que se traduce Moloc 4432 , aparece traducida en la RVA como<br />
rey, ya que sus consonantes son las mismas. Aunque el Tófet tiene relación con el dios Moloc,<br />
sin duda el profeta está expresándose indirectamente <strong>del</strong> rey de Asiria, Senaquerib, aunque éste<br />
no llegó a las puertas de Jerusalén, sino que envió sus lugartenientes desde <strong>La</strong>quis.<br />
<strong>La</strong> liberación de Jerusalén se describe como motivo de fiesta y de regocijo (vv. 29, 32). En el<br />
v. 32 se expresa en términos sumamente irónicos el azote de Asiria, la “vara de Dios”: Y<br />
sucederá que cada pasada de la vara de corrección que Jehovah descargará sobre ella será al<br />
son de panderos y de liras (comp. <strong>10</strong>:5).<br />
8. Confianza mal ubicada, 31:1-9<br />
Esta sección refleja una fase consumada de la alianza con Egipto, por lo cual es considerada<br />
un poco posterior a las profecías <strong>del</strong> capítulo anterior. El profeta ya no trata de influir en los<br />
dirigentes <strong>del</strong> pueblo para que no se acuda a Egipto. Sólo lamenta que se centre la confianza en<br />
los carros de guerra y en los jinetes que formaban el poderío de Egipto, en lugar de centrarla en<br />
Jehovah (v. 1). Sin embargo, no ha sido vano el esfuerzo <strong>del</strong> profeta, porque ahora Jehovah no<br />
retirará sus palabras dichas contra Israel (v. 2).<br />
<strong>La</strong>s obras misteriosas de Dios<br />
31:6–9<br />
El llamado de volver a Jehovah precede el acto destructivo <strong>del</strong> ejército de<br />
Senaquerib.<br />
El volver a Jehovah abarca el abandono de los ídolos de plata y de oro.<br />
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