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Lorena Gámez Sánchez
El modelo social actual basado en el consumo determina un estilo de
vida, una forma de pensar, de actuar y de ser consumista, centrada en
uno mismo, en la ambición de tener cada vez más cosas, o cosas
distintas a las que ya tenemos, lo que provoca una búsqueda siempre
incompleta para conseguir lo que nunca se acaba de tener, porque
siempre se quieren más cosas, poniendo en ellas el objetivo de nuestra
vida. De esta forma las actitudes que desarrolla una sociedad
consumista como la nuestra; egoísmo, hedonismo, competición,
individualismo, ambición, etc. se encuentran dentro de cada uno en
mayor o menor medida, en el interior del Ser de cada persona. Por esto
la escuela debe reaccionar y aprender a valorar el Ser de la persona, a
cuidarlo, a mimarlo, desde otra perspectiva, desde el desarrollo de
actitudes positivas que hagan que el alumno/a quiera aprender a ser él
mismo, libre, crítico y feliz. Para ello la escuela debe seguir centrando
sus fines educativos en los valores y poner los medios y recursos
necesarios para ello, y a partir de esa meta desarrollar los objetivos
curriculares para conseguirla y no al contrario, para que dichos objetivos
curriculares no nos hagan olvidar que el verdadero sentido de la
educación se encuentra en la propia persona en sí misma.
La escuela debe incluir los proyectos y programas de los que pueden
disponer los centros educativos hoy, para trabajar la Educación al
Consumidor y la Educación en Valores, dentro de los Proyectos
Educativos, incardinados en ellos, desde sus finalidades y objetivos
educativos, y no como anexos al mismo.
Los maestros/as deben mostrar una actitud positiva y de apertura a la
realización de actividades conjuntas con las familias, aportando cada
uno su conocimiento y experiencia, complementándose con los demás, y
contribuyendo así al desarrollo de objetivos y proyectos. Si todos los
agentes socializadores primarios influyen en la educación del alumnado,
todos ellos deberán trabajar de forma conjunta para conseguir objetivos
comunes.
La escuela puede aprovechar sus posibilidades y recursos para ofrecer
alternativas al consumo indiscriminado que ofrece la sociedad, y
posibilitar un consumo responsable y sostenible. Por ejemplo
organizando cooperativas para la compra y distribución de materiales
escolar del alumnado, de forma que todos los alumnos/as puedan
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