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los países extraños”. América ya no sería sólo la isla de Utopía, sino la proveedora de<br />
tesoros contantes y sonantes, que irían a enriquecer un nuevo coleccionismo europeo y<br />
también colonial americano.<br />
La época de los Gabinetes<br />
En 1617 los pintores flamencos Jan Brueghel de Velours y Peter P. Rubens pintaron<br />
una serie de cuadros titulada “Los cinco sentidos”, entre los cuales uno lleva el<br />
título de “El sentido de la vista”. Cada uno de los cuadros señala, por medio de representaciones<br />
indicativas, las aptitudes perceptivas de uno de los sentidos. En el caso de<br />
la vista, la escena muestra obras de arte pictórico y escultórico y objetos propios de una<br />
colección. La forma en que se muestra cada cosa y las características de cada una de<br />
ellas, muestran acabadamente lo que eran, por entonces, los espacios del coleccionismo:<br />
una acumulación abigarrada y sin orden visual geométrico de objetos valiosos pero<br />
sin clasificación conceptual.<br />
Algo similar nos muestra en 1651 el cuadro de David Teniers el Joven, titulado<br />
“La visita del Archiduque Leopoldo Guillermo a su gabinete de pinturas”, del cual hizo<br />
varias versiones con ambientaciones creadas por su imaginación pero representativas de<br />
aquellos gabinetes en donde miembros de la realeza y nobles sensibles al arte, acumulaban<br />
obras, “tapizando” con ellas las paredes, sin pretensiones científicas o didácticas.<br />
Los “Gabinetes” solían ser así, y mucho más cuando se trataba de “Gabinetes de<br />
Curiosidades”, que reunían objetos raros caprichosamente sin otra pretensión que el<br />
afán coleccionista. Estos “Gabinetes de curiosidades” eran unos muebles o lugares típicos<br />
de ciertas residencias de los siglos XVI y XVII en donde unos coleccionistas aficionados<br />
reunían una cantidad de objetos raros, extraños o llamativos. En general, estos<br />
objetos provenían del trabajo artesanal exótico (“artificialia”, muchas veces de origen<br />
mágico) o de uno de los “tres reinos”: animal, vegetal o mineral (“naturalia”). En gran<br />
medida este coleccionismo no científico es una consecuencia del espíritu explorador y<br />
descubridor del Renacimiento y de la multiplicación de los más insólitos “souvenirs”,<br />
en donde el objeto es soporte de la fantasía que envolvía a las tierras lejanas.<br />
El coleccionismo científico<br />
Temas de Patrimonio Cultural <strong>21</strong><br />
El inicio del coleccionismo científico debe poco a aquel afán de los coleccionistas<br />
de “curiosidades”. En 1660 es fundada la Royal Society de Londres, entidad que, a<br />
partir de mediados del siglo XIX constituye la academia de ciencias del Reino Unido.<br />
La institución tiene su origen en un grupo de “filósofos naturales” que comenzó a reunirse<br />
a mediados de la década de 1640 para discutir las ideas de Francis Bacon. La fundación<br />
oficial se concreta el 28 de noviembre de 1660 en el Gresham College, al término<br />
de una conferencia del astrónomo y arquitecto Christopher Wren (1632-1723), a la<br />
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