Tomo 10 IsaÃas - ICE del Centro La Rioja 3029
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El tercer párrafo (vv. 19–22) prevé una profundización más real en la fe de Israel, cuando en<br />
medio de la tierra de Egipto habrá un altar de Jehovah, y junto a su frontera un obelisco dedicado<br />
a Jehovah como señal y testimonio (vv. 19, 20). Egipto comenzará a servir a Jehovah (v. 21) y<br />
Jehovah comenzará a tratar a los egipcios de la manera en que siempre lo ha hecho con el pueblo<br />
de Israel: con disciplina correctiva y con atención a sus súplicas (v. 22).<br />
El cuarto párrafo (v. 23) prevé la construcción de una obra de ingeniería que sí contaría con<br />
la aprobación de Dios, en contraste con la construcción <strong>del</strong> canal de Suez por el faraón Necao.<br />
Habría un amplio camino (mesilah 4546 , o camino pavimentado) desde Egipto hasta Asiria (v.<br />
23). Porque para entonces ambos enemigos históricos habrían sido ya redimidos y serían objeto<br />
de la realización de los planes políticos más admirables <strong>del</strong> Señor Jehovah de los Ejércitos. El<br />
tránsito sería en los dos sentidos: de Egipto a Asiria y de Asiria a Egipto. Y ambos pueblos<br />
servirían a Jehovah. Es interesante que no se dice que este culto tuviera como escenario a Judá,<br />
el territorio que los une, porque la influencia espiritual de Israel sobre los demás pueblos habría<br />
ya trascendido las reminiscencias geográficas (vv. 24, 25).<br />
El quinto párrafo (vv. 24 y 25) constituye aun una escalada mayor: Israel constituiría una<br />
bendición en medio de la tierra y formaría un gran trío junto con Egipto y Asiria. <strong>La</strong> profecía<br />
concluye con una triple bendición de Jehovah de los Ejércitos para estos tres países redimidos<br />
para la paz mundial: “¡Benditos sean Egipto mi pueblo, Asiria obra de mis manos e Israel mi<br />
heredad!” (v. 25).<br />
Contextualizar esta profecía en la historia universal puede llevarnos a cometer errores de<br />
apreciación, porque la visión profética es más sublime que toda interpretación. Unos asociaron<br />
sus referencias con Onías IV, que basado en este pasaje, y sobre todo en los vv. 18–20, pidió<br />
permiso de Ptolomeo Filometer para construir un templo de Jehovah en Egipto, justamente en el<br />
distrito de Heliópolis o Ciudad <strong>del</strong> Sol. Otros asocian el creciente abandono <strong>del</strong> politeísmo en<br />
Egipto con la influencia de su población judía, sobre todo en Alejandría, el lugar donde fueron<br />
traducidos los libros sagrados de Israel, es decir, la Septuaginta griega. Otros lo asocian con las<br />
conquistas <strong>del</strong> cristianismo entre la población aborigen de Egipto, y otros con las conquistas de<br />
la fe musulmana, que estando también basada en la fe de Israel, ha dado a Egipto su cultura y su<br />
fe actual.<br />
De la misma manera podríamos interpretar como otro cumplimiento de esta profecía la visita<br />
<strong>del</strong> presidente egipcio Anuar Sadat a Jerusalén, el reconocimiento <strong>del</strong> estado de Israel, la<br />
adoración de Sadat en la mezquita de El Acsa construida sobre el monte Moriah, el monte <strong>del</strong><br />
templo, y el tratado de paz entre Egipto e Israel. Pero nos preguntamos: ¿Y Asiria? (Es decir,<br />
Iraq y Siria.) Por eso es prudente considerar que las palabras de Isaías continúan siendo una<br />
profecía de esperanza: una maravillosa profecía y una maravillosa esperanza para el porvenir.<br />
Por otro lado, el cap. 20 es una sección en prosa un tanto diferente al material <strong>del</strong> cap. 19 y<br />
parece no tener conexión con las profecías anteriores. Sin embargo, es posible considerar su<br />
contenido como el comienzo de la secuencia que empieza con acontecimientos trágicos para<br />
Egipto, pero que tienen un glorioso final como el que se describe en 19:25.<br />
<strong>La</strong> explicación más adecuada es que se trata de una profecía independiente que se refiere a un<br />
acontecimiento más inmediato, dentro de un lapso de tres años, y fechado dentro <strong>del</strong> período <strong>del</strong><br />
rey Sargón (721–705 a. de J.C.).<br />
El cap. 20 empieza con la introducción editorial, que bien puede ser propia <strong>del</strong> profeta. Esta<br />
introducción parece indicar que esta nueva fase <strong>del</strong> ministerio profético de Isaías comenzaría el<br />
año cuando el Tartán, enviado por Sargón, dio comienzo al sitio de la ciudad de Asdod. Dicho<br />
acontecimiento está ampliamente documentado por las fuentes asirias.<br />
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