FINAL-VISIÒN_EDUCATIVA_17
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Las demandas del entorno que son valoradas como estresores con mayor<br />
frecuencia son: “la sobrecarga de trabajo”, “la acumulación del trabajo” y “la<br />
realización de actividades extra clase”; mientras que las que menos les estresan<br />
son: “los problemas personales y/o laborales con sus compañeras de trabajo” y “la<br />
organización de las actividades a trabajar”. Con relación a la sobrecarga de<br />
trabajo, como uno de los principales estresores, se coincide con Barraza (2011),<br />
Pan (2008), Shuyuan (2009), Teng (2009) y Tsai, et al. (2006); en el caso de las<br />
relaciones interpersonales, como uno de los estresores que aparece con menor<br />
frecuencia, se coincide con Barraza (2011) y Pan (2008), mientras que se difiere<br />
con Teng (2009).<br />
Los síntomas que se presentan con mayor frecuencia son: la “fatiga” y la<br />
“desesperación”; mientras que los síntomas que se presentan con menor<br />
frecuencia son: “los problemas de presión” y la “poca tolerancia hacia los demás”.<br />
Con relación a la fatiga, como uno de los principales síntomas del estrés laboral,<br />
se coincide con Barraza (2011) y Tsai, et al. (2006)<br />
Para afrontar su estrés, las estrategias que más utilizan las educadoras<br />
encuestadas son: “hablar del problema con otras personas”, “darse ánimos y tratar<br />
de solucionar el problema”; mientras que las que menos se utilizan son: “leer<br />
sobre lo que les estresa y aplicar las soluciones propuestas” así como “salir a<br />
caminar o hacer ejercicio”. Con relación a tratar de solucionar el problema, como<br />
una de las estrategias más utilizadas, se coincide con Barraza (2011). En el caso<br />
de las estrategias menos utilizadas como son: “leer sobre lo que les estresa y<br />
aplicar las soluciones propuestas” así como “salir a caminar o hacer ejercicio” se<br />
coincide con Barraza (2011).<br />
Con relación a la variable compromiso organizacional se puede afirmar que<br />
las educadoras de la Zona Escolar número 10 de Educación Preescolar del<br />
estado de Durango, en México, presentan nivel moderado de compromiso<br />
organizacional; en este punto se coincide con Barraza (2008) y López (2009), pero<br />
se difiere con Barraza y Acosta (2008) quienes mencionan la existencia de un<br />
nivel fuerte de compromiso organizacional. En lo específico, las educadoras<br />
encuestadas manifiestan un alto nivel de compromiso afectivo que se manifiesta<br />
en indicadores como: “estoy orgullosa de trabajar en este Jardín de niños”, “me<br />
siento parte integrante de este Centro de trabajo” y “trabajar en este Jardín de<br />
Niños significa mucho para mí”; mientras que el compromiso calculativo es el que<br />
menos se presenta; en este punto se coincide con Barraza (2008), Barraza y<br />
Acosta (2008) y López (2009).<br />
Por su parte, el estudio correlacional mostró que ambas variables no se<br />
correlacionan por lo que se difiere de Leong, Furnham y Cooper (1996) quienes<br />
sostienen que el compromiso organizacional ejerce una función moduladora entre<br />
el estrés y sus resultados. Este resultado conduce a reconocer que, a pesar de<br />
que la satisfacción laboral y el compromiso organizacional son dos actitudes<br />
laborales, cada una se muestra de manera independiente con relación al estrés.<br />
REVISTA VISIÖN <strong>EDUCATIVA</strong> IUNAES<br />
Vol. 8, No. <strong>17</strong> Abril de 2014 a Septiembre de 2014<br />
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