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Director del Frenopático congregaban a lo más destacado de la intelectualidad porteña;<br />

además de sus discípulos Ingenieros y Francisco de Veyga, eran asiduos Lugones,<br />

Payró, Florencio Sánchez, Juan Agustín García, Mariano y Joaquín de Vedia, Carlos O.<br />

Bunge, Angel Estrada, Rodolfo Senet”. 13<br />

Es que el personaje de la época es el médico, rodeados de prestigio y con un<br />

aura de filantropía a la cual mucho había colaborado todo el proceso de erradicación de<br />

las epidemias. No pocos se habían destacado en la lucha política, no sólo como funcionarios<br />

ejecutivos, sino también como diputados y senadores. Es el momento en el cual<br />

la antítesis civilización Versus barbarie es reemplazada por salubridad Vs.<br />

Insalubridad.<br />

Esto no sólo ocurre en Argentina, dado que se trasladaba el modelo médico<br />

europeo. Siguiendo a Foucault, encontramos que con “la obra de Tuke y la de Pinel,<br />

cuyo espíritu y valores son tan diferentes, vienen a unirse en esa transformación del<br />

personaje médico. El médico, tal como hemos visto, no tenía parte alguna en la vida del<br />

confinamiento. Ahora bien, llega a ser la figura esencial del asilo. ... Sin embargo, y es<br />

esto lo esencial, la intervención del médico no se realiza en virtud de un saber o de un<br />

poder medicinal, que él tuviera como algo propio, y que estaría justificado por un conjunto<br />

de conocimientos objetivos. No es en su calidad de sabio como el homo medicus<br />

posee autoridad dentro del asilo, sino como prudente. Si se exige la profesión médica,<br />

es como garantía jurídica y moral, no como título científico” ... “Se cree que Tuke y<br />

Pinel han abierto el asilo al conocimiento médico. No introdujeron una ciencia, sino un<br />

personaje, cuyos poderes no tomaban del saber sino el disfraz, o más bien, la justificación.<br />

Los poderes, por naturaleza, son de orden social y moral; se enraizan en la memoria<br />

del loco, en la alienación de su persona, no de su espíritu”. 14<br />

Décadas más tarde, el nacimiento de la clínica daría lugar al ensamble entre<br />

la enseñanza y la práctica. El profesor de medicina se transforma en una poderosa figura.<br />

Examina al mismo tiempo y en el mismo lugar a la enfermedad (porque el enfermo<br />

no sería tan importante como su caso) y al estudiante. El médico camina de una cama<br />

a otra, en la sala que contiene al mismo tipo de enfermedad, y su mirada es canonizada<br />

por el nuevo paradigma asistencial.<br />

En 1908, a instancias de Francisco de Veyga, Horacio Piñero y José<br />

Ingenieros, se crea la Sociedad de Psicología de Buenos Aires, “con la finalidad de reunir<br />

en terreno común las investigaciones realizadas por cultores de la biología, psicología<br />

normal y patológica, psicopatología legal, jurídica y pedagógica, evitando de esta<br />

manera la dispersión de tales esfuerzos”. 15 Tuvo un órgano de difusión llamado Anales<br />

de la Sociedad de Psicología; allí escribieron, además de los nombrados, Enrique Ferri,<br />

Florentino Ameghino, Christofredo Jakob, Alejandro Korn, Ramos Mejía, Víctor<br />

13. Vezzetti, Hugo. Ob. Cit. Pág. 48<br />

14. Foucault, Michel. Ob. cit. Pág. 252/253<br />

15. Guerrino, Antonio. Ob. cit. Pág.96/97<br />

Patrimonio Cultural Hospitalario<br />

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